Se celebrarán hoy las terceras Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) para presidente y vice, sistema establecido en 2011. Hay 35.394.425 electores habilitados para votar en todo el país, distribuidos en 104.577 mesas. Las autoridades de mesa y los fiscales son ciudadanos de a pie, una de las virtudes cardinales de nuestro sistema político. La otra es el sufragio universal y obligatorio.
Por razones variadas, verosímiles, se espera una concurrencia menor al promedio histórico y, quizás, un porcentaje de votos en blanco superior al habitual. Nada es seguro en las vísperas ni nada está escrito de antemano, afirmación aplicable al resto de esta columna.
Habrá PASO para diputados en las 24 provincias. Y para senadores en ocho de ellas. Buenos Aires y la Ciudad Autónoma (CABA) dirimen sus propias PASO, para gobernador y jefe de gobierno respectivamente. Otro tanto para autoridades legislativas.
Santa Cruz elige gobernador, por simple mayoría de sufragios de acuerdo a su ley de lemas. Catamarca y Entre Ríos definen en PASO provinciales los candidatos a dirigirlas. Todas las competencias se abordan en otras notas de esta edición de Página/12.
Las campañas nacionales se eternizaron. Arrancaron «de facto», mucho antes de los plazos legales, durante el verano. Ahí sacó ventaja el diputado Javier Milei. Capitalizó ser el único postulante de su fuerza, atractivo para los medios. Construyó una agenda espantosa, de derecha extrema, que fue copiada por sus adversarios en ese espacio, los paladines de Juntos por el Cambio (JxC). Sobreoferta por derecha, un síntoma de la época.
La interna entre los cambiemitas PRO Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta despuntó tempranera. Dos dudas se mantuvieron durante meses: si Mauricio Macri sería precandidato y si los radicales participarían con fórmula propia en las primarias. Los radicales nunca estuvieron preparados para enfrentar a sus aliados del PRO y se fueron bajando en episodios. Macri se hizo a un lado sin estrépito y sin que nadie le manifestara extrañeza o clamara por su presencia.
Unión por la Patria (UxP) demoró más definir su fórmula “de unidad” compuesta por Sergio Massa y Agustín Rossi. El presidente Alberto Fernández desistió de buscar la reelección, estaba cantado porque no contaba con apoyos internos ni tenía chances.
La fórmula Juan Grabois-Paula Abal Medina resolvió competir. El conjunto de UxP le posibilitó hacerlo seguramente para contener electores “por izquierda”. No queda oferta electoral «a la centroizquierda» de UxP. Un síntoma de época.
Se supone que el próximo ocupante de la Casa Rosada surgirá de uno de esos tres partidos, los que pintan para sacar un porcentaje de más de dos dígitos que equivale a millones de sufragios, en cualquier caso. La boleta para fórmula presidencial es la única que se vota en un solo padrón para todo el territorio nacional. La tendrán a mano todos los argentinos que vayan al cuarto oscuro.
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Competencias inéditas: Por primera vez hay una PASO entre presidenciables con buenas perspectivas: la que enfrenta a Larreta con Bullrich. El debut de JxC en 2015 alumbró una, concebida para mostrar pluralismo y garantizar un éxito holgado de Macri contra el radical Ernesto Sanz y Elisa Carrió. Se alcanzaron ambos objetivos.
La contienda de hoy se asemeja más a la interna abierta del peronismo en 1988 en la que Carlos Menem superó a Antonio Cafiero. O la de la Alianza en 1999 entre Fernando de la Rúa y Graciela Fernández Meijide. Los dos triunfadores representaban a la oposición y vencieron a los respectivos oficialismos en las generales. Las internas fueron masivas, determinantes. Los precedentes quedan lejos en el tiempo.
