33 comensales, 5 horas y media de debate y un comunicado final que dejó a todos medianamente conformes: tras meses de fuego cruzado, la primera reunión de la mesa nacional del Frente de Todos sirvió para poner en común las diferencias de las patas de la coalición y, una vez sacadas las ganas, convocar a un cese de hostilidades. Cada sector se ufanó de haber conseguido lo que fue a buscar. El kirchnerismo logró marcarle la cancha a Alberto Fernández centrando el eje del encuentro en la «proscripción» de Cristina Fernández de Kirchner e instalando el pedido de conformar una «comisión» que la convenza de ser candidata. Quedó claro que la vicepresidenta era la líder indiscutida del Frente de Todos, que ningún dirigente medía más que ella y que, por lo tanto, el rol de ordenadora de la estrategia electoral no le cabía más que a ella. El Presidente, mientras tanto, pudo jactarse de haber organizado la mentada mesa sin derramamientos de sangre y con un comunicado que reconocía que las PASO eran la herramienta para dirimir candidaturas. Todavía no hay fecha para un próximo encuentro, pero todos los ojos están puestos en la conformación de esta comitiva destinada a pedirle a CFK que revea su decisión de ser candidata: el operativo clamor está en marcha. 

«Nadie se guardó nada», coincidieron varios dirigentes que participaron del encuentro en la sede del PJ. Convocada a las 7 de la tarde, la reunión comenzó a las 8, apenas Sergio Massa terminó de franquear la puerta de la calle Matheu 130. No se esperaba, hasta último momento, ni su presencia ni la de Máximo Kirchner, quien fue quien terminó imprimiéndole una dosis extra de tensión al ya cargado encuentro. «Cuando Máximo decide que va es porque se van a jugar posiciones fuertes», analizó un dirigente que tiene diálogo con el diputado y presidente del PJ bonaerense. Fue Máximo, en efecto, el responsable de poner el dedo en la llaga respecto a uno de los temas que suscitaron más debate: la voluntad de Alberto de ir por la reelección y su aspiración de hacerlo, incluso, compitiendo en una interna. «Sería inconveniente que haya unas PASO con el presidente, no nos parece lógico», explicó, horas más tarde, otro de los líderes de La Cámpora que participó del encuentro, Andrés «Cuervo» Larroque. 

El kirchnerismo le picó el boleto al Presidente hace tiempo, pero en las últimas semanas las balas pasaron más por apurarlo, por un lado, para que defina su candidatura y, por otro, por remarcarle que «es muy difícil realizar unas PASO contra el presidente» (las palabras son de Wado de Pedro, pero fueron repetidas por distintos voceros de La Cámpora durante el día). No solo el kirchnerismo, el propio Massa, en una reunión con intendentes de Olivos, le había pedido que definiera rápido si iba a ser candidato. El Presidente, que había abierto la reunión planteando el formato de la mesa electoral y destacando la utilización de las PASO como herramienta para dirimir las candidaturas, no bajó ni impuso su candidatura, pero sostuvo que «no iba a ser un obstáculo para otro candidato». «El planteó que tiene una misión que es construir la victoria del frente. El Presidente dijo: ‘No quiero que gane Alberto Fernández, quiero que gane el Frente de Todos'», relató, luego, la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. 

Más allá de las discusiones –airadas, algunas– que generó este punto, el presidente Fernández pudo darse por satisfecho con que el comunicado incluyó un párrafo que reconocía que las PASO «son la herramienta institucional creadas por nuestro gobierno para abrir la participación de los partidos y sintetizar las diferentes visiones de un proyecto común». «Él está tranquilo porque no se discutió la gestión, quedó instalado lo de las PASO en el documento y porque este primer ejercicio de mesa, que convocó él, no terminó tan mal. Todos dijeron las cosas que había que decirse pero nadie se pasó de la raya», analizó un dirigente que dialoga diariamente con el Presidente. «Prevaleció la idea de que la unidad está por encima de todo», coincidió un dirigente cristinista.

Todavía no queda claro cuál será el próximo paso, no hay expectativa aún de un segundo encuentro en un futuro cercano, aunque Alberto Fernández adelantó que tenía como objetivo convocar al resto de los partidos que integran el FdT y que el viernes no estaban. Las cartas están, de momento, en la mesa que el kirchnerismo quiere ampliar a su líder política: «Ahora lo que se viene es una fuerte campaña de reinstalación de que Cristina tiene que ser la candidata», presagió un funcionario nacional que dialoga con todas las patas de la coalición.

La decisión de no avanzar sobre candidaturas le disparó una sonrisa a Massa al ganar tiempo para poder ver los frutos de su gestión al frente del Ministerio de Economía y recién definir su futuro electoral.

Una mesa para Cristina presidenta

El primero en hacer el anuncio fue el gobernador Jorge «Coqui» Capitanich: «Ratificamos la unidad del Frente de Todos y la estrategia para evitar la proscripción de Cristina. Esto significa un plan de acción, crear una comisión para que ella desista de la voluntad de no participar en las elecciones como candidata», sostuvo, en la helada madrugada en la que finalizó el encuentro. El kirchnerismo –mayoría en la mesa de 33 comensales– había arribado a la reunión con un objetivo: poner por encima de todo la denuncia de la «proscripción» de Cristina y no salir del edificio hasta que todos les participantes coincidieran en que era vital resolver, antes que nada, la situación de la «candidata natural» del peronismo. Las paredes empapeladas de la calle Matheu con la leyenda «Proscripción un carajo, Cristina 2023» eran solo un anticipo.

Si bien un sector el albertismo venía eludiendo hace tiempo al concepto de «proscripción», se terminó acordando, como parte de las negociaciones finales, que en el documento consensuado figurase el reclamo de que sobre CFK pesaba una proscripción que le impedía ser candidata. «Democracia sin proscripciones» fue, incluso, el título del comunicado. Pero no solo eso: el verdadero triunfo del cristinismo fue lograr alinear a toda la tropa frentetodista –el albertismo incluido– detrás de la convocatoria a una «comisión» que tendría como objetivo salir a buscar a la vicepresidenta para pedirle que revea su decisión de no ser candidata. «Sin ella falta el corazón de todo el frente. Ella es la creadora, ella es la que puso al presidente. Y por eso hubo una proclama compartida por todos los que estuvimos ahí: hay que ir a verla y decirle que la necesitamos», sintetizó uno de los intendentes que participó del encuentro. 

Esta comisión –que fue propuesta por Sergio Palazzo y respaldada por gran parte del movimiento sindical– todavía no tiene forma ni fecha ni integrantes. «Por ahora es solo un título», confesó uno de sus principales impulsores. Y es que esta «comisión», más allá del término elegido para denominarla, no representa sino la primera etapa del nuevo operativo clamor por «CFK2023» que el cristinismo está poniendo en marcha. Un paso será la comisión, otra la marcha del 24 de marzo y, en el medio, las apariciones esporádicas de las espadas cristinistas que no paran de recordar, en distintos medios de comunicación, que «Cristina triplica en votos a cualquier candidato». 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/524919-todos-juntos-contra-la-proscripcion-a-cristina