En su discurso de la Sesión Plenaria de la XXII Asamblea de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el canciller de Bolivia, Rogelio Mayta, llamó a los 32 países miembros del mecanismo regional a «no ser simples instrumentos de los centros de poder que hace muy poco todavía nos despreciaban». Más tarde, en un extenso diálogo con Página/12, Mayta profundizó ese rumbo y llamó a buscar soluciones creativas para superar los problemas que enfrenta la región y evitar caer en el «veneno» del neoliberalismo. 

Mayta recibió a este diario en la embajada de Bolivia en Argentina y reiteró su confianza en potenciar el rol de la Celac. En contrapartida, llamó a remover de la Organización de Estados Americanos (OEA) a Nicolás Almagro, a quien definió como un «agente de discordia» y un defensor de intereses estadounidenses. El ministro de Relaciones Exteriores rechazó una «injerencia flagrante en la política interna de Bolivia» por parte del gobierno de Mauricio Macri en el caso del envío de armas, un proceso con «sabor a Plan Cóndor». Ante la oleada de gobiernos progresistas en la región, Mayta se mostró cauto aunque remarcó que «probablemente este momento histórico sea más que nunca un terreno fértil para lo popular y alternativo».

Celac versus OEA

La Celac es el único mecanismo compuesto por todos los países del continente americano menos Estados Unidos y Canadá. Su relevancia política ha sido impulsada en los últimos años por los presidentes de Argentina y México, Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador, especialmente luego del papel que desempeñó la OEA en la denuncia de fraude contra Evo Morales en 2019. Mayta sostuvo que, a diferencia de lo que se pensaba a principios del siglo XXI, la globalización «se está haciendo añicos» y hay un resurgimiento de nacionalismos que «son más simples de sostener cuando se trata de superpotencias», porque éstas tienen la posibilidad de impulsar bloques regionales que de alguna manera buscan equilibrar las fuerzas. El desafío, entonces, pasa por replicar esos procesos en la región.

Para presidir la Celac, Argentina contaba hasta el momento de la votación con el aval de 31 de los 32 países miembros. Solo persistía la duda de Nicaragua, que el año pasado se opuso a la candidatura argentina debido a la postura de la Casa Rosada frente a las detenciones de dirigentes políticos por parte del gobierno de Daniel Ortega. El país centroamericano no pasó desapercibido por las elecciones de noviembre de 2021, pero Mayta fue enfático en defender el principio de no injerencia. «Creemos que si bien en algunos países pueden existir divergencias y problemas, son los pueblos los que tienen que encontrar las soluciones. No creemos mucho en el tutelaje que algunos países o potencias puedan pretender efectuar«, planteó.

Para Mayta, en el caso de Latinoamérica y el Caribe hay cierta orfandad ante la posibilidad de estructurar bloques regionales de peso, y pone como ejemplo a la OEA: «No podemos decir que ésta sea un instrumento de articulación de un bloque regional ni mucho menos. Desde su concepción misma ha sido pensada más bien como un espacio de apoyo político o a la política exterior de Estados Unidos»

Hay gobiernos de la región que prefieren que la OEA siga como está, otros prefieren modificarla, otros directamente eliminarla y potenciar otros organismos como la propia Celac o Unasur. Mayta dijo que, si quiere persistir, la OEA tiene que cambiar de rumbo. Y ese cambio de rumbo pasa en buena medida por remover a su Secretario General. «Está visto que Nicolás Almagro no es el articulador de los intereses de nuestra región. Se ha mostrado más bien como un agente de discordia y un defensor de intereses de cierto país», disparó.

Recomponer los lazos con Estados Unidos

Para el gobierno de Bolivia, Estados Unidos ha tenido un rol clave en el golpe de Estado de Jeanine Áñez. No es fácil cicatrizar las heridas, pero Bolivia y Estados Unidos están en un proceso de «reconstrucción» luego del triunfo de Joe Biden. «Nuestra premisa es que se respeten nuestra soberanía y nuestra autodeterminación. Y así lo hemos venido haciendo durante este año de gobierno del presidente Lucho Arce. Y en esa línea también hemos tratado de tener una relación positiva y constructiva con los Estados Unidos. No somos los mejores amigos, no podemos mentir, pero es un vecino de nuestro continente, lo entendemos así y procuramos llevar una relación que sea constructiva», explicó Mayta, quien reconoció que es bueno que Washington hoy apoye al país a través de la donación de vacunas y no «con otros elementos que tiendan a desestabilizar gobiernos».

Enfrentar a la pandemia 

Bolivia tuvo, al igual que otros países, dificultades en el acceso a las vacunas, en parte por la avaricia y la especulación de las potencias mundiales y los grandes laboratorios. A eso se sumó el dramático escenario sanitario al que se enfrentó Arce al asumir la presidencia. «Somos un caso excepcional en la región, porque cuando estalla la pandemia nosotros tenemos un gobierno de facto, demagogo a más no poder. Entonces su única medida fue declarar cuarentena y encerrar a los bolivianos y bolivianas en su casa no para resguardar su salud, sino para perpetuarse en el gobierno porque tenían que llamar a elecciones. Mientras había cuarentena y la pandemia estaba presente de forma muy dura, ellos tenían el pretexto ideal para prolongar y prolongar su gobierno de facto», afirmó Mayta.

