Ya diputado pero sin perder su prédica «antisistema» como columna vertebrante, Javier Milei comienza a enfrentarse con los condicionantes, además de las ventajas, de su lugar de «fenómeno». Su aspiración a llegar a las provincias en un intento de armado (¿mediático, territorial?) de cara a 2023, expone claramente el dilema de la casta al que se enfrenta el ya autoproclamado candidato. Basta ver lo que pasa en Tucumán: allí donde anuncia que su alianza será con Bussi, los mismos libertarios locales repudian «la contradicción de quien dice que viene a combatir la casta política acercándose a una familia de tres generaciones de empleados públicos».
La visita a Mendoza afectó en el mismo sentido la imagen del libertario, tras la reciente denuncia por la utilización de pasajes aéreos del Congreso para actividades que sólo se visualizan como proselitistas.
El tan viejo teorema de Baglini parece empezar a pesar, ineludible, sobre la «nueva política» que propone el libertario.
De gira
Así como antes de las legislativas la campaña de Milei se enfocó en los barrios porteños con efectiva lógica publicitaria (tres cuadras de caminata, saludo al vecino y al comerciante, beso y abrazo, selfie y video, siguen las redes), el diseño con proyección nacional apuesta también a lo espectacular.
Consiste en «clases de economía» –y no «actos», que serían «políticos»– en diferentes puntos del país. La de Mendoza, a fines de abril, fue sobre «dolarización», en Parque O’Higgins. Tuvo la «puesta joven» que caracteriza al candidato de 51 años –luces, saltos, música al palo– y reunió a una entusiasta concurrencia, mayoritariamente joven.
De más avanzada edad son los referentes del ultra conservador Partido Demócrata mendocino, como el ex candidato a gobernador Carlos Balter, quien posó para la foto junto al libertario en la conferencia de prensa previa, en la sede de su partido.
Es que los otrora influyentes “gansos” –el mote designa a los señores demócratas de cuello blanco de la aristocracia mendocina– venían de capa caída tras tiempos mejores en que llegaron a perder por muy poco la gobernación en los 90, y ven en este porteño una oportunidad para un rearmado nacional.
La legisladora provincial Mercedes «Mechi» Llano responde a la consulta de Página/12 en el mismo momento en que los convencionales del Partido Demócrata definían ayer que sí se pronunciaban a favor de una eventual candidatura de Milei en 2023 (43 votos a favor, 16 en contra, 2 abtenciones).
Desde su lugar actual de fuerza minoritaria, con fuertes críticas tanto al gobierno radical como a la oposición peronista en la provincia, asegura que el discurso «anti casta» de Milei no choca con los principios y el recorrido de su partido.
«Javier no es antipolítica, es anti privilegios de la política, él está en contra de la política como negocio, de las elites y corporaciones. Y todas nuestras iniciativas van en esa dirección», dice la hija de Gabriel Llano, ex presidente del partido y ex candidato a gobernador, uno de los apellidos ilustres mendocinos.
«Con javier compartimos las ideas liberales, del progreso, compartimos la misma doctrina, la de la Constitución del 53», delimita la demócrata.
Resalta que fue su partido el que organizó la clase. Desde lo que queda en la provincia del Partido Renovador, el diputado José María Videla Saenz también saca chapa de su cercanía con Milei. El porteño por ahora «no se casa con ninguno», mientras busca sumar armado.
Dolores de cabeza
Sorpresa y falta de reflejos fue lo que mostró el diputado cuando los mismos medios que venían dándole tratamiento estelar le recriminaron haber usado pasajes de la casta –del Congreso cuya dieta rechaza y sortea– para viajes como el de Mendoza, que no encuentran otra justificación más que su carrera personal.
“Si no los usás, el dinero le vuelve a la casta”, ensayó primero como justificación. “Los usamos transitoriamente, lo vamos a reintegrar”, se defendió luego en La Nación+.
Hoy dice estar enojado por lo que siente una traición de algunos periodistas también estelares, que repentinamente innovaron con él en la repregunta.
Casting federal
El casting federal de Milei comenzó en La Rioja, donde «bendijo» a Martín Menem, sobrino de quien califica como «el mejor presidente de la historia argentina», e hijo de Eduardo, durante 22 años senador nacional. El empresario importador que asegura que «nunca estuvo en política» se transformó en diputado provincial por La Libertad Avanza y, como buen discípulo, ya hace campaña sorteando su sueldo de legislador.
El próximo punto anunciado con bombos y platillos es en la provincia de Buenos Aires: una clase – acto – show en el estadio del Club el Provenir, en Gerli, el 19 de junio próximo.
Esta vez tendrá un atractivo extra: la página musical del cantante de cumbia y panelista El Dipy.
