El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, aseguró este miércoles que su país se encuentra en estado de guerra luego de las acciones violentas protagonizadas por bandas del crimen organizado que lo llevaron a declarar el conflicto armado interno. Noboa anticipó que no piensa negociar ni ceder ante estos grupos y advirtió que deportará a unos 1.500 ciudadanos extranjeros que cumplen condena en las cárceles del país. Ecuador atravesó el tercer día consecutivo de una inédita violencia en sus calles desatada por bandas criminales y narcos que dejaron al menos 14 muertos, casi 140 policías y personal penitenciario retenidos por presos, un sinfín de ataques armados y al menos 329 detenidos.
«Se acabaron los gobiernos tibios»
En su primera intervención pública desde el estallido de esta crisis de inseguridad iniciada con la fuga de la cárcel de Adolfo Macías alias «Fito», líder de la banda criminal Los Choneros, Noboa señaló: «Estamos en un estado de guerra y no podemos ceder ante estos terroristas». El joven mandatario aseguró que ante la crisis de seguridad que se vive en el país «se requieren huevos grandes, de avestruz y no de cartón».
En una entrevista brindada a Radio Canela, Noboa advirtió que las acciones violentas de los últimos días son la respuesta de los grupos criminales a las acciones que está tomando su administración para frenar la escalada de inseguridad que hace que Ecuador se sitúe como uno de los países más violentos del mundo. El presidente dijo que «se acabaron los gobiernos tibios» en el país y admitió que se vive «un momento muy duro».
Para Noboa, que asumió la presidencia 23 de noviembre, la ola de violencia «no es un accidente» sino que se dio cuando «se estaba empezando a aplicar el plan de seguridad». El también empresario fue tajante al asegurar que se considerará «también a los jueces y fiscales que apoyen a estos grupos terroristas como parte de esos grupos», una advertencia que también tuvo como destinatarios a miembros de la policía y de las Fuerzas Armadas «que traben cualquier operativo».
Noboa agradeció la ayuda ofrecida por países como Estados Unidos, China, Israel, Perú, Argentina y Colombia, a cuyo gobierno propuso que se haga cargo de alrededor de 1.500 presos colombianos que permanecen en las cárceles ecuatorianas, lo que les permitiría bajar el hacinamiento de las prisiones. El presidente Noboa agregó que esos presos colombianos «tienen ya sentencias de cinco años o más, ejecutoriadas» y, por lo tanto, pueden ser devueltos a su país de origen.
Centenares de militares fueron desplegados este miércoles en las desoladas calles alrededor de la sede presidencial en el centro de Quito, mientras en el norte el parque de La Carolina, el más grande de la ciudad de casi tres millones de habitantes, estuvo casi vacío y sin sus habituales deportistas. Pocos autos y colectivos circularon en las avenidas de la capital y la ciudad portuaria de Guayaquil, principal foco de la crisis de violencia desatada por bandas de narcotraficantes en guerra contra el Estado, donde los comercios de barrio y las escuelas permanecieron cerrados. En todo el país las clases presenciales están suspendidas esta semana.
14 muertos y 139 policías retenidos
La ofensiva de las organizaciones criminales, vinculadas a cárteles de México y Colombia, incluyó el martes una inusual irrupción registrada en vivo y en directo a un canal de televisión pública durante el noticiero del mediodía, en la que amenazaron con explosivos y armas largas a los trabajadores. Finalmente no hubo víctimas y la policía logró detener a 13 delincuentes. El diario El Universo elevó a 14 la cifra de muertos en las últimas horas, sin distinguir entre civiles, atacantes y policías.
Por su ubicación estratégica, Guayaquil se convirtió en los últimos años en epicentro del tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa. Buena parte del interés seguía centrado este miércoles en los penales: el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) ubicó en 139 el número de policías y empleados administrativos (125 y 14 respectivamente) retenidos en las cárceles de Turi (Azuay), Cañar, Napo, Ambato (Tungurahua) y Latacunga (Cotopaxi). Las autoridades informaron que se logró liberar a cuatro policías que permanecían secuestrados.
Por la tarde llegó el primer informe de las Fuerzas Armadas con el dato de la detención de 329 «terroristas», tal como los llamó el jefe del Comando Conjunto, Jaime Vela, que detalló que se trata de integrantes de las bandas Los Tiguerones, Lobos y Los Choneros, tres de las más potentes del país. Vela reiteró que el Ejército no negociará con los presos que mantienen retenidos a guías penitenciarios, y aclaró que ninguno de los rehenes fue asesinado, como mostraron videos que circularon en las redes, aunque sin verificación.
En el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, en Quito, se implementarán nuevas medidas como la prohibición de ingreso a la terminal a cualquier persona que no lleve «sus documentos de viaje, es decir, pasaporte o cédula de ciudadanía y boleto aéreo o pase de abordar». Las recompensas ofrecidas por el gobierno (y financiadas por Estados Unidos) se extendieron ya a información o datos de 19 jefes de bandas.
Estados Unidos, China, la Unión Europea y prácticamente todos los países de América latina se solidarizaron con el Ejecutivo de Noboa. En tanto Francia, México, Uruguay y Rusia advirtieron a sus ciudadanos que no viajen a Ecuador, Perú declaró bajo estado de emergencia toda su frontera con Ecuador, y Colombia también reforzó la seguridad en la zona limítrofe.
El país más violento de la región
Noboa, de 36 años, llegó al poder en noviembre como el presidente más joven en la historia de la nación con la promesa de enfrentar con mano dura al narco. Fue elegido por 18 meses para completar el mandato de cuatro años de su predecesor Guillermo Lasso. Su decreto de «conflicto armado interno» otorgó estatus beligerante a las bandas y le permite al gobierno tomar medidas para enfrentarlas.
El decreto ejecutivo reforma el estado de excepción vigente y reconoce la existencia de un conflicto armado interno, por lo que dispone la movilización e intervención inmediata de las Fuerzas Armadas y la policía en el territorio nacional. En esa línea, la totalidad de los bloques de legisladores de la Asamblea Nacional acordaron respaldar al gobierno en su lucha contra las organizaciones criminales y disponer «la adopción de indultos y/o amnistías en los casos que sean necesarios para garantizar la tarea» de las fuerzas de seguridad y el Ejército.
El exmandatario Rafael Correa aseguró este miércoles en una entrevista con una radio colombiana que la crisis que vive Ecuador es producto de lo que diferentes gobiernos sembraron por años y del desmantelamiento del Estado. Correa, que reside en Bélgica desde que terminó su mandato de una década en 2017, aseguró que Noboa «es una persona totalmente impreparada, un niño rico que quiso llegar a la presidencia y con la ayuda de la prensa basura del Ecuador lo logró».
Ecuador cerró el año 2023 con el trágico balance de 7.200 muertes violentas, lo que supone una tasa de 45 homicidios cada 100 mil habitantes y coloca al país como el más violento de América latina, según datos del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado. Según InSight Crime, organización especializada en el análisis del crimen organizado, las pandillas del país se volvieron cada vez más sofisticadas: «Controlan muchas de las prisiones del país y han fortalecido conexiones con importantes organizaciones criminales internacionales trabajando como intermediarios moviendo cocaína desde países vecinos a través de los enormes puertos de Ecuador hacia Europa, Estados Unidos e incluso Australia».
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/703031-noboa-dijo-que-ecuador-esta-en-un-estado-de-guerra-contra-el