Esa estrategia también incluyó casos de corrupción como el de los respiradores. El fiscal general de Bolivia, Juan Lanchipa, informó el jueves pasado que ya están listas las acusaciones formales por los dos casos de compras de respiradores chinos y españoles con presuntos sobreprecios. Uno de los principales acusados es Marcelo Navajas, fugaz ministro de Salud del gobierno de facto de Áñez. «Ellos entraron a hacerse millonarios, no a resguardar la salud, la vida y los intereses del pueblo. Para colmo, el gobierno inconstitucional se había peleado con medio planeta. Tenía malísima relación con la Federación Rusa, con la República Popular China, con España, Con México, con Argentina, Con Cuba, con todo el que pudiese sugerir que el mando que habían asumido no era constitucional o podía ser cuanto menos cuestionable», explicó el abogado de 50 años.

Con la llegada al poder de Arce, Bolivia se vio forzado a reconstruir las relaciones con la comunidad internacional. «Los pocos recursos que tenía el Estado en medio de la crisis económica que ya estaba presente, los hemos destinado a comprar vacunas y medicamentos. Nosotros establecimos contacto directamente con los grandes proveedores de medicamentos tan buscados como el Remdesivir, las pruebas de PCR y demás las hemos ido a buscar al mundo. Así nuestra cancillería se ha vuelto como el proveedor de estos insumos sanitarios«, sostuvo Mayta, quien remarcó con orgullo que gracias a esa dinámica el Estado boliviano pudo ahorrar más de 50 millones de dólares.

Envío de armas con sabor a Plan Cóndor

Mayta se escandaliza con la compra de respiradores con sobreprecio, pero mucho más por el envío de armas del gobierno de Mauricio Macri a Bolivia. El caso se encuentra en la etapa preparatoria de juicio oral, aunque ya hay varias imputaciones en el proceso investigativo que involucran a personal militar y diplomático. «La conducta del gobierno de Macri fue una injerencia flagrante en la política interna de Bolivia, además de que nos ha dejado un sabor a Plan Cóndor, porque el gobierno de Lenín Moreno, según la evidencia que se conoce hasta el momento, fue otro contribuyente de material represivo para consolidar al gobierno de Áñez», comentó Mayta a este diario.

El canciller de Bolivia explicó que cuando Áñez llegó al gobierno tenía una estrategia para consolidarse que se fundaba en una «política de terrorismo de Estado»: tenía las fuerzas militares y las fuerzas policiales a sus pies, pero necesitaba material para reprimir. «En ese 2019 hubo una articulación internacional para consolidar el gobierno de Áñez, sabiendo que eso implicaba una represión que iba a cobrarse vidas humanas e iba a significar graves violaciones de derechos humanos», señaló Mayta, quien valoró positivamente el hecho de que, en el mismo avión Hércules en el que el gobierno de Macri transportó material bélico, el gobierno de Fernández envió al país del altiplano un millón de vacunas Astrazeneca, lo que refleja «dos gobiernos argentinos que han mostrado una disposición diametralmente diferente en relación al pueblo boliviano».

La cuestión del litio 

Bolivia posee una de las mayores reservas de litio en el mundo, una formidable posibilidad de desarrollo pero también un riesgo frente a la especulación de intereses extranjeros. «Hay que apuntar que en Bolivia estamos conscientes de que nuestra riqueza en recursos naturales también ha sido nuestra maldición desde los tiempos de la colonia», afirmó Mayta al respecto.

El canciller cree que, en línea con la historia, el golpe de Estado de 2019 parece haber estado motivado en la ambición de este recurso estratégico por lo menos para los próximos 20 años. «Sabemos que es un riesgo y en este momento estamos buscando la mejor tecnología para poder llegar al momento ya de su explotación, pero no queremos explotarlo solamente como una materia prima, queremos llegar a cierto nivel de producción, de manufactura. Y desde hace algunos meses atrás estamos llevando un proceso de selección de nuestra mejor opción de sociedad en términos tecnológicos y económicos. Queremos aprovechar esta nueva tecnología que se llama extracción directa de litio, que viene bien a las características de nuestros salares», explicó Mayta.

La salida al mar

A partir del renovador triunfo de Gabriel Boric en Chile, muchos analistas creen que podría ser más sencillo que Bolivia negocie su salida al mar, perdida hace más de 100 años en la Guerra del Pacífico. «Es una demanda histórica del pueblo boliviano, pero también somos cautos. Sabemos que los gobiernos tienen que responder también en gran medida a lo que vaya pensando su pueblo. Son varios factores los que juegan para que los gobiernos vayan asumiendo decisiones. Nosotros somos creyentes de que es imperioso que llevemos un proceso de diálogo con Chile en este aspecto sobre el que tenemos diferencias. Para nosotros es un tema que no está resuelto y desde la perspectiva chilena es un caso cerrado«, dijo Mayta. Para el ministro, más que nunca se imponen «soluciones creativas» en las que ambos pueblos puedan sentirse «ganadores».

¿Una nueva oleada progresista?

A los gobiernos de tinte progresista de Arce, Fernández y López Obrador en la región, se acaba de sumar Boric y posiblemente se sumen este año Lula en Brasil y Petro en Colombia. Las comparaciones con otros momentos históricos están a la orden del día, aunque Mayta advierte que hay diferencias. «Es otro momento, pero probablemente este momento sea más un terreno fértil para lo popular, para lo alternativo. En Latinoamérica hasta hace unos cuatro o cinco años se seguía sosteniendo que el neoliberalismo y todas esas premisas de la escuela de Chicago eran el camino para el desarrollo de los pueblos. En Latinoamérica no ha sucedido eso, y el alumno de excelencia que siempre se señalaba, que artículos de economistas siempre elogiaban como el caso de Chile, se les ha desportillado enormemente», expresó el canciller boliviano, y agregó: «Sabemos que el neoliberalismo es mala medicina, es más bien veneno. Ya lo sabemos y no lo queremos».

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/394192-rogelio-mayta-la-conducta-del-gobierno-de-macri-fue-una-inje