Rusia sufrió este jueves, en el día 50 de la invasión a Ucrania, una de las pérdidas materiales más importantes cuando el buque Moskva, insignia de su flota en el mar Negro, se vio «seriamente dañado» por una explosión que Moscú atribuye a una detonación de municiones a bordo y Kiev a un ataque con misiles. En paralelo, el gobierno de Ucrania anunció este jueves la apertura de un total de nueve corredores humanitarios en el país, la mayoría en zonas del este y del sur, tras haberlos mantenido cerrados ante la intensidad de las hostilidades.
Versiones contrapuestas en torno al Moskva
En un momento en que las tropas rusas intentan tomar el puerto estratégico de Mariupol, en el mar de Azov, cuyas aguas bañan el sur del Donbass, y extender así su ofensiva en sur y en el este de Ucrania, el buque Moskva sufrió daños importantes. «Debido a un incendio hubo municiones que explotaron a bordo» y la tripulación fue evacuada, informó el ministerio de Defensa de Rusia, citado por las agencias de noticias estatales Ria Novosti y Tass.
Las autoridades ucranianas afirmaron, sin embargo, que el Moskva fue alcanzado por «misiles Neptune que protegen el Mar Negro y provocaron importantes daños en este buque ruso». Un asesor del presidente ucraniano, Oleksiy Arestovich, confirmó en YouTube que «el buque insignia de la flota rusa en el mar Negro recibió una sorpresa» y que había 510 tripulantes a bordo en el momento del ataque.
Un funcionario de alto rango del Departamento de Defensa de Estados Unidos dijo que Rusia trasladó hacia el sur los barcos que tenía en el norte del mar Negro tras los daños sufridos en el Moskva. En una llamada con periodistas, la fuente estadounidense señaló que «menos de media docena» de embarcaciones rusas que operaban dispersas en el norte del mar Negro se trasladaron hacia el sur, por los «daños significativos» en su buque insignia.
El Moskva inició sus operaciones en la era soviética en 1983 y participó en la intervención rusa en Siria a partir de 2015. El buque del Ejército en el mar Negro ganó notoriedad al principio de la guerra por el ataque en la isla de las Serpientes, en la que 19 marineros ucranianos fueron capturados e intercambiados por prisioneros rusos.
Denuncian ataque ucraniano sobre territorio ruso
En paralelo al ataque al buque, el Comité de Investigación ruso afirmó que dos helicópteros ucranianos «equipados con armamento pesado» habían entrado en Rusia y llevado a cabo «al menos seis disparos contra viviendas residenciales del pueblo de Klimovo», en la región de Briansk, a una decena de kilómetros en el interior. Siete personas, entre ellas un bebé, resultaron heridas «de diversa consideración», según esa fuente.
Kiev rechazó esas afirmaciones acusando a Rusia de poner en práctica «ataques terroristas» en la región fronteriza para alimentar la «histeria antiucraniana».
Mientras tanto el Parlamento ucraniano aprobó este jueves por mayoría una resolución que califica de «genocidio» las acciones del Ejército ruso en Ucrania, y pide a gobiernos parlamentos y organizaciones internacionales que hagan lo mismo. «Las acciones de Rusia están dirigidas a aniquilar sistemática y coherentemente al pueblo ucraniano, privándolo del derecho a la autodeterminación y de un desarrollo independiente», indica la resolución.
Se reanudan las evacuaciones
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereschuk, anunció la apertura de nueve corredores humanitarios para permitir la evacuación de ciudadanos de las zonas más afectadas por el conflicto y llevar productos de primera necesidad. El más problemático es el corredor abierto desde la ciudad de Mariupol, prácticamente destruida por los bombardeos y donde quedan, según las autoridades locales, unos 120 mil habitantes.
El ministerio de Defensa de Rusia dice recibir a diario centenares de solicitudes de ucranianos que desean evacuar hacia Rusia, mientras Kiev acusa a Moscú de deportaciones forzosas de ucranianos. Según fuentes ucranianas, decenas de miles de personas, entre ellas muchos menores, han sido trasladadas de forma forzosa a territorios bajo control ruso desde Mariupol, aunque algunos optaron por esa ruta al no poder alcanzar el territorio ucraniano controlado por las autoridades de Kiev.
Más de 4,7 millones de refugiados ucranianos huyeron del país en los 50 días transcurridos desde el inicio de la invasión, el 24 de febrero, según las cifras reveladas el jueves por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur). El 90 por ciento de ellos son mujeres y niños, ya que las autoridades ucranianas no permiten la salida de hombres que estén en edad de combatir.
Amenaza latente sobre Kiev
Moscú amenazó el miércoles con atacar Kiev si se producían «intentos de sabotaje y bombardeos de las fuerzas ucranianas contra posiciones en el territorio de la Federación de Rusia». Desde el inicio de la guerra, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski se mantiene atrincherado con su administración en el centro de la capital, desde donde no ha dejado de reclamar a los países occidentales armamento pesado para resistir a la ofensiva rusa.
«Rusia trajo miles de tanques, piezas de artillería y todo tipo de armas pesadas a la región, esperando aplastar simplemente a nuestro ejército», dijo el jueves su ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, en una entrevista a la cadena alemana ARD, en alusión a la inminente ofensiva rusa en el Donbass.
El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió el miércoles una nueva entrega de ayuda militar por 800 millones de dólares, luego de haber dudado por los temores a agravar más las tensiones con Moscú y ser considerado como una parte en el conflicto. Este paquete incluye artillería de última generación como los cañones M777 Howitzer, 40 mil obuses, 300 drones kamikaze, 500 misiles antitanque Javelin, radares antiartillería y antiaéreos, 200 vehículos blindados de transporte y 100 blindados ligeros.
Todas las miradas están puestas en el estratégico puerto de Mariupol, en el sudeste. Su conquista sería una victoria importante para las fuerzas rusas, ya que les permitiría consolidar su posición en el mar de Azov, uniendo el Donbass y la península de Crimea, que Moscú se anexó en 2014. El alcalde de Mariupol, Vadim Boishenko, desmintió el jueves que las fuerzas rusas controlen su zona portuaria, como anunció el ministerio ruso de Defensa el día anterior.
«Los rusos despliegan nuevas fuerzas, pero mantenemos nuestra línea y Mariupol sigue siendo una ciudad ucraniana, lo que hace que Rusia está furiosa», aseguró Boishenko. Varios expertos consideran ahora que la caída de la ciudad es inevitable, pero los militares ucranianos no se han rendido y los combates se concentran en el vasto complejo metalúrgico de Azovstal.
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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/415345-rusia-sufre-un-duro-reves-en-la-guerra-con-ucrania-por-la-ex