JxC se posicionó favorito en las parlamentarias de 2021, una goleada que sacudió al peronismo y azuzó sus autodestructivas internas. A su turno, la rivalidad entre “Horacio” y “Patricia” fue feroz, impiadosa. Zancadillas, golpes bajos, reproches envenenados. En una de esas imaginaron que tienen ganada la elección general y que la PASO es la pelea de fondo.
Los peronistas apuestan a que la campaña sucia desgaste a JxC, que les cueste tanto internismo. Esperan que los partidarios del aspirante rival eliminado en la PASO se dispersen en otras listas u opten por el ausentismo.
Bullrich mostró más soltura para la lucha en el barro. Larreta se desperfiló aunque acumuló mejores apoyos en provincias, en particular del radicalismo. HRL era “número puesto” hace dos años o tres. Bullrich descontó ventaja y se la supone favorita en las PASO.
Volver sobre las encuestas hoy en día es ocioso, a la noche habrá datos duros.
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Remembranzas: Nadie le hacía sombra a Cristina Fernández de Kirchner en 2011. Lista única en el peronismo, de frente hacia la victoria. En 2015 la ahora vicepresidenta no quiso que Florencio Randazzo accediera a la PASO contra Daniel Scioli. En 2019 la fórmula con Alberto Kirchner catalizó apoyo inmediato y gozoso del peronismo unido.
En 2023 Cristina se inclinaba por mantener la regla. El ministro de Economía Sergio Massa estaba de acuerdo. Scioli depuso sus ambiciones. Pero Juan Grabois sostuvo las suyas. La tenacidad persuadió al conjunto de que esa interna podía ser funcional al contener adherentes disconformes con Massa que quisieran hacerse notar. Que su número no eclipsaría a Sergio tras una campaña menos sangrienta que la interna de JxC. Los pre requisitos se observaron.
Sería batacazo que Grabois empardara a Massa o algo por el estilo. La ambición veraz del ministro-candidato es ser el presidenciable individualmente más votado. Y una relativa paridad entre las sumas totales de UxP versus JxC. A mejor performance de Milei hay mayores perspectivas de que las plegarias sean atendidas. Los consultores que lo proyectaban al ballotage morigeraron entusiasmos, ahora hablan de entre un 15 o un 20 por ciento, enormidades igual. Un detalle a considerar sería sumar los votos duros de Bullrich y de Milei, derecha extrema. Los horizontes que se abrirían los dejamos para mañana.
Massa es competitivo, afirma unánimemente el peronismo oficial que lo apoyó en pleno. En el Frente Renovador rezongan por lo bajo: hay compañeros que no pusieron cuerpo ni alma en la campaña. Axel es la excepción, destacan de antemano. Con un resultado grato las recriminaciones pasarían a archivo. Si es fulero, otro gallo cantará.
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Cordobesismo, izquierda y otros: El gobernador Juan Schiaretti argumenta ser el representante exclusivo del federalismo en las presidenciales. Precisa de un buen resultado de local para superar el piso del 1,5 por ciento exigido para llegar a octubre. Todo indica que accedería, sería menester rondar un 20 por ciento en Córdoba. Un enigma es cuánto congregará extramuros de su bastión. Otro, cómo podría engrosar el caudal dentro de dos meses.
El FIT-Unidad dirime su interna ya clásica. La fórmula Myriam Bregman-Nicolás Del Caño se insinúa favorita sobre Gabriel Solano- Vilma Ripoll. Los precedentes así lo indican aunque de nuevo, hay que esperar al escrutinio. Históricamente esta izquierda sabe superar el umbral de las PASO
Otros competidores remarán para sobrevivir.
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Axel, una clave: Buenos Aires es clave para el acumulado total. Axel Kicillof combina gestión y campaña con un despliegue notable. Se tiene fe, es más conocido y querido que sus desafiantes. El célebre Clío estaciona ante pobladores que lo conocen y ven desde hace años. ¿Habrá cortes de boleta que lo posicionen mejor que Massa? ¿Gravitará la labor de los intendentes que privilegian su distrito y arman combos de boleta delivery? ¿Lastimarán o sumarán las internas picantes en La Matanza, Hurlingham y Moreno? Desde mañana estas cuestiones serán insumo en tertulias de café y charlas de quincho.
