Puede que la haya alentado el marco, el extracto de derecha reaccionaria hispanoamericana que reunió la Fundación Internacional para la Libertad en la 16 ° edición de su Foro Atlántico. Aunque el motor primero fue, seguramente, más local: la feroz interna en la que busca posicionarse frente a su competidor Horacio Rodríguez Larreta, y al mismo tiempo erigirse como superadora de la opción Milei, ante un electorado que las encuestas aseguran derechizado. Siguiendo esa lógica, Patricia Bullrich se mostró recargada: prometió “dinamitar el régimen económico kirchnerista», «terminar con el peronismo y el kirchnerismo –«porque los presentan separados pero están mezclados», explicó al auditorio internacional–. Propuso «orden» contra «el pantano del populismo», denunció que en la Argentina «hay 13 provincias que funcionan como cajas registradoras». Y avanzó con un tema que no venía siendo tomado especialmente en la campaña: el de la educación. Además de lamentar que en las escuelas “no se festeje más el 12 de Octubre”, denunció que en las universidades públicas hay “extranjeros que vienen y toman” la educación gratuita. Brindando datos falsos y sin citar fuentes, estimó a la ligera que «tenemos casi la mitad de alumnos extranjeros que vienen y toman las posibilidades que Argentina da, y los argentinos quedan en un cementerio en el colegio secundario”. Los datos oficiales del Ministerio de Educación de la Nación muestran que el total de estudiantes extranjeros de grado, pregrado y posgrado es del 4 por ciento en las universidades públicas y del 5,5 por ciento en las privadas (ver nota aparte). 

Por zoom desde su casa mientras el evento presencial se desarrollaba en un hotel de Madrid, seguir el discurso de Bullrich se hizo difícil por momentos, y no por problemas de conexión. Eran las oraciones inconexas las que contrastaban con las ponencias anteriores, la mayoría leídas, que buscaron dotar de una pátina académica a la avanzada de derecha en español. No porque el resto de las propuestas hubieran sido menos bestiales –la diputada del PP Cayetana Alvarez de Toledo, que la precedió, abogó por ejemplo por «derogar la ley de memoria histórica» (que reconoce y amplía derechos y establece medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura), y por una nueva ley de educación «para promover la excelencia y el mérito»–. Más bien por lo poco preciso e improvisado de una alocución que, sin embargom tuvo un objetivo claro: mostrarse como la más dura entre las duras

Un cacho de economía

Así, como quien charla con la vecina, la precandidata fue pasando de un tema a otro y al pasar habló de economía, con la misma mezcolanza de datos y variables que ya mostró en intervenciones anteriores. Cuando habló de «dinamitar el régimen económico kirchnerista», por ejemplo, explicó que iba por una «deconstrucción», para arribar a «un capitalismo de reglas». Se cita textualmente el párrafo que siguió: «En el año 2003 Argentina tenía un Estado que pesaba 23 puntos del Producto Bruto Interno, y hoy el Estado pesa sobre la cabeza de los argentinos 43 puntos del PBI. Quiere decir que toda la producción, el ahorro argentino, todo lo que podríamos haber hecho con ese cien por ciento de crecimiento del Estado, todo eso acumuló un modelo, el modelo de sometimiento, que el Estado le da recursos a los sectores más pobres que empobrece a partir de esos recursos. El Estado le da recursos a empresas, o a sindicatos, para generar ese modelo de sometimiento. El populismo genera ese sometimiento total y absoluto de todos los sectores de la economía argentina, todo depende del Estado, y exactamente lo que ha hecho es sacarle un 100 por ciento de la riqueza, nada más que en los últimos 20 años».

Siguiente párrafo textual, dirigido a explicar a Alvaro Vargas Llosa –hijo de Mario pero, a diferencia de su padre, que fue la presencia estelar en la apertura del evento, relegado más bien a la conducción– la sin salida de la Argentina: «En la Argentina de 23 provincias, hay 13 que tienen más empleo público que privado. Esas provincias funcionan como cajas registradoras: cobran la participación federal que les manda el gobierno nacional de la recaudación de impuestos, pagan salarios, hacen un puente o dos puentes y una escuela, y esa es la provincia. Sobre las provincias productivas que siguen buscando petróleo, sacando gas, poniendo industrias, generando que el campo sea productivo. Con una situación en la que para mantener esta lógica lo único que se hace es generar inflación sobre la población, un Banco Central que no es independiente, que emite todos los días». 

Llevar la interna al exterior

Otra presencia argentina se destacó en el último panel de «Diálogo con los presidentes», aunque ninguno actualmente lo sea: Felipe Calderón, exmandatario de México, Sebastián Piñera de Chile, y Santiago Peña, presidente electo de Paraguay (asumirá el 15 de agosto). Fue la de Mauricio Macri, asiduo concurrente a este foro de la derecha internacional. Como esta es la primera vez que la presidenta en licencia del PRO tiene una participación en este espacio, se leyó que se trataba de un apoyo de Macri a su precandidatura. 

Lo cierto es que en un encuentro internacional Bullrich se explayó en directas e indirectas contra su contrincante, en las que fue incluso más precisa que al hablar de economía. El moderador Vargas Llosa hijo agregó unas preguntas –que encerraron encendidos elogios a la presidencia de Macri– que después de un largo preámbulo habilitaron una dura crítica de la precandidata dirigida exclusivamente a Horacio Rodríguez Larreta, a pesar de que también fue consultada por Milei. «Hay dos caminos y el público (sic) de Juntos por el Cambio lo tiene muy claro. “Una idea es la del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que acompañado con el presidente de la UCR, gobernador de Jujuy,  plantea que la Argentina sale negociando con el 70% de los sectores políticos. Nosotros estamos convencidos que esta idea no ha prendido en la sociedad y es una forma de volver a entrar en la lógica de siempre: entreguémosle el gobierno a una parte del peronismo o nos voltean. No, nos voltean igual. Hagas lo que hagas, te quieren sacar igual. Sea tibio o sea más de fondo, ellos van a tener la misma actitud, amenzarte, cercarte, secuestrarte la gobernabilidad», aseguró. 

La de siempre

Por eso, auguró, será ella la ganadora de la interna porque «la sociedad está pidiendo un cambio mucho más profundo». «Lo que se está discutiendo es el cómo: con ellos o sin ellos (el populismo, el kirchnerismo, el peronismo, alternativa e indistintamente, a lo largo de su discurso). Con ellos te someten, te destruyen e igual te voltean. No hay un acuerdo con el populismo en Argentina«. «Negociar con sectores corporativos y discrecionales nos ha llevado a esta situación», acusó. «La Argentina hoy no necesita un administrador, necesita un liderazgo de convicción», concluyó en tono de campaña.

Desde el entorno de Patricia Bullrich no consideran que la precandidata se haya mostrado especialmente dura, ni con su propuesta económica y social ni ante su adversario en las internas en el foro internacional. «Es una Patricia auténtica, es la de siempre», celebran. Y destacan que «su coherencia es lo que la gente le valora», tal vez como un tiro por elevación a un discurso de campaña de Larreta que oscila en el último tiempo entre distintos plumáceos. Si se trataba de dejar frases que la eleven en dureza, esta ave cumplió con creces. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/563897-una-bullrich-recargada-en-campana-en-el-exterior

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