Un tribunal ruso inició este martes un nuevo juicio contra el líder opositor Alexéi Navalni, quien se encuentra detenido desde hace un año por delitos de fraude y ahora enfrenta nuevos cargos que podrían sumarle una condena de hasta diez años más de prisión. Navalni es una de las personalidades más críticas del presidente ruso, Vladimir Putin, y el Kremlin llamó a ordenar la proscripción de la organización que lidera. En este nuevo proceso que se lleva a cabo en una sala de la cárcel a las afueras de Moscú donde cumple su condena, Navalni, que sobrevivió a un intento de envenenamiento en 2020, compareció luciendo el uniforme del penal y con la cabeza rapada.

Juicio desde la cárcel

Navalni, de 45 años, fue condenado a dos años y medio de cárcel en febrero de 2021 en otro proceso por acusaciones de fraude, un juicio que el activista tildó de «político» y «amañado». Actualmente está preso en un colonia penal en Pokrov, unos 100 kilómetros al este de Moscú.

El proceso iniciado este martes se desarrolla en ese recinto, una medida excepcional que fue denunciada por los simpatizantes del opositor y por el propio Navalni. «Todavía no soy culpable, pero se me presenta vestido como prisionero (…) Es para que si una abuela me ve en la televisión piense que de todas formas ya estoy en prisión«, protestó Navalni. «¡Yo quiero ser juzgado como un zek cualquiera!», agregó utilizando la expresión que designa a los presos de los gulag soviéticos.

Uno de los fiscales del caso dijo el martes que el activista había efectuado «actividades extremistas bajo el pretexto de luchar contra la corrupción». Con su ironía habitual, Navalni le había dicho a sus seguidores en septiembre que no se preocuparan ya que saldría «libre como máximo en primavera de 2051». 

«Van a alargar mi pena indefinidamente», disparó a los jueces este martes. «Pero, ¿qué podemos hacer? Lo que hace la gente es más importante que el destino de una sola persona. No tengo miedo», sostuvo.

Por su parte Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa del este y Asia Central, denunció: «Alexéi Navalni fue detenido por cargos motivados políticamente y, en primer lugar nunca debió ser encarcelado. Ahora, con este nuevo juicio que se inicia, es obvio que las autoridades rusas intentan asegurarse de que Navalni no salga pronto de prisión». De acuerdo a la organización, existen sólidas pruebas de que agentes del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) estuvieron implicados en el envenenamiento del dirigente opositor.

El encarcelamiento de Navalni fue muy criticado por los países occidentales, y este nuevo juicio puede reavivar las tensiones. «Su condena es incompatible con los principios de un Estado de derecho», denunció el martes el canciller alemán, Olaf Scholz, durante su viaje a Moscú.

Scholz, que compareció ante los medios junto a Putin luego de un encuentro bilateral en Moscú para analizar las tensiones en la frontera con Ucrania, subrayó que su posición en este caso es «clara». En ese sentido, considera inaceptable el procesamiento de Navalni, dejando entrever que hay motivos políticos detrás. El actual canciller alemán sigue la línea marcada por su predecesora, Angela Merkel, cuyo gobierno reclamó la excarcelación de Navalni en reiteradas ocasiones.

¿De qué se lo acusa a Navalni?

En este nuevo proceso el líder opositor está acusado de haber malversado más de 4,7 millones de dólares en donaciones a las organizaciones que lidera, una acusación que conlleva una condena de hasta diez años de cárcel. «¡Tengo derecho a investigar sobre cómo roban nuestro dinero!», insistió en su defensa Navalni, agregando que no había ninguna prueba de que hubiera usurpado «un sólo centavo».

Al caso de fraude se la suma otro cargo por desacato a la jueza que dictaminó su culpabilidad por insultar a un veterano de guerra. Estos dos cargos serán analizados en este mismo juicio. A pesar de todo, se podía leer en la cuenta de Twitter de Navalni este martes: «Seguiré luchando contra las autoridades. No tengo miedo del FSB, ni de las armas químicas, ni de Putin».

Los abogados del dirigente opositor pidieron que se le permita vestirse con su ropa y no con el uniforme de preso y que la audiencia se aplace y se celebre en un tribunal de Moscú, dos demandas desestimadas por la jueza Margarita Kotova. Su esposa, Yulia Navalnaya, denunció la «cobardía» del gobierno ruso y calificó el proceso como «ilegal» y los cargos como «deshonestos». 

Durante el proceso, Navalni aprovechó un receso técnico debido a un problema de sonido para abrazar a su mujer. «¡Escuchen, cobardes y sinvergüenzas! Exijo que se me permita ir al juicio de mi marido. Es mi derecho perfectamente legal. El juicio es público, soy la esposa de Alexéi, tenemos dos hijos y llevamos más de 20 años juntos. Tengo todos los motivos para estar presente en la sala y enfrentarme a su tribunal», había publicado Yulia el lunes en su cuenta de Instagram. 

Navalni sufrió un envenenamiento en Siberia a mediados de 2020 y pasó varios meses recuperándose en Alemania. El activista responsabiliza al presidente Putin de la intoxicación, que todavía no ha sido investigada en su país ya que las autoridades afirman que no hay pruebas y que Alemania no compartió los análisis médicos. Expertos de Alemania y otras partes del mundo concluyeron que se produjo un envenenamiento con el agente nervioso de uso militar Novichok.

A su regreso a Rusia el 17 de enero de 2021, el opositor fue detenido y juzgado, y posteriormente condenado por una causa por fraude que databa de 2014. Navalni fue incluido además en una lista oficial de «terroristas y extremistas», en el marco de una campaña del Kremlin que afectó a sus principales colaboradores, que actualmente están exiliados.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/401903-arranco-en-rusia-un-nuevo-juicio-contra-el-lider-opositor-al

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