Repudio libertario tucumano
Otra visita confirmada trajo revuelo en Tucumán, y provino de los mismos libertarios locales. Con la misma lógica que los democrátas en Mendoza, allí recibe a Milei Ricardo Bussi, con quien el libertario anunció un acto en la tierra de la independencia inicialmente el 21 de mayo pasado, reprogramado luego al próximo 27 de julio.
Milei fue asesor del represor condenado por delitos de lesa humanidad y gobernador de la provincia entre 1995 y 1999 Antonio Domingo Bussi. Con su hijo Ricardo dialoga con frecuencia, han tenido reuniones en Buenos Aires y en Mendoza.
Ocurrió que los libertarios tucumano salieron a «repudiar enérgicamente» el carácter «incoherente» de esta alianza.
En un comunicado acusaron a Bussi de ser integrante de una familia de «tres generaciones de empleados públicos que jamás conocieron el empleo privado». Le reclaman a Milei que no caiga «en las trampas de las castas que solo usan su imagen para conseguir votos y continuar empobreciendo» Tucumán.
«Hicimos este planteo y jamás nos respondió, y ahora nos enteramos por los medios y las redes que el acto sigue en pie», se queja en diálogo con Página/12 Eduardo Albo, presidente de la junta promotora del Partido Libertario en Tucumán, donde están buscando juntar las 4.000 firmas de adhesión y afiliación necesarias para que la cámara electoral los habilite como partido.
«Es muy sabido que Fuerza Republicana tiene más de 1000 empleados en la legislatura de Tucumán, son 32 años que llevan en la política. Hay una contradicción muy grande en esta alianza, no podemos explicar que venimos a combatir lo que Bussi representa adentro de esa casta», expone Albo.
«Esto empieza a generar un escozor que nos lleva a preguntarnos si tuvo siempre la intención o estamos ante una embestida de buscar solamente un rédito personal», lamenta con ánimo de ruptura, recordando las denuncias de abuso sexual y corrupción que pesan sobre Bussi hijo en la justicia.
Consultado sobre si el escozor se liga también a la condición de genocida de Bussi padre, responde que «no vamos a reivindicar el terrorismo de Estado, si un tribunal superior lo encontró culpable lo damos por válido y lo repudiamos, pero no hacemos responsable al hijo por los delitos del padre».
Albo hace otra observación sobre el rol de Milei: «Acá en Tucumán nunca estuvimos de acuerdo con el sorteo de la dieta, no lo vemos como una devolución a la sociedad entera. Si a ese dinero le corresponde cobrarlo, debería abocarse a desarrollar su trabajo. En campaña prometió exponer a la casta que sube impuestos, y al día de hoy estamos esperando un proyecto de ley de su puño y letra con alguna propuesta, algo».
La mirada de consultores
Página/12 consultó a analistas sobre las posibilidades a nivel nacional y el armado actual del candidato. La consultora Analía del Franco reconoce la buena imagen que Milei sostiene en el interior, donde según el estudio nacional que encaró a fines de abril «aparece mejor posicionado que en el Amba, con una imagen positiva que llega a alcanzar el 50 por ciento en provincias como Misiones».
Analiza esa «atracción en la opinión pública» –mayor entre los jóvenes, y entre los sectores populares– como el resultado de su gran exposición mediática y en la formulación de «un discurso ‘anti’, que engancha con un malestar social expresado por el 80 por ciento como ‘bronca'». «Claro que cuando se pregunta por las posibilidades de votarlo, en una grilla junto a otros candidatos, los números caen mucho. Hoy no me animaría a hacer grandes espectaculaciones en relación a su caudal político», aclara.
El consultor Gustavo Córdoba, director de Zuban Córdoba y Asociados, observa en la evolución del candidato el inevitable camino hacia «transformarse en todo lo que él critica: va a tener que tener dirigentes, militancia, estructura, una institucionalidad», enumera.
«Lo territorial es de una complejidad que no se soluciona desde un panel de televisión. Lo que ocurrió en Tucumán se puede replicar en cada provincia», advierte.
Pero también observa que Milei, con una intención de voto actual del 20 por ciento a nivel nacional, goza de algunas ventajas. «Por ejemplo, no tiene la obligación de participar en cada elección de acá a las presidenciales, pensando en todas las elecciones de gobernador que se van a adelantar. Sin necesidad de mostrar ninguna falencia ni debilidad electoral, puede ir a jugar directamente las presidenciales».
Queda claro que, más allá de medios y estrategias, Milei se acerca al tiempo de confrontar su discurso anti política, con su hacer adentro de la política. Siendo tan afecto a citar teoremas, le cabe aquí al libertario aquel que formuló Raúl Baglini en los 80: cuando más cerca se está del poder, de la gestión, de la «rosca», de la realpolitik, menos confrontativos podrán ser los enunciados del candidato.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/425005-milei-y-el-dilema-de-la-casta