El objetivo claro, es disciplinar a una sociedad, amedrentar, propagar el temor, para imponer un modelo.
No es casual que esto se exprese en distintos lugares del país y siempre contra población vulnerable o minorías.
El laboratorio del dolor y la miseria jujeño, se transforma en slogan de campaña. Que mejor entonces, ahora que Milei que se transforma en “tigre de papel”, fortalecer el brazo duro de la moral y la represión.
En Buenos Aires, como cuando bajaba visco, cruel y fiero el daguerrotipo del Chacho Peñaloza que defendía su provincia y para asustar a los porteños, nos siguen llegando distorsionadas o poco y nada ciertas noticias de nuestras provincias, generando un doble vinculo comunicacional, entre los núcleos urbanos más favorecidos. Un ida y vuelta identificatorio de los que tienen derechos y los que no.
La represión es la muestra de lo que puede venir, es la mejor campaña política, creen los apropiadores de la palabra libertad. Algunos “propios”, como el ex candidato Scioli, que perdió por un punto la elección presidencial. Todo gracias a una movilización política natural y silvestre que se dio en aquella segunda vuelta donde ganara Macri. Aún no sabemos porque no quiso usar ese poder y se llamó a silencio con el macrismo y hoy nos pide democracia en las PASO. Para muestra de coherencia está el saludo a la ex Ministra de Seguridad de Macri, diciéndose ambos mutuamente, que se van a necesitar si ganan. Si por el egoísmo visceral de todos aquellos que quieren destruir a todos los que conformamos la caterva impresentable K, y en definitiva al peronismo, aceptamos ese tipo de democracia en una PASO ¿qué vamos a votar? En esas elecciones se votan diferencias y matices de un proyecto, pero sentirse identificado con Patricia Bullrirch y su historia de saltimbanqui política, más la oscura gestión represiva que hizo en la Nación, merece otro espacio para competir, no el nuestro.
Por eso lo del carcelero jujeño, sumado al apronte de Larreta y su angurria inmobiliaria, por una casa a la que le fallo tres veces la subasta y venta de ese inmueble del Estado, es la muestra de disciplinatoria que quieren construir.
Casa Pringles ATR, es un ejemplo de como la sociedad no espera a que llegue el Estado para resolver sus problemas, los resuelve ante su ausencia. Si un grupo de mujeres e infancias, logran un acto comunitario que justifica a la existencia humana sacando del maltrato a mujeres y niños, no deben ser un ejemplo para la sociedad.
¿Cuál es la necesidad de endiosar al mercado inmobiliario, que ni siquiera oferta por esa casa, un inmueble de 300 metros cuadrados? Una típica casa de barrio donde sucede un hecho tan justo como amoroso, que sus vecinos apoyan y vieron en una mañana como su cotidianeidad se llenaba de un despliegue exagerado de fuerzas de seguridad.
Entiendo que apoyar ese emprendimiento, otra palabra apropiada indebidamente, cederles el lugar y otorgarles un comodato o hasta cobrarles un alquiler podría ser una solución eficaz para colaborar con lo logrado por este grupo de mujeres. Quienes autogestionaron su vivir dignamente, como aquellos verdaderos libertarios y libertarias, de principio del siglo veinte, ese anarquismo argentino, que tanta huella dejo para siempre.
En la Argentina en intento de magnicidio, se le puso la pistola en la cabeza a la vicepresidenta, está presa Milagro Sala, reprimen a mujeres indefensas en un operativo digno de la dictadura, mueren mujeres a diario golpeadas y tiradas en basurales, algunas siguen siendo buscadas porque hasta desaparecen y a mí se me aparecen en todos los barrios populares que recorro parando la olla y bancando injusticias. En nuestra Patria (palabra que empezamos a reapropiarnos) tenemos un movimiento sororo, de impresionante trascendencia regional y mundial. Es notable la disputa en el contexto del país, donde identidades de géneros y divergencias avanzan, como recrudece la saña para esos sectores.
Nosotros los varones, los que humildemente, hemos empezado a deconstruirnos con bastante parsimonia políticamente correcta, debemos entender definitivamente el mensaje de las compañeras. Y nuestra sociedad debe entender claramente que palabras como libertad y justicia social, pueden tener otros significados y no el que le dan aquellos que se roban el idioma para hablar en contra del pueblo. Lo ocurrido en el barrio de Almagro y en Jujuy, son rémoras de un pasado que los 40 años de democracia no se merecen o al menos deberían ponernos a reflexionar cual es la que queremos.
* Presidente de Nuevo Encuentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/559925-vigilar-y-castigar