Núcleo de una de las más fundamentales diferencias al interior del Frente de Todos, la segmentación tarifaria anunciada por el gobierno nacional fue recibida en un casi absoluto silencio por parte de los sectores más vinculados al kirchnerismo. «Hablen con Guzmán», responden, escuetamente, desde las filas de La Cámpora, desde donde se propuso hace un tiempo un esquema distinto al que finalmente diseñó la cartera dirigida por Martín Guzmán. Luego de haber manifestado públicamente sus críticas hacia la política energética de Alberto Fernández, los sectores más alineados con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner decidieron, esta vez, despegarse del anuncio que hizo Casa Rosada, que establece que el 10 por ciento más rico de la población –categoría que incluye desde las personas que cobran más de 330 mil pesos hasta aquellas que sean titulares de más de tres inmuebles– dejará de percibir subsidios en sus tarifas de gas y de luz. Pero también esperan porque el lunes Cristina Kirchner hablará en un acto de la CTA de Yasky y se espera que haga alguna referencia.

«No opinamos nada», aseguraron, tajantes, desde el entorno de la vicepresidenta a Página/12, mientras que el resto de sus dirigentes cercanos optaban por el silencio. El kirchnerismo ha tenido un largo historial de internas descarnadas en el Ministerio de Economía por la cuestión tarifaria –comenzando por el intento fallido de Guzmán de despedir a subsecretario de Energía Eléctrica que responde a CFK, Federico Basualdo, el año pasado–, pero en esta ocasión optó por desentenderse. Tanto Basualdo como el otro hombre de la vicepresidenta en el área energética, Federico Bernal, ya habían sido desplazados del proceso que derivó en las últimas subas tarifarias debido a sus críticas respecto a las consecuencias negativas que podría tener sobre el crecimiento económico, por lo que desde el ala Cristina optaron por derivar las consultas al equipo de Guzmán. 

Sí se produjo, en cambio, cierto ruido desde los sectores más duros del kirchnerismo que no responden necesariamente a La Cámpora. Uno de esos casos fue el de la diputada nacional y referente de la agrupación Soberanxs, Fernanda Vallejos, quien apuntó duramente contra la segmentación anunciada por el gobierno a través de sus redes sociales: «Lamentable la política tarifaria del FMI implementada por el Ministerio de Economía. Un nuevo golpe a la capacidad de consumo (con todas sus implicaciones macro) y a la calidad de vida de los trabajadores de clase media», cuestionó. «Su opinión no representa a nadie, no la leemos», le quitaron valor desde Casa Rosada. No fueron, sin embargo, los únicos que tomaron distancia, sino que también desde La Cámpora aseguraron que «Vallejos opina por ella».

«Nosotros nunca nos opusimos a segmentar», advirtieron, a su vez, cerca de la vicepresidenta. En efecto, hace unos meses el kirchnerismo había dejado trascender, a través del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), un esquema de segmentación que se enfocaba en 487 mil usuarios residenciales del AMBA. La propuesta –que tenía como objetivo responder las acusaciones que, desde el albertismo, se hacía contra Basualdo y Bernal por no querer avanzar con la segmentación– había sido elaborada junto al Conicet y proponía eliminar los subsidios a aquellos usuarios que vivían en zonas donde era más alto el valor inmueble. 

Finalmente, Guzmán desestimó la propuesta y oficializó el jueves un régimen que identifica a tres grupos de usuarios. Los dos primeros, que incluyen al 90 por ciento de la población, ya afrontaron entre febrero y junio aumentos que suman 20 y 40 por ciento y no tendrán nuevos ajustes en lo que queda del año. El tercero, que incluye a los sectores de mayores ingresos, perderán todo el subsidio. Esto incluye a quienes tengan ingresos mensuales superiores a un valor equivalente a 3,5 Canastas Básicas Totales – es decir, 333.410 pesos -, tengan tres o más automóviles, tres o más inmuebles o sean titulares de algún tipo de embarcación de lujo. «Lo trascendente acá es que rompimos la inercia de hablar y no hacer en lo referente a los subsidios a lo ricos», destacó un funcionario cercano a Alberto Fernández a este diario, desmereciendo las críticas que podrían surgir, e insistió: «Es imprescindible desarrollar una política que acabe que los subsidios a los sectores pudientes que pueden pagar las tarifas de electricidad y gas».

Predomina así entonces cierta tregua del kirchnerismo con el gobierno nacional. Esta la expectativa, sin embargo, de cuáles serán las palabras de CFK el lunes en el plenario de la CTA en Avellaneda. Invitada por el diputado nacional y secretario general del sindicato, Hugo Yasky, la expresidenta aparecerá en público por primera vez desde la salida de Matías Kulfas del Ministerio de Desarrollo Productivo –quien en su carta de renuncia acusó a los funcionarios que responden a CFK por no haber resuelto el «sistema desquiciado de subsidios»– y se especula sobre una posible referencia al tema energético en su discurso. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/430263-por-ahora-solo-silencio-y-a-la-espera-de-que-se-ponga-en-fun

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