El peronismo nacional precisa que Axel quede primero hoy por encima del acumulado entre Diego Santilli y Néstor Grindetti. Eso insufla esperanzas hacia octubre, que no sobran.
En la PASO cambiemita, el colorado Santilli es predilecto en las apuestas deportivas propias y ajenas. A los timberos transversales les cuesta imaginar que Grindetti sobrelleve las mochilas de Independiente como club y de Lanús como distrito en el que está de licencia.
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La tragedia en el final: Las corridas financieras, la especulación, el dólar ilegal trepando son clásicos en los cierres de campaña cuando gobierna el peronismo. Los funcionarios denuncian sin evitar las maniobras. Los poderes fácticos presionan infatigables. Votan a su manera, casi siempre anti democrática.
En la cruel semana que termina hoy, el asesinato de Morena Domínguez conmocionó a la Argentina. Una tragedia, entendiendo como tal a un acontecimiento atroz, con repercusiones sociales profundas, no habitual pero tampoco fortuito. Algo posible, una tormenta perfecta que combina de la peor circunstancias conocidas. Formas violentas de delincuencia, inseguridad urbana, policías sospechosas, gente sencilla desguarnecida. Se dejaron sin efecto los actos de cierre pero los candidatos hicieron campaña por otros medios.
Una criatura pierde la vida cuando estaba entrando a la escuela, tempranísimo… el cuadro estremece. El firmante de este articulo escribió sobre las repercusiones mediáticas y políticas en el diario del jueves, prefiere no repetirse, se remite.
“Esta es la Argentina real” predican algunos, tienen razón aunque enfocan solo una parte.
La caracteriza también la violencia institucional desplegada contra Facundo Molares Schoenfeld, muerto en un banal episodio de represión con fuertes sospechas de homicidio preterintencional. También lo es la cobertura de los medios hegemónicos, calco de la ulterior a la masacre de Avellaneda o a la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado
También es real la vergonzosa sentencia que absuelve a los gendarmes acusados de matar a Santiago, justo dos días antes de las elecciones en las que Patricia Bullrich lucha con ínfulas.
Son reales la inflación, la pobreza, la injusta distribución del ingreso. Cien etcéteras.
La Argentina real es, asimismo y antes que nada, la de las familias humildes que mandan a sus chicos a las escuelas. La de los parientes, vecinos, maestros y amigos de Morena que la despidieron de modo conmovedor, sin atisbos de violencia. Dolor colectivo, genuino. Que abrazaron a la escuela, lanzaron al aire globos blancos. Que piden justicia y servicios estatales básicos. Que son menos brutales que la crema de los comunicadores, menos estridentes y más dignos que demasiados candidatos.
En la Argentina real se vota mayormente en las escuelas, diseminadas en todo el territorio patrio. Se iba a votar en la de Morena, la tragedia determinó que se cambiara.
En la Argentina real se conocen apariciones de nuevos nietos o se divulga que un pibe recontra pobre se recibe en una universidad pública. Fue buena nueva esta semana, para un sector importante de la población.
En la Argentina real la gente labura con denuedo aunque a menudo el sueldo no alcanza. La gente común galguea y no estalla furiosamente como en otras latitudes. Convive, arma redes solidarias, comparte comida cocinada sabiamente en comedores populares o en los hogares cuando hay con qué. Se manifiesta cotidianamente en el espacio público, sin barbarie.
Acostumbra votar con respeto y en paz. Ojalá lo haga hoy, con más masividad que la pronosticada. Que ejercite su derecho- deber. Que intervenga, que decida.
Mañana la seguimos.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/577344-todos-los-argentinos-como-protagonistas