Por estas mismas rejas de la iglesia de la Santa Cruz, en la calle Urquiza del barrio de San Cristóbal, un 8 de diciembre de 1977 irrumpía la patota de la Armada. De aquí se llevaba a las Madres de Plaza de Mayo María Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga, a los familiares y militantes Ángela Auad, Gabriel Horane, Raquel Bulit y Patricia Oviedo, y a la monja francesa Alice Domon. Completarían la tarea con Remo Berardo en su atelier, Juan Fondevila y Horacio Ebert en un café del Bajo, dos días después con Azucena Villaflor, secuestrada en su casa, y la monja Leonie Duquet, en una capilla de Ramos Mejía. Todos fueron llevados a la ESMA, torturados y luego arrojados vivos al mar. De ese tipo de horrores planificados está hecha la historia de este país. 46 años después, los familiares de aquellos 12 de la Iglesia de la Santa Cruz vuelven a reunirse a las puertas de esta iglesia para advertir: «El nuevo gobierno habla de errores y excesos, viene a negar que todo esto pasó. Desde este solar de la memoria les decimos que no les tenemos miedo, que más que nunca, vamos a seguir defendiendo la memoria, la verdad y la justicia«. 

Como todos los años, el acto que recuerda el secuestro de quienes juntaban dinero para sacar una solicitada en La Nación, con Alfredo Astiz infiltrado entre ellos, tuvo pronunciamientos claros y contundentes, arte comprometido, y también homenajes. Esta vez fue reconocida Página/12 en las figuras de Hugo Soriani, su director, y de la periodista de este diario especializada en judiciales y derechos humanos Luciana Bertoia

«No tenemos más que palabras de agradecimiento con él y con el diario. Y queremos destacar su paciencia inagotable ante cada uno de los numerosos pedidos que siempre, siempre, son correspondidos», destacaron los familiares sobre Soriani al entregar el reconocimiento. «Incansable investigadora de las causas sobre violaciones a los derechos humanos, ha estado siempre cerca nuestro acompañándonos en cada logro de nuestra lucha», describieron a Bertoia. Y agradecieron especialmente «su acompañamiento en el proceso de repatriación del Skyvan PA 51» (el avión de los vuelos de la muerte desde el que fueron arrojados los 12 de la Santa Cruz, que actualmente se exhibe en la ex ESMA).  

Hugo Soriani y Luciana Bertoia, al recibir el reconocimiento junto a Cecilia De Vincenti y Mabel Careaga. Foto: Leandro Teysseire. 

«Todos estamos hoy aquí puchereando, no podemos evitar la tristeza. Pero ese puchero, así como los asados con amigos, tiene que ser el puchero de la resistencia, de la fuerza que nos transmiten las Madres. Cuando uno se siente triste o desalentado, tiene que mirar hacia ellas», expresó Soriani. «Mientras Página/12 esté, va a estar caminando siempre al lado de las Madres y los organismos. Sabemos que se vienen tiempos de negacionismo y sabemos que habrá quienes justifiquen los crímenes. Pero sabemos que siempre tendremos un faro en nuestras Madres».

«Hoy más que nunca necesitamos un periodismo comprometido como el que hacen mis compañeros de Página/12. Y también los trabajadores de los medios públicos, que hoy están sometidos a una campaña de desprestigio», destacó Bertoia, y les dedicó a ellos el reconocimiento.  

Otro «premio sorpresa» fue para Cecilia De Vincenti, la hija de Azucena Villaflor. A ella le dieron la estatuilla del premio que lleva el nombre de su madre, y que se entrega todos los 10 de diciembre –Día Internacional de los Derechos Humanos, aniversario de la recuperación democrática– en la Casa Rosada, en un acto encabezado por el Presidente. Esta vez, no habrá tal acto

«La tristeza me supera. Simplemente no puedo creer que hoy tengamos esta opción negacionista en la Presidencia. Serán tiempos para estar juntos y alertas», había dicho la referente de la lucha por los derechos humanos al comienzo del acto, junto a Mabel Careaga, hija de Esther Ballestrino

«Somos muchos los que no podemos salir del estupor. Esta alianza Milei-Macri volvió a poner sobre la mesa discusiones que creíamos saldadas. A nosotros nos toca hoy defender la Patria de las y los desaparecidos. Nunca Más al odio, Nunca Más al silencio, Nunca Más al miedo. Democracia es justicia social«, expresaron los familiares de Los 12 de la Santa Cruz en el documento que leyeron al final del acto, un fuerte análisis político en el que puntualizaron el plan económico, el panorama de recorte de libertades y criminalización de la protesta, y el estado de cosas judicial que se abre en esta nueva etapa del país. 

Arte y memoria

En la primera fila, una sonriente Taty Almeida se abrazaba con Adelina de Molina, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora como hermana (su madre murió joven y ella continuó su lucha). También estaban Horacio Pietragalla, Juan Martín Mena, Paula Penacca, Victoria Montenegro, Carlos Zannini, Oscar Parrilli, el embajador de Francia en Argentina Romain Nadal, Ricardo Gené, el médico y docente que se volvió «viral» en el video que registra sus palabras en el subte, llamando a tomar conciencia antes de votar.

La emoción que sobrevoló todo el acto se expandió en la música y la danza. Teresa Parodi y Liliana Herrero cantaron y emocionaron juntas, desde «Aún caminan conmigo» hasta «Esa musiquita», y repusieron las palabras de Horacio González: «Sin nosotros, no somos nada».  

Dolores Solá tuvo un contundente momento con versiones muy personales de «El tesoro de los inocentes», «La descamisada», «Gallo rojo, gallo negro (Los dos gallos)». Y al inicio, el ballet de danzas folklóricas de la Universidad Nacional de las Artes sorprendió recorriendo con la belleza de su danza la historia del país. 

El final fue con rosas rojas alzadas por los 12 de la Santa Cruz, por los desaparecidos cuyos nombres iban siendo gritados por todos los presentes (hubo una gran convocatoria) y por todas y todos los 30.000, con un grito repetido: Presentes, ahora, y siempre. 

Los restos de los cuerpos que el mar devolvió, que fueron enterrados como NN y finalmente identificados por el Equipo de Antropología Forense, y que sirvieron como prueba en los juicios, descansan ahora en este solar donde quedaron como ofrendas las rosas. 

Las cenizas de Azucena Villaflor fueron esparcidas en la Plaza de Mayo. «A ella tenemos que mirar desde esta Casa Rosada, y ella nos va a estar mirando, tenemos que ser fieles a su legado», decía un Néstor Kirchner presidente en el video que pasaron en el acto. Esas palabras, entre tantas, resonaron especialmente en este momento.  

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/693401-vamos-a-seguir-defendiendo-la-memoria