El presidente Javier Milei dio vuelta el reloj de arena cuando la semana pasada anunció sus primeras medidas económicas. Del otro lado del tablero, el peronismo transita un proceso de lucha y organización interna. Tanto sindicalistas, como intendentes, gobernadores y legisladores de ese espacio son conscientes de que deberán construir un liderazgo claro. Eso les permitirá convertirse en una buena opción cuando la sociedad empiece a padecer el brutal ajuste y reclame un cambio. Para las distintas «células» o sectores que componen el peronismo será vital poder ordenarse y, sobre todo, sostener la unidad. «Cuando pensás en figuras para un posible liderazgo son Sergio (Massa) o Axel (Kicillof), no hay mucho más. Seguramente van a ser ellos los convocantes», dice a este diario Pablo Moyano, secretario general de la CGT. Sintetiza así los dos nombres en los que están pensando la mayoría de los dirigentes de peso y también las bases del espacio. La moneda todavía está en el aire y las disputas ya comenzaron a aflorar.

Los cálculos de Massa

Massa quedó golpeado luego de la derrota a nivel nacional. Por ahora está agazapado en sus oficinas de la calle Libertador, donde opera la fundación Encuentro. Mientras organiza su tropa del Frente Renovador, el tigrense espera el momento oportuno para alzar la voz y salir a decir que él anticipó todas las políticas que está llevando a cabo Milei. «Tiempo al tiempo. Si empeora todo rápido Sergio se reposiciona rápido. Eso es muy posible que ocurra porque Milei está haciendo un menemismo sin la plata que tuvo Menem y más precario que lo que hizo Macri. Es el mismo plan, pero sin anestesia y eso puede terminar muy mal», confían algunos. 

Moyano, por ejemplo, opina que Massa «hizo un esfuerzo impresionante, se cargó la campaña al hombro solo y caminó el país, pero no alcanzó». «No sé como estará en este momento, pero nadie puede discutir su liderazgo«, añade. «Massa dijo que con Milei el boleto se iba a disparar, también el combustible y los alimentos y que los trabajadores iban a volver a pagar ganancias. Dicho y hecho», enumera el sindicalista.

Dentro del peronismo hay otros sectores que son más críticos con el excandidato a presidente: «no lo veo con ganas de aparecer. No ha salido y podría salir a decir ‘esto se los dije’. Si tuviese vocación de liderar ya estaría apareciendo y, en lugar de Grabois, sería él el que tome el lugar de criticar al gobierno». En esa línea, consideran que el líder del FR debería volver a la estructura del PJ y dar desde allí la pelea. Algo que Massa no tiene intenciones de hacer. «Cristina dijo que vuelve al Patria. Al menos aclaró dónde va a estar y dónde la podemos encontrar», se quejan algunos. 

Las cuentas de Kicillof

Kicillof, en tanto, está preocupado por las cuentas de la provincia de Buenos Aires. Él también evalúa los pasos a seguir. Según comentan desde el gabinete bonaerense, están trabajando en la posibilidad de crear una moneda propia, como adelantó Carlos Bianco, y «analizando todas las medidas que puedan ser necesarias». «Por ahora estamos trabajando en tener un esquema de emergencia, de contingencia», explican y agregan que «no va a ser tan simple para Milei destruir PBA». «Liquidar a la provincia no significa liquidar a Axel, significa liquidar al 40 por ciento de la población«, repiten. Desde el vamos, en La Plata consideran una mala noticia que el gobierno haya pasado la asistencia a las provincias (mediante los ATN) del ministerio del Interior al de Economía. En las reuniones que Guillermo Francos tuvo con Kicillof, les había generado tranquilidad.

En los encuentros que ya comenzaron a realizar dirigentes sindicales y de movimientos sociales con intendentes del conurbano se repite el nombre de Kicillof como posible figura para aglutinar al peronismo. La duda que todos tienen es si él podrá hacerse cargo de ese proceso más allá de los problemas presupuestarios que tendrá por la asfixia que le va a generar el gobierno nacional. «Lo van a salir a atacar, le van a cortar los víveres y tiene que estar concentrado en la conducción de la provincia, pero sacando a Axel no veo a un gobernador o un dirigente que pueda contenernos a todos», opina Moyano marcando la contradicción. «Me gustaría. Es uno de los candidatos para liderar, pero no sé si él estará en condiciones con toda la problemática que va a tener», piensa en voz alta. 

