A cien años de los crímentes de la Patagonia Trágica, un proyecto de ley busca declarar delitos de lesa humanidad a las matanzas ejecutadas para reprimir aquellas huelgas históricas en la provincia de Santa Cruz, entre los años 1919 y 1922. Fueron ejecutadas desde el Estado para acallar aquella Patagonia rebelde que Osvaldo Bayer develó, y a la que le puso el cuerpo, corazón y militancia, hasta su muerte. El miércoles, en el salón Illia del Senado, el periodista Esteban Bayer, hijo de Osvaldo, fue uno de los que participó de la presentación del proyecto de ley. Con él estuvieron el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, la senadora por el Frente de Todos Ana María Ianni, autora del proyecto, Andrés La Blunda, director de la Casa de Santa Cruz, en representación de la gobernadora Alicia Kirchner.
Por zoom, siguieron el evento integrantes de la Comisión de la Memoria y las mesas patagónicas de memoria que vienen trabajando desde hace años en este tema, y que impulsaron también la concreción de este proyecto. También el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien fue terminante al poner en relación esta matanza con el presente más urgente: «No estamos aquí hablando de pasado, estos son temas de una actualidad estricta. El problema fueron y siguen siendo los intereses económicos, la propiedad de la tierra», expresó recordando el reciente asesinato del joven mapuche Elías Garay en Río Negro, la ley de emergencia territorial indígena, y la idea de la ley de propiedad comunitaria indígena, que plantea la posibilidad de escriturar tierras a nombre de comunidades.
Lesa humanidad
La declaración de lesa humanidad a los fusilamientos y desapariciones forzadas no sólo sería un gran avance simbólico en el proceso de memoria, verdad y justicia para un hecho que quedó suspendido en la historia argentina, y al que nunca se volvió hasta la investigación pionera de Bayer.
El proyecto propone además la creación de una Comisión Bicameral Investigadora para la Determinación de la Verdad Histórica, que trabajará en documentos, testimonios, archivos, para completar una investigación que aún tiene muchas puntas abiertas. Y en especial para finalmente esclarecer el destino de los restos de las víctimas, esa parte de la historia aún borrosa que los familiares aún siguen reclamando esclarecer.
«Esa es una deuda que tiene el Parlamento para con las víctimas –advierte Esteban Bayer en diálogo con Página/12–. Pocas semanas después de los fusilamientos hubo diputados que pidieron una comisión investigadora, pero entonces la mayoría votó en contra, y todo quedó suspendido. Desde entonces jamás se investigó nada, el crimen quedó oculto y desconocido, hasta la investigación de Osvaldo», observa, nombrando de ese modo a su padre.
«¿Qué hubiera pasado si en aquel momento se hubiese formado una comisión investigadora y se hubiese hecho un Nunca Más?», plantea Bayer hijo. Aun asumiendo lo imposible de la hipótesis contrafáctica, imagina que «podría haber sido un cambio fundamental en el quehacer democrátivo de nuestro país».
Patagónicos rebeldes
Ianni definió la inciativa como «una tarea de patagónicos rebeldes». Recoró que su primer acto como funcionaria pública ocurrió siendo Secretaria de Turismo del Calafate, cuando se inauguró el cenotafio en la estancia Anita de El Calafate, donde se perpetraron las más grandes matanzas. «Allí levantamos no un monumento frío, sino una invitación a trabajar por la memoria, la verdad y la justicia. Con el acuerdo de sus dueños, esa estancia hoy es un sitio de memoria y un lugar de investigación», precisó.
La fundamentación del proyecto de ley recuerda que «apenas desembarcó en el territorio de Santa Cruz, el teniente Héctor Varela declaró la Ley Marcial, imponiendo el fusilamiento de un número variable, de entre 500 y 1500 peones y obreros rurales, durante el tiempo que permaneció allí».
Los grandes fusilamientos en la estancia La Anita tuvieron lugar el 7 y 8 de diciembre de 1921, y de inmediato se desató «la cacería de huelguistas» entre localidades como Puerto Santa Cruz y Puerto Deseado, donde continuaron las matanzas.
Doble vara
Para Horacio Pietragalla, los hechos aberrantes cometidos hace un siglo siguen exponiendo la «doble vara de la Argentina»: «Cuando quedan millones de hectáreas en manos de extranjeros, nadie se horroriza; cuando vemos una comunidad originaria que toma parte de sus tierras en base a un reclamo historico, son delincuentes», compara. «Lo que hay hoy y lo que hubo en Santa Cruz un siglo atrás son conflictos de intereses. Eso fue lo que originó esta y todas las masacres de la historia argentina, incluida la última dictadura militar», analiza.
El funcionario recordó la visita que hizo a «El Tugurio», la casa de Bayer, antes de ir a Santa Cruz y concretar una serie de señalizaciones en conjunto con las mesas de memoria provinciales.
Osvaldo Bayer, el pionero
El nombre de Osvaldo Bayer resonó fuerte y celebrado en el Senado. Es que esta ley aparece también como un reconocimiento al trabajo empecinado del historiador, relegado en su momento por la academia, y sin embargo determinante para el conocimiento de la historia argentina.
Un trabajo que, como recordó su hijo en la presentación, le costó mucho: las amenzas de muerte, el exilio suyo y de su familia, la prohibición y quema pública de sus libros, la prohibición de la película, la interrupción de su investigación (con un cuarto tomo que terminó publicando en Alemania).
Las huelgas fueron abordadas por primera vez de forma integral por el historiador y periodista en los cuatro tomos de Los vengadores de la Patagonia Trágica, editados en la década de 1970 y reimpresos con el nombre de La Patagonia Rebelde, tomando el nombre de la película de Héctor Olivera, de 1974.
Hoy ese trabajo sigue demostrando su potencia pionera, y es punto de partida para lo que resta investigar.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/385025-la-patagonia-tragica-de-lesa-humanidad