El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que su gobierno está «estudiando a fondo» la cuestión de la «neutralidad» de Ucrania demandada por Rusia, un punto clave de las negociaciones de paz, mientras los enviados de Kiev y Moscú se preparan para una nueva ronda de conversaciones destinadas a poner fin a la brutal guerra que ya lleva más de un mes. Las fuerzas ucranianas controlan la situación en la capital y la región de Kiev, pero creen que Rusia intentará romper de nuevo la resistencia retomando la ofensiva en el sur y el este de Ucrania, especialmente en el Donbass.
Seguí en vivo el minuto a minuto de la guerra entre Rusia y Ucrania
La neutralidad ucraniana
En una entrevista con varios medios independientes rusos, Zelenski recordó que una de las cláusulas cruciales es la de «las garantías de seguridad y la neutralidad, el estatus de libre de armas nucleares de nuestro Estado», un asunto que «está en discusión y se estudia a fondo». «Estamos dispuestos a aceptarlo, pero no quiero que sea otro documento al estilo del Memorando de Budapest», agregó el mandatario en declaraciones divulgadas por el gobierno ucraniano a través de Telegram.
El Memorando de Budapest es un acuerdo firmado en 1994 por Rusia, en el que se garantizaba la integridad y la seguridad de tres antiguas repúblicas soviéticas, incluida Ucrania, a cambio de renunciar a las armas nucleares heredadas de la Unión Soviética.
Por otra parte, Zelenski subió el tono de sus críticas a Occidente y lo acusó de «falta de coraje» para ayudar a su país ante la invasión rusa, al volver a reclamar que se le envíen aviones y tanques para defender ciudades bajo asedio, en un video divulgado más temprano. El presidente sostuvo que los «defensores de Ucrania» saben que no pueden «desbloquear» Mariupol sin «la cantidad necesaria de tanques, otros blindados y aviones».
Se retoman las negociaciones
Los negociadores ucranianos y rusos hablarán cara a cara a principios de esta semana en Turquía, concretamente en Estambul, en un nuevo intento por poner fin a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que ya se ha cobrado al menos 1.100 vidas civiles de acuerdo a la ONU. En los últimos días los temores de que el conflicto pudiera empeorar aumentaron, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, de visita en Polonia, calificara a su par ruso, Vladimir Putin, de «carnicero» y afirmara que «no puede permanecer en el poder».
Aunque la Casa Blanca matizó de inmediato sus palabras e insistió en que Washington no estaba buscando un cambio de régimen, el Kremlin reaccionó con dureza, afirmando que los ataques personales estaban «reduciendo la ventana de oportunidad» para las relaciones bilaterales, según su vocero Dmitri Peskov. El improvisado comentario, que sembró preocupación en Washington y en el extranjero, pareció minar los esfuerzos del propio presidente Joe Biden, de visita en Europa para subrayar una unidad en apoyo de Kiev cuidadosamente orquestada.
¿Una Ucrania neutral?
Una demanda clave de Putin, incluso antes de que sus tropas entraran en Ucrania el 24 de febrero, fue que la exrepública soviética renunciara a su intención declarada de unirse eventualmente a la OTAN. El Kremlin dijo que Suecia y Austria ofrecían modelos de neutralidad que Ucrania podría adoptar. Kiev rechazó la propuesta y, en su entrevista con periodistas rusos, Zelenski acusó a Putin de dilatar las negociaciones y prolongar el conflicto.
La nueva ronda de negociaciones llega en un momento en que Moscú mantiene el control de facto sobre las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk en la región oriental de Donbas. El líder de la región separatista ucraniana de Lugansk dijo que podría organizar un referéndum para dirimir si el territorio pasa a formar parte de Rusia, una medida inmediatamente criticada por Kiev como un intento de Moscú de socavar la soberanía y la integridad territorial del país.
Mientras tanto, las tropas rusas siguen bombardeando la ciudad portuaria de Mariupol. Controlarla permitiría a Moscú conectar sus fuerzas en la ocupada península de Crimea con las tropas separatistas prorrusas en el este ucraniano. El domingo se abrieron nuevos corredores humanitarios para permitir la evacuación de civiles de este estratégico puerto a orillas del mar de Azov, donde ya han muerto más de dos mil civiles según el municipio.
Siguen los ataques rusos
Con su ejército enfrentado a problemas tácticos, de comunicaciones y logísticos, Rusia sugirió el viernes que de ahora en adelante se centraría en la región oriental de Ucrania. Para el jefe de la inteligencia ucraniana, Kyrylo Budanov, Putin busca «imponer una línea de separación entre las regiones ocupadas y desocupadas» de Ucrania, en «un intento de establecer un modelo como el de Corea del Sur y Corea del Norte en Ucrania».
En Jarkov, donde las autoridades locales registraron 44 ataques de artillería y 140 ataques con cohetes en un solo día, los residentes parecían resignados a los bombardeos. Los ataques continuaron durante las últimas 24 horas en Irpin y en otras ciudades alrededor de Kiev, dijeron las autoridades ucranianas.
Tanques de combustible bombardeados en Lviv.
En la región de Kiev en las últimas 24 horas hubo más de 30 bombardeos por parte de las tropas rusas contra urbanizaciones e infraestructura social, según indicó la Administración Regional Militar. Desde el inicio de la ofensiva militar rusa se registraron destrucciones en 34 de las 69 comunidades de la región, aunque ahora el ejército ucraniano asegura controlar la situación.
Chernigov a su vez amenaza con convertirse en una segunda Mariupol, ciudad símbolo de la resistencia ucraniana, pero también de la tragedia humana por el prolongado asedio que lleva sufriendo. «Debido a la destrucción de la infraestructura crítica y las hostilidades activas en la ciudad de Chernigov, no hay suministro de electricidad, calefacción y agua. El gas funciona solo parcialmente», según el jefe de la Administración Regional Militar, Vyacheslav Chaus.
El alcalde de Chernigov, Vladyslav Atroshenko, advirtió que la «ciudad está hecha pedazos». Desde el inicio de la invasión rusa, ya son más de 3,8 millones los ucranianos que se refugiaron en otros países. De ese total, 2,2 millones llegaron a Polonia, el país que más refugiados recibió según el organismo de la ONU para los refugiados (Acnur).
Seguí leyendo:
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/411174-zelenski-estudia-la-demanda-de-neutralidad-de-moscu