Diputado nacional con mandato hasta el 2023, Francisco Sánchez es reconocido por sus posturas ultraconservadoras. Como integrante de Acción Republicana fue uno de los mentores de que se colgaran bolsas mortuorias en las puertas de la Casa Rosada. Es un opositor de las leyes de género, utiliza las redes sociales para llamar la atención con comentarios machistas y antiderechos.
El dirigente PRO que pidió “pena de muerte” para Cristina Kirchner es socio político de Patricia Bullrich, a la que apoya en sus aspiraciones presidenciales, y considera a los “libertarios” de Javier Milei como sus aliados naturales. Está en carrera para ser candidato a gobernador de Neuquén, la provincia donde empezó a hacer política. Antes de llegar a la Cámara de Diputados fue concejal, en la ciudad capital de la provincia.
Durante la pandemia llamó la atención de los medios cuando apoyó a la agrupación de ultraderecha Jóvenes Republicanos, luego de que llevaran frente a la Casa Rosada bolsas mortuorias con nombres como el de Estela de Carlotto, “el sobrino de Ginés” y “los pibes de la Cámpora. «Estuvieron bien, las cosas hay que expresarlas de manera fuerte», los respaldó Sánchez.
De 49 años, es técnico superior en Recursos Humanos, ha sido cuestionado por impulsar “la flexibilización del uso domiciliario de armas” en manos de “los ciudadanos decentes” como una forma de “hacer frente a la inseguridad”. Así lo manifestó en enero de 2021 con una reivindicación del presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
“Bolsonaro quiere facilitar el acceso a las armas de los ciudadanos decentes. Lo mismo vamos a presentar este año en el Congreso, porque más de 30 años de garantismo solo han servido para desproteger a los trabajadores honestos que levantan este País”, escribió en las redes sociales.
En el debate sobre el aborto fue parte de la bancada celeste. “Este es un tema de sectores ideologizados que han consumido una moda divulgada a nivel global”, dijo fundamentar su voto negativo al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Y denunció que con la aprobación de la ley, “la Argentina” estaba “aprobando la pena de muerte”.
La pena capital, sin embargo, es una idea que parece gustarle. A fines de 2020, el diputado propuso instaurarla para violadores y asesinos de menores de edad. «Voy a presentar un proyecto para aplicar pena de muerte a monstruos como éstos», anunció entonces en su cuenta de Twitter.
Sánchez ha creado su perfil en base a este tipo de posicionamientos. A principio de año celebró un video que mostraba cómo un hombre disparaba contra otro luego de un intento de robo.
“Perfecto, uno menos. Si tuviésemos libre portación de armas, habría justicia exprés con más frecuencia y mucho menos delincuencia”, fueron las palabras que utilizó. Meses antes había tratado de “infradotada” a una periodista deportiva por un error en su relato.
Hace dos semanas, firmó un proyecto de ley encabezado por Alberto Asseff en el que propone derogar la Ley N°25.858 respecto al derecho a votar de las personas privadas de su libertad por orden judicial.
Denunciado por sus comentarios machistas en las redes, Sánchez también utilizó la Ley Micaela para construir su personaje, al oponerse a la Ley de capacitación contra la violencia de género.
«En estos momentos estoy escuchando lo más ridículo, infundado y sinsentido que recuerde: el adoctrinamiento obligatorio por la Ley Micaela.
Imposición totalitaria votada el año pasado, repleta de clichés del feminismo berreta», publicó en sus cuentas cuando le tocó capacitarse. Y anunció que presentaría «un proyecto para derogarla».