Desde Brasilia
Para quitarse el sombrero. Jair Bolsonaro volvió sobre sus pasos, luego de haber maldecido pocos meses atrás el triunfo de Pedro Castillo sobre la derechista Keiko Fujimori este jueves recibió al presidente peruano entre risas de jocker en la ciudad de Porto Velho. El desconcertante líder de ultraderecha llegó a calzarse el sombrero blanco característico de este maestro rural surgido de la izquierda dando lugar a una imagen ilustrativa de una cumbre impensada.
«Me hubiera gustado más ver a nuestro presidente fotografiándose al lado de Lula, rodeado por la gente del Partido de los Trabajadores, los compañeros que nos dieron apoyo en la campaña electoral», se lamenta Tania Bernuy, una promotora cultual peruana radicada en Brasil desde hace años. De acuerdo con lo informado por medios locales, la cita Bolsonaro-Castillo fue relativamente breve, finalizada alrededor de las cinco de la tarde, hora de Porto Velho, capital del estado de Rondonia, en el occidente de la Amazonia con un huso horario al oeste de Brasilia. No hubo declaraciones a la prensa por parte de los gobernantes, como es habitual en este tipo de cumbres, ni la firma de acuerdos o protocolos a cargo de los ministro de cada parte. Al cierre de la cita de este jueves sólo fue distribuido un documento de 36 puntos con intenciones genéricas del tipo, se trabajará para «viabilizar formas concretas de integración productiva a la mayor brevedad posible».
A pesar del exceso de retórica, Bolsonaro declaró antes de la reunión que está realmente interesado en lograr que Brasil tenga una «salida al Pacífico». Se trata de un objetivo de Estado, una meta geoeconómica en la que han trabajado varios gobiernos para permitir que las exportaciones de alimentos, especialmente soja producida en el centro-oeste del país, puedan llegar con más agilidad al mercado chino. En ese sentido agregó que es más fácil firmar un entendimiento con miras al Pacífico negociando con Perú que buscar otro con Chile, porque en este segundo escenario habría que contar con el permiso de terceros países como Argentina y Bolivia.
CARAVANA CONTRA LULA
A poco de arribar en Porto Velho, Bolsonaro se subió a la caja de una camioneta policial blanca desde donde comandó una caravana de decenas de motociclistas que lo saludaban con bocinazos o llamándolo «capitán» y «mito», junto con bocinazos insistentes para despertar más alboroto. Bolsonro repitió en la nublada capital amazónicao el mismo ritual proselitista del año pasado en Rio de Janeiro, Brasilia, San Pablo y otras capitales. Dado que los motociclistas usan casco es difícil identificarlos, no obstante lo cual se sabe que buena parte de ellos son miembros de las fuerzas policiales y militares. Es esa la militancia dura y armada que aún permanece leal al ocupante del Palacio del Planalto.
Luego de recorrer parte de la ciudad al frente de la caravana, el exmilitar caminó un par de cuadras y fue ovacionado por un buen número de personas en la vereda, de donde salió una niña pequeña con la camiseta de la selección brasileña recibida con un abrazo por el gobernante, que luego la aupó sin barbijo. Muchos de sus gestos no son espontáneos, y tal vez éste con la nena tampoco: Bolsonaro está en una cruzada contra la vacunación de niños contra el coronavirus y defiende a capa y espada la supresión del cubrebocas.
Consultado por periodistas sobre el motivo de su reunión con Castillo, sus respuestas fueron escuetas y se limitaron a decir que habían quedado en el olvido sus ataques durante la campaa electoral peruana de 2021. Manifestó su confianza a que Castillo sea un defensor de la «libertad» y de los «valores conservadores». Prefirió en cambio atacar a Lula, el favorito en todas las encuestas sobre los comicios del proximo 2 de octubre. En varios sondeos, el líder del Partido de los Trabajadores logra puntuaciones que le permitirían vencer en el primer turno sin necesidad de una segunda vuelta ante un Bolsonaro con niveles de aprobación en baja permanente. Dijo que todavía hay gente que apuesta al retorno de «un delincuente» como el líder petista. Alguien que, según el capitán, dilapidó recursos del estado otorgando créditos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social para la construcción del Metro de Caracas y el Puerto de Mariel en Cuba. Crédito, este último, que la isla va a «pagar con habanos», ironizó.
SOMBRERO
La militante peruana Bernuy conversó por video conferencia con Castillo minutos después de la reunión con Bolsonaro y poco antes de su embarque de regreso a Lima. «Le dije al presidente que tiene que cumplir sus promesas de campaña, se lo recalqué como dos veces, qué difícil se están poniendo las cosas en mi país. Y le recordé que nosotros hicimos campaña en Brasil a favor de él en las elecciones del año pasado». En diálogo con este diario Bernuy habló de su sorpresa ante el viaje a Brasil «para encontrarse con el Bozo (sobrenombre de Bolsonaro) un personaje de la ultraderecha, un psicópata».
«No sabemos de qué hablaron entre ellos a puertas cerradas, yo espero que no hayan ido más allá de temas técnicos, de lo que tiene que ver con la colaboración necesaria para el desarrollo sostenible de la gente tan sufrida de los dos lados de frontera». Bernuy teme que Castillo haya entrado en un franco retroceso, que se haya derechizado sin retorno. «Esperamos que esto no sea un retroceso definitivo de nuestro gobierno. Esta visita a Bolsonaro ocurre justo justo cuando están habiendo cambios muy negativos en el gabinete».
Hasta última hora del miércoles agrupaciones próximas al castillismo en Brasil, algunas de la sociedad civil y otras que estuvieron cerca del partido Perú Libre, continuaban negociando para que el mandatario haga una escala en San Pablo para un eventual encuentro con Luiz Inácio Lula da Silva. «Desde Lima nos dieron esperanzas de que Pedro iba a hacer lo posible para pasar por San Pablo, tal vez para verse con Lula, estuvimos negociando con gente del PT y de la Central Unica de los Trabajadores y nos demostraron bastante receptividad. Hasta se conversó sobre los temas logísticos para un encuentro en el sindicato de los metalúrgicos de San Bernardo do Campo que está relativamente cerca de donde vive Lula».
Bernuy no piensa desistir a pesar de la frustración de haber visto a su presidente conversando con el excapitán en la Amazonia y se compromete a seguir operando para que en el próximo viaje a Brasil se encuentre con el líder del PT y precandidato favorito para octubre. «Tenemos esperanza en que gane Lula por el bien de Brasil y para el bien de la región. Espero que el año que viene tengamos la foto de Lula y Castillo, porque la de hoy de Bolsonaro quitándole el sombrero me pareció muy fea. Pedro es una persona sencilla, humilde, Pedro es gente auténtica, el siempre ha dicho que el sombrero es parte de su identidad, para mí que Bolsonaro aprovechó el momento y se lo tomó para aparecer en la foto».
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/399589-un-cambio-de-sombrero-con-bolsonaro