Faltan tres semanas para las PASO y desde el campamento oficialista aceleran los tiempos de la campaña. Desde el 19 de julio ya no se pueden hacer actos de gestión y por ese motivo UP comenzó una nueva sub etapa, que durará hasta el 13 de agosto, en la que, principalmente, habrá: viajes de los candidatos a las provincias –sobre todo al norte grande–, recorridas por empresas y sindicatos, algunos actos proselitistas con distintos sectores de la coalición –aunque desde el comando de campaña dicen que no será lo central–; recorridas «de cercanía» y mucha gestión, por más que no se puedan cortar cintas. Desde UP diagraman tres etapas, mientras esperan que el candidato y ministro de Economía, Sergio Massa, pueda firmar, lo más pronto posible, un nuevo acuerdo con el FMI y que eso ayude a mejorar la situación económica.
Todxs bajo el mismo techo
En las oficinas vidriadas de nueve pisos ubicadas en la calle Mitre al 300, a tan solo unos metros de Casa Rosada, ya se encuentran trabajando todos los equipos técnicos y políticos de los distintos sectores que conforman UP. Allí no solo se graban spots y trabajan los expertos en comunicación, sino también es un lugar para reuniones que utilizan a menudo Massa, Agustín Rossi y, sobre todo, el ministro del Interior y jefe de campaña, Eduardo «Wado» de Pedro.
Ese espacio sirve para centralizar a todas las «tribus» oficialistas. «Acá somos una sola tribu», se jactan desde el oficialismo después de cuatro años de una gestión marcada por las diferencias internas. Ahora, el peronismo está ordenado detrás de la candidatura de Massa. El imponente edificio que solía ser de un banco, y que estaba hace meses sin uso, se puso a punto en tan solo diez días. Tiene una impronta moderna y en todas las paredes que levantaron pegaron gigantografías de Perón y Evita; del «tío», Héctor Cámpora; fotos icónicas del peronismo de la fotógrafa Sara Facio y también ilustraciones de Ricardo Carpani.
Las luces del lugar están prendidas hasta las una de la madrugada y en total trabajan allí unas 200 personas. En la entrada hay pilas de volantes y carteles y los técnicos y militantes entran y salen a toda hora. La que todavía nunca visitó el espacio es la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. En la campaña anterior, el Complejo Cultural C –ubicado en Chacarita– fue usado como comando de campaña. Esta vez, como ya no hay pandemia, ese sitio está ocupado y solo lo usarán como bunker los días de las elecciones.
En el sexto y último piso del edificio se ubican las oficinas de la jefatura de campaña a nivel nacional –a cargo de Wado–; en el quinto están los equipos de Massa; en el cuarto tiene una sala el asesor en comunicación, Antoni Gutiérrez Rubí, y los comandos territoriales entre los que están representadas las provincias y los gremios. En el tercero tienen oficina el resto de los candidatos: Rossi; Máximo Kirchner; Axel Kicillof y Leandro Santoro. En el segundo piso ya no se ven sillones ni salas de reunión, sino largas hileras de computadoras de los equipos de prensa y redacción. Allí se cargan los spots en las grillas y se hace todo lo vinculado a redes sociales.
En sus computadoras, los jóvenes que están tecleando tienen de fondo de pantalla fotos de Néstor y Cristina. Ella es la única mujer que aparece en imágenes dentro del edificio. En el fondo de ese piso están impresas en banners las caras de los candidatos: Massa, Rossi, Wado, Máximo y Santoro. Todos varones. En el primer piso hay grupos de soporte y quienes, entre otras cosas, arman piezas para las provincias que lo requieren. En planta baja hay una sala de reuniones para 50 personas y en los subsuelos una sala para conferencias de prensa; un set de video para hacer stream y un set de fotos. En el tercero el comedor.
La estrategia
Desde el comando de campaña aseguran que el mayor valor que consiguió el oficialismo es tener «orden político». Dicen que eso les da ventaja por sobre JxC, que tiene fuertes peleas a cielo abierto. «La oposición no logra representar en un solo espacio la voluntad de cambio», subrayan. Según sus análisis, la campaña será «difícil e imprevisible», y todavía «está abierta».
En UP diagraman una campaña «etapista» y la están pensando dividida en tres momentos: el primero comenzó con el cierre de listas y terminará con las PASO. En él tienen como objetivo «alcanzar la coralidad de voces«, en el mensaje. «Dentro de una orquesta hay instrumentos distintos, pero lo central es que todos suenen a ritmo. En eso estamos trabajando», aseguran. Necesitan que haya acumulación y amplitud. En esa línea, Massa tuvo las primeras semanas un discurso muy cercano al kirchnerismo y tres apariciones con CFK, pero no descuidó otros temas que son más cercanos a su agenda, y que atraen a un público distinto, como el de seguridad. «Massa habla de seguridad, pero Axel también entrega patrulleros con Sergio Berni y habla del tema», resaltan en los equipos.
Desde el oficialismo repiten sin cesar que «la campaña es muy larga», y que no se puede agotar toda la estructura en este primer momento. Dicen que gran parte de la ciudadanía define su voto en las últimas horas. La segunda etapa será de las PASO a las generales. Allí el oficialismo ya sabrá dónde está parado y arriesgan que harán lo mismo en la primera, pero más fortalecido. Desde UP prefieren no dar números, pero confían que Massa será el candidato único más votado y que el peronismo ronda el piso de los 30 puntos –sumando los votos que también puede aportar Juan Grabois, que tiene el objetivo de contener al votante peronista más de izquierda–. El ballotage sería la tercera etapa.
En la primera etapa, dicen, el votante elegirá «lo que quiere»; en la segunda «lo que debe» y en la tercera «lo que puede». Apuestan a acumular votos en cada momento y atraer a los que quedan «huérfanos» en cada instancia. Una de las grandes preocupaciones del oficialismo es el ausentismo. Hay muchas personas disgustadas con el gobierno y con «la política» en general y temen que eso, no solo se pueda ver reflejado en el «voto bronca», sino también en baja participación. Por ese motivo, en sus últimos discursos Massa incorporó el tema. Son varios los sectores oficialistas que consideran que la única solución para ese problema será con la militancia recorriendo casa por casa el territorio.
Más allá de eso, en Mitre analizan que «hay un momento Massa» que consiste en que el electorado pide autoridad, firmeza, capacidad de gestión y habilidad para llegar a acuerdos con imaginación y audacia, cosas que –según ellos– el candidato oficialista tiene. «Mucha gente dice: ‘no es el candidato que hubiera querido, pero es el que puede ganar’, y eso es muy importante», subrayan.
Durante la semana pasada corrió el rumor de que este domingo iba a haber un acto en la Ciudad de la Plata, posiblemente en el Teatro Argentino, para presentar a los candidatos nacionales en la provincia de Buenos Aires. La idea era que, además de «las caras que aparecen en la boleta», también asista CFK, pero eso se vio postergado por la complicación de coordinar las agendas del ministro/candidato y la vicepresidenta. También por las negociaciones con el FMI. Si bien remarcan que la campaña no estará centrada en los actos proselitistas, sino en la gestión, desde el oficialismo aseguran que «esa instancia existirá».
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/570464-recorridas-de-cercania-actos-unidad-y-gestion