Primero fue el Conicet. Después, no conformes, apuntaron contra el Incaa. Y ahora, para cantar línea en el bingo del ajuste cultural y educativo, el partido de Javier Milei va por las universidades nacionales y el financiamiento de las escuelas de gestión pública. Es que la idea de imponer «vouchers» ya no se queda solo con el anuncio del propio Milei sino que ahora los integrantes de un eventual gabinete del ultraderechista empezaron a dar detalles de la reforma que pretenden llevar adelante: hablan de quitar «todo el presupuesto» que tienen las universidades y escuelas para que cada individuo -presuntamente- elija su futuro. Lo que no dicen (o pretenden ocultar) es que este tipo de financiamiento «a la demanda» podría ser el fin de las escuelas rurales y el inicio del arancelamiento en los institutos de enseñanza superior.
Quien agitó en las últimas horas la reforma del sistema educativo fue el «gurú» económico de Milei: Alberto «Bertie» Benegas Lynch. En una extensa entrevista con el portal ElDiarioAr, el familiar de Ernesto Guevera dejó un par de precisiones sobre el plan dinamita de La Libertad Avanza. «La educación tendría que ser un negocio. Y no debería ser mala palabra. Es el mercado pudiendo asignar los recursos a las necesidades», expresó, al agregar inmediatamente que «si no se trata como negocio y se trata como un derecho, sonaste».
El proyecto, según Benegas Lynch, es «quitar todo el presupuesto» de las instituciones y dejar que los padres o los adultos (dependiendo de si se trata de jardines, primarias, secundarios o universidades) decidan a qué institución financiar. Para graficar su ejemplo, el economista -que dirigió el mecenazgo educativo del Banco Santander- eligió a la Universidad de Buenos Aires (UBA). Dijo que no le destinará un peso, pero que, según él, será la propia ciudadanía que decidirá si sigue en pie la institución académica argentina más destacada, según el ránking internacional QS.
«Si vos ibas a la UBA, vas a seguir yendo a la UBA, nada más que ahora te dan la posibilidad de reconsiderar si algo no te gusta. Si protesta la universidad estatal es que quizás no era competitiva«, dijo, para agregarle más pimienta.
Con su manual neoliberal en mano, Alberto Tiburcio -Bertie para sus amigos- expresó que en las universidades «hay adoctrinamiento», que faltan egresados y que en el actual sistema «un chico que está en el taller del padre financia al tipo que va en la 4×4 a la facultad». «Se están despilfarrando recursos», completó.
Las escuelas rurales y lo que no dice Milei
Meses atrás, un informe del Observatorio Hacer Educación de la Universidad de Buenos Aires no sólo analizó la propuesta de «vouchers educativos» –bandera que mantienen en alto en La Libertad Avanza– sino que se tomó tiempo para aclarar lo que no cuentan los propios ideólogos de este tipo de reforma.
El informe lleva la firma de los especialistas Patricio Conejero, Brenda Glickman, Aurelia Lupis y Malena Spotti. Allí explican que, pese a las particularidades de cada jurisdicción, la Ley de Financiamiento Educativo N° 26075 mantiene un punto en común: el sistema elegido es el subsidio a la oferta. Éste tiene como objetivo garantizar que todas las escuelas estén abiertas y en condiciones, más allá de cuántos estudiantes asisten a ellas.
Milei, Benegas Lynch y los principales dirigentes del partido más votado de las PASO quiere romper este esquema con un subsidio a la demanda, es decir, otorgar financiamiento a cada escuela por cada estudiante que asiste a ella, a través de un voucher (un vale o cupón) que acredita el pago de un monto determinado previamente. «Este tipo de propuestas implementa una lógica de mercado en el sistema educativo a partir de la cual la educación pasa a ser considerada como un bien de consumo», expresa el documento.
Lo que los especialistas se preguntan es qué pasará, si se implementan los vouchers, con las escuelas rurales. Es que estos institutos, con pocos estudiantes, suelen quedar lejos de la «competencia perfecta» que imagina Milei entre establecimientos de gestión privada y pública. ¿Alcanzaría la plata para poder mantener la escuela abierta? ¿Si se cierran, dónde se educarían los niños, niñas y jóvenes de esos pueblos y parajes de nuestras provincias?, son algunas de las dudas razonables que plantean en el Observatorio.
Acceso, obligatoriedad y arancelamiento
Benegas Lynch supone que, con esta reforma, cada uno podrá elegir su futuro educativo. A esa decisión se llegará, según él, «por la información del mercado» y no por gestión «de un comité de burócratas». Pero, cuentan los especialistas, hasta la UNESCO rechaza esa visión de que los consumidores libres -el sueño húmedo de Milei- tengan acceso irrestricto a la información.
«La poca información sobre la calidad educativa de cada establecimiento circula poco y no está distribuida equitativamente, por lo que la población más desfavorecida tiene menos acceso a ella», expresa el informe. En otras palabras, y siguiendo la analogía del gurú de Milei, el chico de la 4X4 tendría ventajas -económica, de movilidad y hasta de información- por sobre el hijo del mecánico para elegir la facultad.
Tampoco ni Milei ni su equipo detallan cómo sería el ingreso a los establecimientos si varias familias eligen poner su voucher en la misma escuela/facultad. Si fuera por examen de ingreso los expertos en educación aclaran que, otra vez, la ventaja corre para la familias de mayores recursos.
Y, como en otras oportunidades, las propuestas de Milei chocan contra la misma pared: la Constitución Nacional. Es que el fondo de la cuestión también bucea la obligatoriedad de la educación, estipulada por la Ley 1420, que obliga que –desde los 4 años hasta la finalización de los estudios secundarios– «la educación debe ser común, libre y gratuita». Algo que inquieta al propio Milei, quien insiste en eliminar esa condición, con un extraño argumento: «El tema de la obligatoriedad es querer controlar a los seres humanos e imponer tu patrón moral. El que quiera estudiar, estudia, pero obligar no me gusta», suele repetir.
Ante eso, el mayor temor es que ante la imposibilidad de modificar el financiamiento actual de los jardines, primarias y secundario, los ultraderechistas decidan cambiar el sistema universitario, el único nivel que no está amparado por la Ley Nacional 1420 pero que en nuestro país tiene particulares condiciones de gratuidad y acceso. «¿Si se agrega el arancelamiento -como queda implícito en la propuesta de los vouchers- esto afectará la formación de los tan valorados profesionales que nos convierten en una referencia internacional en términos académicos?», preguntan en el informe.
Lejos de responder a esas inquietudes, Benegas Lynch ya anticipó que el presupuesto de la UBA será eliminado en forma completa. Y, como explican los especialistas, al de la 4X4 parece que no le preocupará en lo más mínimo.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/580722-para-la-uba-ni-migajas-el-equipo-de-javier-milei-quiere-quit