Cerca del gobernador argumentan que, a diferencia del proceso que se vivió entre 2015 y 2017 –en el que dicen que tampoco había una conducción clara hasta que CFK se presentó como candidata–, hoy el peronismo tiene la provincia de Buenos Aires. «El problema de la atomización hoy es distinto al de 2016 porque hay en la provincia un gobernador que da esperanzas a futuro. Hay potencialidad», se entusiasman. 

Además, destacan la presencia de CFK en la asunción de Axel y opinan que «ella está como custodia en la retaguardia». Axel, a diferencia de CFK –repasan– «no es una figura desgastada». «Hoy tenemos un gobernador que acaba de ganar por 20 puntos y despierta expectativa en el resto de las provincias. Hay un elemento que genera expectativa en términos electorales», subrayan en La Plata. Sobre Massa, opinan que hizo un buen acuerdo con Axel durante el armado del gabinete provincial.

Malestar massista en Provincia de Buenos Aires

Cerca de Massa opinan todo lo contrario. Están enojados, no solo con el armado del gabinete provincial, sino también con lo que pasó en la legislatura bonaerense. El diputado Alejandro Dichiara fue nombrado presidente de la cámara Baja. Si bien Dichiara no pertenece a La Cámpora, sino que forma parte del grupo de intendentes que hasta hace poco lideraba (o aún lidera) Martín Insaurralde, Kirchner trabajó arduamente para que él ocupe la presidencia. Eso, dicen, habla de la alianza que aún habría entre ambos –es decir, entre Máximo e Insaurralde-. 

Al massismo finalmente le quedará el segundo año de la presidencia rotativa de la cámara de Diputados. En 2025 será el turno del exministro de transporte nacional, Alexis Guerrera, cuando ya esté comprometido el presupuesto y haya menos margen de maniobra –según se quejan los massistas–. 

Kicillof no tiene fuerza en las negociaciones que se llevan adelante en la legislatura bonaerense, donde la puja siempre fue entre Kirchner, Insaurralde y Massa, pero sí en el armado del gabinete. Allí también salió herido Massa. Las negociaciones giraban en torno a dos carteras: la de Transporte y la de Seguridad. En Transporte se mantuvo Jorge D’ Onofrio. Los massistas pujaban para que él vaya a Seguridad –donde finalmente quedó un hombre del exministro Sergio Berni–, y para que Malena Galmarini lo reemplace en Transporte. Finalmente ella fue designada como presidenta del Banco Provincia. Es decir, Massa no sumó en el gabinete bonaerense más de lo que tenía. Kicillof, si bien sostuvo la representación de todos los sectores, con el nuevo ordenamiento logró mayor autonomía.

«Lejos de ver cómo sostenemos la buena elección que hicimos en el conurbano, el kirchnerismo se cerró en sí mismo. Otra vez agrupaciones compactas», se quejan cerca de Massa. Y despotrican por lo que ocurrió en la Cámara de Diputados provincial. «¿Esto es lo que el peronismo necesita? No. Nos llevaron a una situación indeseable. Esperábamos que surja de ellos el reconocimiento por el trabajo que hizo Sergio en la campaña y, sin embargo, se pusieron a porotear«, insisten. 

El Frente Renovador, por supuesto, quiere que el candidato para encabezar la disputa provincial en el 25 sea Massa. Algo que también querían este año cuando pensaban que Axel podía ir a pelear la presidencia y Massa quedarse en la provincia de Buenos Aires. Si en estos meses Kicillof crece como líder en una confrontación clara con Milei, Massa perderá protagonismo. La disputa por la conducción del peronismo ya empieza a escribir sus primeros capítulos. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/695954-sergio-massa-y-axel-kicillof-se-posicionan-en-la-carrera-por