Las alianzas políticas se conciertan antes de las elecciones entre fuerzas políticas que se ponen de acuerdo en un programa y en la distribución de cargos. En este caso fue al revés, tras competir con propuestas muy diferentes y con acusaciones ofensivas entre sí, La Libertad Avanza, el PRO de Mauricio Macri y el cordobesismo cavallista del todavía gobernador Juan Schiaretti sellaron un acuerdo para gobernar y legislar en común. El desplazamiento de los economistas ideólogos de Javier Milei por funcionarios macristas y cordobeses indicó la preeminencia de Mauricio Macri sobre el mandatario electo.
Por los nombres que circularon y las propuestas que encarnan, el resultado favoreció al macrismo en detrimento de los amigos del histriónico presidente electo. Patricia Bullrich, la montonera “que ponía bombas en los jardines de infantes” va al Ministerio de Seguridad, y el “timbero” Luis Caputo ocupará el disputado Ministerio de Economía en tanto que el cavallista y actual titular de Economía en la provincia de Córdoba, Osvaldo Giordano, será el nuevo titular de la ANSES. Es probable que otro discípulo de Domingo Cavallo, Damien Raibel se instale en el Banco Central.
Con estos nombres que han empezado a circular, aunque todavía no tienen la confirmación oficial de la oficina del presidente electo, se confirmó que efectivamente habrá un “cambio”, como votó la mayoría de los electores, pero no será por algo nuevo, sino a cargo de la vieja casta cavallista, macrista y schiarettista.
Los anuncios de Milei habían inquietado al círculo rojo y dispararon una puja para frenar los ímpetus dolarizadores o los anuncios del corte abrupto de las obras públicas, sin pagar las que se han empezado. El dispositivo sojero y granero en general y las grandes constructoras con obras millonarias de infraestructura que debe pagar el Estado lanzaron una fuerte ofensiva sobre el área económica del futuro gobierno.
Milei quedó silenciosamente arrinconado por la casta que tanto despreció y por la otra casta que también denunció: los contratistas del Estado. El clown economista que durante toda la campaña se cansó de anunciar que frenaría la inflación dolarizando y que cortaría de raíz todos los contratos de obras públicas porque le parecía casi delincuencial endeudarse para hacerlas, se desdijo de todo menos de la desaparición del Banco Central, con el que guarda resentimiento personal porque años atrás fue el único pasante al que no le renovaron el contrato.
Los funcionarios que aparecen en escena no son dolarizadores. Son ajustadores y tomadores de deuda seriales, relacionados algunos con la timba financiera. Carlos Rodríguez el jefe de asesores de Milei, que se regodeaba con el axioma de que los argentinos “deben sufrir para aprender que las cosas cuestan”, renunció como jefe de asesor de Milei y se despachó contra Caputo: ”Es un hombre de las finanzas, de la especulación de activos financieros, no sirve como ministro«. En una nota aclaró que “No he sido consultado en meses. Tenía la decisión tomada hace tiempo. Hoy es el momento óptimo ya que Javier designó el Ministro de Economía y cambió el Presidente del BCRA. Ya está la casa en orden»,
La designación de Caputo, un hombre que, según él, tomará deuda para dolarizar, y el desplazamiento de Emilio Ocampo, el encargado de cerrar el Banco Central, fueron los detonantes. Además de Ocampo y de Carolina Píparo, que fue reemplazada por Giordano, en el camino quedó herida también la vicepresidenta electa Victoria Villarruel, que perdió Seguridad.
En las filas libertarias cunde la confusión. Ninguna fuente confirma o desmiente, o todo lo contrario y al mismo tiempo. Quizás sea una estrategia de nuevo tipo para confundir a la sociedad y guardarse en la manga los futuros nombramientos.
Pero es evidente que los libertarios necesitan aliados porque no tienen gobernadores, tienen un bloque minoritario en Diputados y en el Senado y además están en deuda con Macri que viabilizó el respaldo de Bullrich, que había salido tercera. Quedará la incógnita si hubiera podido capturar esos votos sin necesidad del expresidente. Esos votos le hicieron ganar la segunda vuelta y, a pesar de esa incógnita, necesitan a Macri que quiere cobrar esa deuda.
Pero Milei tendrá un bloque de 37 diputados. Si suma a los del PRO, llegarán a 79, de un total de 257 diputados. En el Senado, si se suman a las dos fuerzas, tendrán 16 senadores, en un total de 72. El aporte de Schiaretti se verificó más en los votos que aportó que en los legisladores. En las dos cámaras, la primera minoría será de los bloques legislativos de Unión por la Patria.
Milei está obligado a negociar todo. Porque no tiene suficientes cuadros ni suficientes gobernadores ni suficientes legisladores. Para un político que basó su discurso en la negación de la política a la que considera una actividad corrupta, hacer política le implica convertirse en corrupto. Ya negoció con Macri y con Schiaretti. Es evidente que venía negociando desde antes con los dos. El cordobés, más escondedor, hizo que jugaba a dos puntas y resultó evidente que algo había arreglado.
Del Milei inicial no queda nada. Ha dicho que cerrará el Banco Central, pero Ocampo y Rodríguez los hombres que aconsejaban hacerlo fueron desautorizados y renunciaron. Lo mismo pasa con la dolarización. Alrededor del nombramiento de Caputo se sugiere que tratarán de aprovechar sus contactos en el centro mundial de la especulación, Wall Street para conseguir compradores para YPF y Aerolíneas. Aunque para el cambio de la composición societaria de la petrolera se requiere el respaldo de los dos tercios de Diputados y la mayoría simple para la privatización de Aerolíneas.
La duda es si Caputo usará esos contactos para conseguir deuda para frenar la inflación o para privatizar o para las dos cosas. En todo caso, no es el perfil de Milei, sino el de la gestión macrista.
La mayoría de esas medidas requieren respaldo legislativo. Ya gobierna una nueva alianza, que no es Juntos por el Cambio y cuyas cabezas son Macri, Milei y Schiaretti. En esa negociación tiene que lograr que se divida el bloque de Unión por la Patria, buscar una fisura entre los diputados que se referencian con los gobernadores y los demás del bloque. La punta de esa estrategia serán los diputados cordobeses.
Si Milei cumple lo que anunció sobre el ajuste y congela a toda la obra pública, no tendrá nada que negociar. Pero si deja la obra pública y mantiene los ATN, se le complica el ajuste. Todo muy parecido al macrismo. No hay nada nuevo hasta ahora, es el mismo dilema que sufrieron los gobiernos militares.
Las encuestadoras dicen que la composición argumental del voto a Milei es, en su mayoría, el carisma y la ilusión del “cambio”. Es una mezcla que le alcanzó para ganar las elecciones, pero que resulta muy volátil para gobernar. En este mismo momento, aún sin haber asumido, con sus concesiones a la casta y la resignación de sus banderas, Milei está perdiendo parte de ese voto. El que asuma el 10 de diciembre no será el que empezó la campaña ni tendrá el respaldo con el que ganó las elecciones.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/688996-macri-en-su-salsa