En Sarasanegro, un exclusivo restaurante de Mar del Plata, a puertas cerradas y en la previa de un almuerzo organizado por el ex Dow Gastón Remy, Mauricio Macri deslizó críticas al gobierno de Javier Milei mientras ejecutaba el take over con silenciador.

Macri llegó al restaurant de alta cocina junto a Francisco «Pancho» Cabrera, su ex ministro de Producción y un habitual nexo con los empresarios. Entre otros estaban Cristina Bomchil, de Valuar; Alberto Pizzi, de Securion; Daniel de Negris, de Exxon; Marcos Bradley, de Syngenta; José Cammilleri, de General Motors; Milagros Arguello, de BSG; Leandro Carzola, de Adecco; Gustavo Salinas, de Toyota; Juan Donicelli, de Glencore y Sergio Faifman, de Loma Negra. El encuentro mutó rápidamente a una cumbre para hablar del rumbo del gobierno.

«Quédense tranquilos, el león está domado y rendido», fue una de las frases que se le atribuyó a Macri, desmentida a medias por un importante dirigente del PRO, que admitió a LPO que el ex presidente sigue cuestionando el manejo de la «micro» del gobierno.

Un take over con silenciador

Antes del ceviche, Macri anticipó los cambios que se vienen en su favor con el ingreso de «gente seria» que le van a poner racionalidad al gobierno libetario. Minutos después se confirmó la llegada de María Tettamanti a la secretaría de Energía y de Eduardo Bustamante como vicecanciller, como parte de una serie de incursiones del PRO en el gabinete libertario. «Nos han pedido colaboración en términos de reforzar el equipo de Energía», dijo Macri a la salida del restaurant.

Macri deslizó que el de Milei es un gobierno de transición y que en las próximas elecciones la sociedad va «a consolidar el cambio», pero con un rechazo creciente al histrionismo y la locura de Milei, que ya está agotando a una parte importante del electorado.

El ex presidente cree que tendrá la centralidad en el armado de la derecha el año que viene y que será el PRO el que terminará absorbiendo a La Libertad Avanza por la falta de estructura y solidez en el gobierno de Milei. Macri cree que la gestión se puede ver desbordada por la falta de estructura y por la dependencia excesiva de figuras como Karina Milei y Santiago Caputo.

Fuente: LaPoliticaOnLine.com