El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, continuó este martes la transición de gobierno con una visita oficial a la Convención Constituyente, un órgano que será central en su mandato, y al que le expresó su «plena voluntad de colaboración con el proceso». Boric opinó que «si le va bien a la Convención, le va bien a Chile», pero se mostró respetuoso con la independencia de criterio de sus integrantes. A media mañana la presidenta de la Convención, Elisa Loncón, y el vicepresidente, Jaime Bassa, lo recibieron junto a la diputada comunista Camila Vallejo con abrazos efusivos en la vieja sede del Congreso, donde sesiona el órgano, y se reunieron a puertas cerradas antes de abrir el encuentro a toda la mesa directiva.

Loncón es una dirigente mapuche y férrea defensora de los derechos de los pueblos originarios, mientras que Bassa es un joven dirigente de izquierda, ambos símbolos, al igual que Boric y Vallejo, de la renovación política que viene transitando Chile en los últimos años. El futuro presidente fue uno de los principales impulsores del proceso constituyente, que nació como la vía política para dar respuesta a las fuertes protestas contra la desigualdad iniciadas en 2019, y que busca dejar atrás la actual Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

«Los constituyentes están haciendo historia» 

“Hemos ratificado nuestra plena voluntad de colaboración con el proceso constitucional y con la Convención. Si le va bien a la Convención, le va bien a Chile», aseguró el mandatario electo en una conferencia conjunta tras las reunión con los constituyentes y luego agregó: «Yo no espero en ningún caso una Convención partisana, una Convención al servicio de nuestro gobierno».

Boric fue contundente en su promesa de respetar el trabajo deliberativo de los constituyentes, a quienes les prometió su respaldo: «No voy a tratar de pautear a la Convención respecto a lo que tiene que hacer, sino que más bien respetar e implementar lo que acá deliberativamente se decida». El candidato presidencial más joven y más votado de la historia chilena dijo que «los constituyentes están haciendo historia» al redactar la Constitución que podría reemplazar a la que dejó la dictadura pinochetista, si es aprobada por un referéndum con voto obligatorio.

Luego de la reunión también intervino la presidenta del órgano, la académica indígena Elisa Loncón. «Nuestra Convención le abre las puertas en dirección a estas colaboraciones institucionales manteniendo la autonomía», dijo Loncón, quien más tarde aseguró desde su cuenta de Twitter: «La Convención Constituyente seguirá caminando a paso firme para materializar los sueños de Chile, juntos seguimos con más fuerza que nunca».

A su lado el vicepresidente de la Constituyente, Jaime Bassa, disparó una chicana hacia el gobierno de Piñera, con quien la Convención chocó públicamente en más de una ocasión. «El país está esperando un trabajo fraterno y sabemos que nos ha costado mucho trabajar esta colaboración con el gobierno saliente. Lo hemos conseguido a rato, pero ha sido una relación muy dificultosa», sostuvo Basso.

El clima político entre la dirección de la Convención se volvió tan crítico a Piñera tras estos primeros seis meses de funcionamiento que incluso Boric buscó moderar su discurso este martes. «Yo no estoy acá con el objetivo de marcar diferencias que sean odiosas con el actual presidente en ejercicio. Lo hago con la mejor disposición para colaborar con un proceso que nos importa a todos, no para marcar diferencias, no para tratar de pegar codazos, sino para encontrarnos», expresó.

Luego de conocerse su contundente triunfo en el ballotage frente al candidato de ultraderecha que rechaza el cambio de Constitución, José Antonio Kast, la mesa directiva de la Convención felicitó al joven diputado y exlíder estudiantil: le desearon «éxito en este nuevo gobierno que tendrá la oportunidad histórica de acompañar y ver el nacimiento de la nueva Constitución». El comunicado de los constituyentes agregó: «Contamos con su respaldo para llevar este proceso a buen término».

Además el diputado de Convergencia Social, Gonzalo Winter, le había contado a la prensa que, ese mismo domingo, la primera llamada que tuvo el presidente Boric fue con Loncón. «Yo creo que lo que le ha transmitido es que él es una persona muy respetuosa del proceso, que entiende la importancia que tiene el éxito del proceso constitucional», aseguró en ese sentido.

El camino hacia una nueva Constitución

La candidatura de Boric estuvo claramente identificada con los reclamos de cambios políticos, económicos y sociales estructurales que surgieron del estallido social de 2019 y que tuvieron su primer eco institucional en la formación de una Convención Constituyente. Sin embargo, tras la elección de los constituyentes, el órgano se instaló como una composición muy atomizada, en la que la primera minoría está compuesta por dirigentes independientes que no responden a ninguna de las alianzas partidarias e incluso representan un arco ideológico heterogéneo.

La alianza Apruebo Dignidad, que encabeza Boric, apenas posee 16 de las 155 bancas que componen la Convención, lo que lo obligará no sólo a buscar alianzas con la centroizquierda de la exConcertación (lo mismo sucede en el Congreso, donde también está en minoría), sino que además tendrá que tejer vínculos y conseguir apoyos de los independientes.

Por ese motivo, Boric destacó el rol de la Convención y la necesidad de una nueva Constitución desde su primer discurso como presidente electo, frente a la marea humana que festejó su triunfo en la Alameda, en el centro de Santiago, el domingo a la noche. «Por primera vez en nuestra historia republicana estamos escribiendo una Constitución de forma democrática, paritaria, con participación de nuestros pueblos originarios», aseguró Boric al momento de la celebración.

«Cuidemos entre todos este proceso para tener una Carta Magna que sea de encuentro y no de división, como es la que impusieron a sangre y fuego mediante un plebiscito fraudulento en 1980 y que tanto nos costó cambiar», manifestó el presidente electo de Chile sobre lo que será uno de los grandes desafíos de su mandato, que comenzará en marzo de 2022 para un periodo de cuatro años. En caso de aprobarse en un plebiscito de salida este año, Chile tendrá su primera Constitución que emana de un proceso plenamente democrático.

 Aunque fue reformada más de 50 veces en democracia, la actual Carta Magna fue inspirada en las ideas de los llamados «Chicago Boys», un grupo de economistas ultraliberales discípulos de Milton Friedman, que fomentaron la privatización de servicios como el agua, las pensiones, la salud y la educación amparándose en la figura del Estado subsidiario. En campaña Boric prometió avanzar sobre esas deudas históricas con el pueblo, algo que repitió en su discurso del domingo: «Chilenos y chilenas hemos llegado con un proyecto de gobierno, que se puede sintetizar en avanzar con responsabilidad en los cambios estructurales que Chile necesita. Nuestro gobierno va a ser un gobierno con los pies en la calle«.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/390864-no-queremos-una-convencion-constituyente-partisana-al-servic