Jonathan Morel, líder de la agrupación de ultraderecha Revolución Federal, fue indagado por segunda vez en la causa donde se lo investiga junto con otros integrantes de la organización por «instigación a la violencia colectiva». Antes de entrar a los tribunales de Comodoro Py protagonizó discusiones con gente que pasaba por ahí y con algunos periodistas. De todos modos aprovechó los micrófonos y dijo: «Con el atentado a Cristina no tengo nada que ver». No era por ese tema que se lo interrogaría un rato después, sino por fomentar y participar en acciones que incluyeron insultos y amenazas contra dos legisladoras porteñas (Claudia Neira y Maia Daer), el actual intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, el periodista y conductor Víctor Hugo Morales y la extitular de Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), Victoria Donda. Su argumento ante el juez Marcelo Martínez de Giorgi y la fiscalía de Gerardo Pollicita fue que no tuvo la intención de fomentar la violencia y que eran simples manifestaciones, informaron allegados al expediente. 

Lo que sucede es que Morel no puede negar los hechos porque todo está filmado y/o registrado en redes sociales. Entonces su estrategia es tratar de despegarse del delito que se le adjudica. Ante los periodistas dijo algo similiar a lo que sostuvo en la indagatoria: “Fueron siempre manifestaciones públicas debido a un contexto político y social. Hay cosas que me puedo replantear con respecto a las formas, pero no arrepentir, porque es lo que pienso. Quizás fui poco inteligente en las formas, pero lo que pienso lo pienso, soy sincero, no soy políticamente correcto, pero quizás lo dije mal”. Lo que para él es una cuestión de «formas», constituye la base de la imputación en su contra. Ya había sido procesado en un comienzo por la seguidilla de manifestaciones, expresiones de odio y amenazas de muerte (en las calles y en redes sociales) en diferentes episodios, que según el juez y el fiscal agitaron un clima de violencia tal que derivó en intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner. 

De qué se lo acusa

La nueva indagatoria alude a una serie de hechos que tuvieron como víctimas a dirigentes del Frente de Todos y funcionarios del actual gobierno, además de Víctor Hugo Morales:  

* El 4 de julio del año pasado las legisladoras Neira y Daer llegaban a la jura de Silvina Batakis como ministra de Economía, cuando se les abalanzó un grupo de Revolución Federal a los gritos, intimidaciones y escupitajos: «Las vamos a prender fuego»; «hija de puta», «corrupta», «por qué no te vas del país»; «las dos por qué no se van a Cuba». Esas fueron algunas de las frases que se escuchan en los videos. Morel, según el análisis de esas filmaciones, habría sido quien identificó a las legisladoras y las siguió a lo largo de una cuadra o más junto con otras personas. Ante los periodistas este lunes en los tribunales de Retiro, dijo que no las conocía. Neira viene reclamando que se indague a Cristina Luján Romero –amiga de Ximena Tezanos Pinto, la vecina de CFK–, que aparece también en los videos y en otros episodios violentos. 

*El mismo día, el grupo de Revolución Federal increpó con amenazas hasta de muerte al exministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi. Le decían «traidor a la patria»; «te vamos a prender fuego. Vamos a matarlos. Uno a uno vamos a bajar a estos hijos de puta».

*Revolución Federal organizaba charlas en Twitter Spaces (conversaciones de audio con otros usuarios de la red). Hizo muchas y con gran asistencia: hubo hasta 2000 personas escuchando. El 19 de julio del año pasado hubo una charla que titularon «No llegan a diciembre». Morel compartió una grabación de Victor Hugo Morales y dijo al instante: «Lo cagaría a trompadas hasta desfigurarle la cara». «Prendería fuego C5N», decía en alusión al canal donde se desempeñaba el conductor. Otra vez volvía a la devoción por el fuego, que la organización usó en marchas con antorchas. «Decí que somos sesenta. Si somos 200 desaparecen. Uno por uno desaparecen», agitaba Morel a los participantes, utilizando una palabra poco feliz «desaparecen» en un país como Argentina con su historia de terrorismo de Estado y desapariciones. 

*Morel fue bien explícito con su discuro apologético del régimen dictatorial en un vivo de Instagram que hizo desde la Quinta de Olivos el 25 de agosto del año pasado, donde se refirió a la ex titular del Inadi, Victoria Donda, hija de desaparecidos, apropiada por el prefecto Juan Antonio Azic. “Donda, vas a tener el mismo destino que tus viejos, hija de puta”, le gritaba Morel. “Le vas a tocar timbre a San Pedro”, decía. Cuando este lunes lo aboradaron los medios, sobre esto mantuvo su parecer. 

Escenario

Morel fue a Comodoro Py acompañado por su pareja, Dalila Monti, y otro integrante de Revolución Federal, Leonardo Sosa, quien será indagado este martes por otros hechos ligados a la organización. El nombre de Monti quedó sobre el tapete días atrás, cuando el juez Martínez de Giorgi mandó al juzgado de su par María Eugenia Capuchetti y al fiscal Carlos Rívolo –a cargo de la causa del intento de magnicidio– un informe sobre el contenido de los dispositivos de Morel, donde aparecía una usuaria de whatsapp que figuraba como «Dali Revolución», que ofreció en cuatro ocasiones una pistola calibre 9 milímetros para matar a la vicepresidenta. La última ocasión fue el 27 de agosto. El ataque fue el 1 de septiembre. Pese a que se sabe de la existencia de esta usuaria desde hace tiempo, nunca se avanzó en identificarla. 

Morel, Sosa, Gastón Guerra y Sabrina Basile estuvieron detenidos el año pasado pero la Cámara Federal los liberó. Luego cambió la figura por la cual fueron proceados, por una menos grave.  Martínez de Giorgi les había imputado conformar una asociación ilícita destinada «a comabatir ideologías» e imponer las suyas «por la fuerza» o infundiendo temor. Pero los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi dijeron que en realidad se trataba de instigación a la violencia. 

En un dictamen de la semana pasada, Rívolo insistió en que no encontró ningún vínculo de los acusados por la autoría material (Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Gabriel Carrizo) con Revolución Federal ni otra agrupación política. Es parte del concepto que desarrolló al pedir la elevación a juicio por el atentado. Sostuvo que las medidas sobre «Dali Revolución» debían llevarse a cabo en el juzgado de Martínez de Giorgi. Una pesentación de otro querellante en esa causa, el dirigente y precandidato presidencial Juan Grabois, señala que el celular en cuestión sería de otra integrante de Revolución Federal. 

Lo cierto es que hay algunos vasos comunicantes entre una y otra causa que no fueron profundizados, como la presencia de Brenda Uliarte en acciones de Revolución Federal y su contacto con una de sus integrantes, Brenda Ortega, otra testigo que perdió el celular justo cuando debía declarar. La presencia de miembros del grupo violento en la casa de la vecina de CFK los días previos al atentado así como el hecho de que le estuvieron sacando fotos a la puerta de la vivienda de la vicepresidenta, son cuestiones que quedaron a mitad de camino. Igual que algunas coincidencia temporales y conceptuales: en Twitter Spaces Morel decía que si no le concieran  la cara «los nenes de La Cámpora» se metía entre los manifestantes que iban a dar apoyo a CFK en medio del juicio de Vialidad y «paso a la historia», decía. Fue la metodología que, finalmente, usó Sabag Montiel. Todavía faltan precisiones, además, sobre el dinero del grupo Caputo recibido por Morel.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/555645-morel-declaro-por-instigacion-a-la-violencia-pero-busco-desl