El empleado jerárquico y vendedor de la imprenta Viagraphic, Francisco Serrano, que mandó a hacer los injuriosos carteles contra Cristina Kirchner, declaró ayer en la Justicia porteña. Dijo que una señora contrató el trabajo, que nunca vio los afiches ni la conoció, que ésta se comunicaba con él por medio de correos electrónicos y mensajes de texto y audios de whatsapp. En los audios, ante alguna pregunta de Serrano, la mujer dijo varias veces “tengo que consultar a mi jefe”. La señora en cuestión se llama Nilda Melhem, de 61 años y que vive en Recoleta. Está probado que Melhem le dio los originales del afiche y 282.000 pesos de adelanto a un remisero para que los lleve a la imprenta.

Serrano es un personaje clave en el caso porque es quien llevó el trabajo a la imprenta y el que contrató a los fijadores para que peguen los carteles. El hombre estuvo esquivando la declaración, pero finalmente se sentó ante el fiscal Mauro Tereszko al mediodía de ayer. Había designado un defensor oficial, pero se presentó con un abogado particular.

Su relato apuntó a la señora de Recoleta y argumentó que nunca vio el contenido de los carteles. Sostuvo que su jefe en la imprenta, de apellido, D’Amato, es quien recibió el afiche y permitió que se imprimiera, de manera que -según su óptica- él no cometió ningún delito.

Serrano afirma que nunca conoció tampoco a la señora Melhem. Que ella lo contactó por un mail de Yahoo que hoy está dado de baja. También por mensajes de texto y audios. El jerárquico-vendedor le entregó las copias de todo al fiscal Tereszco quien los hará peritar a partir del lunes. Lo más llamativo es que en algunos de los audios, ante preguntas de Serrano, Melhem afirma: «lo tengo que consultar con mi jefe».

Como se sabe, en paralelo hay otra investigación puesta en marcha en la justicia nacional-criminal y está a cargo del juez Manuel De Campos y el fiscal Leonel Gómez Barbella. En ese expediente ya figuraba el nombre de Melhem y, en principio, el magistrado ordenó su detención y el allanamiento de su vivienda en la calle Billinghurst. La mujer, sin embargo, demostró su poder económico: fue asistida por el estudio Cúneo Libarona, más precisamente por Matias Cúneo Libarona, hermano menor de Mariano, letrado conocido y mediático. En pocas horas, el abogado cuestionó el pedido de detención, el juez lo retiró, y está pendiente el casi seguro llamado a indagatoria.

Melhem no tiene intensa participación política. Sólo aparece en sus redes sociales con un fuerte resentimiento por la muerte de sus padres, por Covid, y le adjudica la culpa a CFK porque -tomando el argumento de Cambiemos- no firmó el contrato con Pfizer. En realidad, cuando sus padres fallecieron, la vacuna de Pfizer ni siquiera se aplicaba en Estados Unidos. La contratación de Cúneo Libarona exhibe un poder económico llamativo o que tiene un respaldo de alguien que tiene poder político y económico. A esto hay que agregar que a la operación de los afiches se destinaron 282.000 pesos como anticipo, 188.000 más al retirarlos, 90.000 para los fijadores, y otros miles para hacer el original y la película con la que se imprimió. De entrada, alrededor de 600.000 pesos. Además, se exhibe una sofisticación política -meterse con la interna del Frente de Todos- y una sofisticación técnica -código QR, sitio de internet que se contrató en Estados Unidos, cuentas de correo también en el país del norte que se abrieron y se cerraron- todo lo cual no parece encuadrar en el perfil de la mujer.

A casi dos semanas de la fijación de los carteles, parece bastante insólito que ni el estado porteño ni el estado nacional puedan avanzar de manera concluyente hacia los responsables de lo que fue, claramente, una instigación a la violencia. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/414154-carteles-contra-cfk-el-hombre-de-la-imprenta-apunta-a-una-se

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