5 de mayo de 2025
Lula y Donald Trump tendrá su primer contacto en medio de la guerra comercial. Será a través del coordinador de sanciones de la Casa Blanca, David Gamble, que llegará a Brasil este lunes.
Fuentes brasileñas confirmaron a LPO que Gamble tiene reuniones planeadas con parlamentarios de derecha, así como reuniones en Cancillería y el Ministerio de Justicia.
La embajada de Estados Unidos dijo en un comunicado que “el Departamento de Estado de Estados Unidos enviará una delegación a Brasilia, encabezada por David Gamble, jefe interino de Coordinación de Sanciones”.
“Participará en una serie de reuniones bilaterales sobre organizaciones criminales transnacionales y discutirá los programas de sanciones de Estados Unidos destinados a combatir el terrorismo y el narcotráfico”, informó la embajada.
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Según pudo saber LPO, Gamble también se reuniría con miembros del gobierno brasileño y escucharía a los parlamentarios sobre las “acciones de autoridades” como el ministro Alexandre de Moraes (STF) y el fiscal general Paulo Gonet.
El objetivo de esa conversación con sectores de la oposición es evaluar si existen acciones en Brasil que, a juicio del gobierno de Trump, podrían restringir la libertad de expresión de periodistas y políticos opositores. También está prevista una visita al expresidente Jair Bolsonaro, según afirmó el diputado con licencia Eduardo Bolsonaro.

En febrero, el trumpismo y el bolsonarismo crean tres frentes para castigar a Moraes a través de Estados Unidos. Una de ellas sería la Ley Magnitsky, aplicada en todo el mundo a cualquier persona considerada por Estados Unidos como un violador de los derechos humanos en cualquier parte del mundo.
Otra vía sería a través del instrumento “No Censors on our Shores Act”, sancionar con la prohibición de entrar a suelo estadounidense a cualquier autoridad que, en el extranjero, actúe contra la libertad de expresión.
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Finalmente, se buscaría unificarse a través de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, que podría aplicarse a actos que impliquen beneficios políticos, manipulación institucional o interferencia ilegal que afecten los intereses del país.
Una reunión de un funcionario de la Casa Blanca con Bolsonaro sería un desafío directo a Lula que pondría la relación con Estados Unidos al borde de la ruptura. Para Lula sería una ratificación de su estrategia de reforzar la alianza con China, los BRICS y reagrupar a los gobiernos progresistas de la región.
Fuente: LaPoliticaOnLine.com