La película de la semana de Juntos por el Cambio no sólo mostró los ataques y contraataques entre Mauricio Macri y Gerardo Morales, con Elisa Carrió terciando a último momento. Detrás de esas idas y vueltas entre los representantes del PRO, la UCR y la Coalición Cívica, se trazan dos caminos bien diferenciados y, ya a esta altura de la soireé, excluyentes. Macri ve que la sociedad va hacia votar opciones al estilo de Javier Milei, por lo que busca abiertamente o bien sumarlo a la alianza o bien tener candidatos que se le parezcan lo más posible. Los radicales y Carrió en cambio rechazan esta idea -la líder de la Coalición Cívica lo tildó de «genocida» por su propuesta de vender órganos- y piensan en un marco de alianzas bien diferente. Para los radicales, son el socialismo y algunos sectores del peronismo. Estas dos estrategias electorales dividen aguas cada vez más en la alianza, al punto de que no queda claro cómo se conciliarán en 2023.

Atentos a que la elección -y las PASO- aún están lejos, en Juntos por el Cambio cada uno juega su juego. Patricia Bullrich hace un virtual lanzamiento a presidenta con propuestas de mano dura y ajuste neoliberal. Horacio Rodríguez Larreta contraataca prohibiendo el lenguaje inclusivo en las escuelas. Macri le chicanea a los radicales a Yrigoyen y entra en un sinfín de idas y vueltas con Morales. El aparente caos esconde una lógica: leer encuestas, ver cómo le está yendo a Milei, pensar en correrse a la derecha, discutir alianzas. Hay que ir por partes, como ya dijo Jack.

El desentendido

Los radicales podrán decir con cierta razón que Macri tiró la piedra y escondió la mano. Aunque en el entorno del ex presidente plantean que todo está sobredimensionado, no puede haber sido inocente la inclusión de Hipólito Yrigoyen como uno de los creadores del «populismo» (que, para la derecha actual, funciona como un término similar al «comunismo» hace algunas décadas). Macri ya había dicho en un almuerzo con la cúpula del PRO hace algunas semanas que había que distanciarse lo más posible de los radicales.

Macri jugó a hacerse el ofendido: cuando el titular de la UCR le envió una carta, la consideró «desmesurada» y planteó que tiene los mejores pensamientos sobre la historia de la UCR. No dejó de deslizar que era una irresponsabilidad tensar la cuerda en el actual momento del país. Lo hizo mientras sus adláteres le pateaban los tobillos a Morales, le recomendaban tomar psicofármacos o lo acusaban de querer romper la alianza opositora. 

Pero, ¿cuál es el juego de Macri? Quienes tienen diálogo con él, aseguran que reitera que no está pensando en candidatearse para presidente. Ni sus interlocutores más cercanos le terminan de creer. Está haciendo demasiadas jugadas de exposición pública como para solo querer quedarse a un costado. Los más benévolos sostienen que sólo busca el reconocimiento que –siente Macri– le fue negado a sus cuatro años de gobierno.

El retador

Morales sí está convencido de que Macri va por la presidencia. Ya lo dice públicamente. Y sus múltiples acciones de la semana apuntaron a que el expresidente tenga que mostrar sus cartas: por eso lo acusó de querer aliarse a Milei y romper Juntos por el Cambio. Las acusaciones fueron en espejo. También apuntó a la interna del PRO: dijo que con sus acciones, Macri impide el crecimiento legítimo de Bullrich y Larreta.

En el entorno de Morales, hasta están convencidos con que Macri le baja línea a periodistas de La Nación+ –medio sobre el que Macri niega tener propiedad alguna– para que lo cuestionen al gobernador radical al aire. Uno de ellos reiteró los argumentos del ex presidente: «Qué ingrato Morales, le di todo como presidente. Lo apoyé con Milagro Sala, con el litio, parque solar, el aeropuerto en Jujuy. Es el Insfrán jujeño». Cerca de Morales, creen que Macri está convencido de que los radicales ya se hubieran extinguido sin su presidencia. Y los considera unos ingratos.

Pero el gobernador de Jujuy no se quedó solamente en discutir en los medios con el expresidente. También intentó aislarlo. La alusión a Bullrich y Larreta –que no lo acompañaron a Macri en sus encontronazos– no fue casual: Morales ve que esos adversarios en la interna son sus eventuales aliados a la hora de jubilar a Macri, dado que comparten sus intereses. Tampoco fue obra del azar que Morales, justo esa semana, recibiera en la Casa de Gobierno jujeña a Elisa Carrió, la líder de la tercera fuerza política de Juntos por el Cambio. Ni que la invitara luego a su residencia y siguiera escuchándola hasta entrada la tarde.

La tercera

Carrió se había mantenido al margen de la interna PRO-UCR, pero esta semana que pasó claramente hizo su juego e intervino. Fue a ver a Morales a Jujuy acompañada del presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro. Desde allí, marcó su posición sobre la disputa interna en Juntos: “En Juntos por el Cambio hay un núcleo central y la unidad está garantizada”, sostuvo en el encuentro con el gobernador.

En una entrevista radial, se permitió bromear sobre Macri y Morales y dijo: “Ya los voy a amansar a estos dos”. Pero en otro reportaje con un diario salteño, dejó en claro que no ve una ruptura, aunque tal vez sí un realineamiento: “Yo hablo con todos y quizás sea la que tiene relación más profunda con cada una de las facciones individualmente: con los radicales y con todos los del PRO, pero en serio. No hay ningún riesgo de ruptura, hay algunos chisporroteos pero nada grave. Juntos por el Cambio se va a consolidar en marzo y después con otras alianzas”, aseguró.

No obstante, tras las desmentidas de rigor, Carrió también sentó posición sobre la política de alianzas. Lo hizo al apuntarle directamente a Milei: “Yo creo que con esto del tráfico de órganos, si votás a Milei, votás a un genocida”. Se refería a cuando el dirigente de Avanza Libertad sugirió que si una persona no tenía para comer, tenía la libertad de vender sus órganos. Un legislador de Carrió, Facundo del Gaiso, se sumó a esto y planteó: “El proyecto de Milei de la posibilidad de la venta de órganos es una aberración humana. Es repudiable que un diputado nacional se refiera en estos tiempos al cuerpo humano, como un nuevo mercado a explotar”.

En la disputa con Morales y en la política de alianzas, Carrió dejó entonces en claro que está lejos del pensamiento de Macri. El expresidente no se puede hacer ilusiones en que encontrará una aliada para sus ideas en la líder de la Coalición Cívica, que se ha mostrado en los últimos años más cerca de Larreta y de María Eugenia Vidal.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/428595-milei-y-la-encrucijada-que-abre-cada-vez-mas-grietas-en-la-o

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