El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró este martes que ninguna amenaza va a frenar «la ola progresista que se ha levantado en América latina y el Caribe», un día después de que su gobierno anunciara que el mandatario no asistía a la VII Cumbre de la Celac en Buenos Aires debido a un «plan de agresiones» contra su delegación.
La presencia de Maduro en Buenos Aires había generado una fuerte polémica en Argentina y el repudio de figuras de la oposición que impulsaron denuncias con poco asidero legal contra el mandatario, e incluso agitaron el fantasma de recurrir a la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, para detenerlo.
«No era una simple provocación»
En un mensaje emitido por video durante la cumbre de la Celac, Maduro hizo mención a su ausencia con aviso. «Hubiera querido estar físicamente, directamente en el sitio de los acontecimientos como siempre hemos estado, como siempre vamos a estar», lamentó Maduro, quien se refirió, en la misma línea del comunicado publicado por su gobierno el lunes, a «razones que se escapan a nuestra propia voluntad, de las conspiraciones permanentes, de la persecución permanente, de la amenaza permanente, de las emboscadas que se calculan«.
«Tenemos que unir fuerzas y esfuerzos para rechazar todo tipo de intervencionismo de fuerzas fuera de nuestra región» y decirle a Estados Unidos, «con una sola voz», que termine con el «golpismo» y las «sanciones contra países libres y soberanos del continente», dijo el mandatario en su intervención telemática. Maduro acusó a Estados Unidos de «intentar volver a la época de los golpes de Estado» y de «amenazar a los países (de Latinoamérica y el Caribe) con intervenciones militares» o con «imponer sanciones criminales» que buscan, aseguró, un «colapso e implosión» de la sociedad.
El politólogo y columnista de Página/12, Atilio Boron, compartió en sus redes sociales un mensaje que le envió el propio Maduro, en el que argumentó su decisión de no visitar Argentina en base a «informaciones muy delicadas».
Para el líder bolivariano «no era una simple provocación ni una marcha» sino «algo más grueso coordinado desde la embajada de Estados Unidos, las ratas del macrismo y el partido judicial», una situación que «implicaba entrar en combate en un territorio distinto al de Venezuela». Maduro manifestó su «plena confianza en que la decisión que se tomó fue la correcta, valorando objetivamente todos los elementos que tenemos de fuentes de inteligencia que nunca nos han fallado», y aunque no se animó a revelar esas fuentes advirtió que «son muy poderosas» y «me han salvado la vida varias veces».
Respaldos de AMLO y Evo
El respaldo de los líderes regionales no tardó en llegar. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consideró prudente la decisión de Maduro porque la derecha preparaba un «show mediático» en su contra. López Obrador, quien dijo que no asistió a la cumbre por compromisos de su agenda de trabajo, expresó que Maduro «hizo muy bien» porque «hay que evitar las provocaciones y los conservadores en todos los lados actúan así, porque tienen el control de la mayoría de los medios».
Por su parte el expresidente de Bolivia, Evo Morales, también expresó este martes su solidaridad con Maduro al considerar que es «víctima de la conspiración permanente de Estados Unidos». Según Morales, quien viajó a Buenos Aires para participar el domingo pasado de un acto celebrado junto a la comunidad boliviana en Argentina con motivo del Día del Estado Plurinacional, y reunirse con organizaciones sociales, «además de mantener un criminal bloqueo económico y sus amenazas de intervención contra el pueblo de Venezuela», Estados Unidos usa la DEA «para fabricar acusaciones falsas».
Las denuncias en Argentina
El barullo que se armó en Argentina ante la visita, finalmente frustrada, de Maduro fue llamativo. La denuncia de mayor impacto mediático fue presentada por el llamado Foro Argentino por la Democracia en la Región (FADER), que en un documento presentado en Comodoro Py expuso «las violaciones del derecho internacional» en las que habrían incurrido Maduro en Venezuela, Díaz Canel en Cuba y Ortega en Nicaragua.
Ese espacio de derecha está formado, entre otros, por los exdiputados Waldo Wolff y Paula Bertol, la historiadora negacionista Sabrina Ajmechet, el excanciller Jorge Faurie, y los periodistas Alfredo Leudo y Eduardo Feinmann. Desde la Cancillería argentina explicaron a este diario que este tipo de denuncias no tienen ningún sustento jurídico, ni podrían prosperar pedidos para impedir el ingreso de presidentes o retenerlos en el país.
Patricia Bullrich, presidenta del PRO, quiso subir un escalón más advirtiendo que, si Maduro finalmente visitaba el país, solicitaría la detención del presidente venezolano a la oficina de la DEA en Argentina. Bullrich argumentó su pedido de captura en una supuesta denuncia por la presunta participación de Maduro en el Cártel de los Soles, una endeble acusación presentada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos a principios de 2020, que nunca avanzó en el terreno judicial.
Muy segura de sus palabras, Bullrich aseguró días atrás que «si alguien buscado en Estados Unidos viene al país, las oficinas pueden actuar en la región para que sean extraditados». Sin embargo Julián Maradeo, periodista y autor de La DEA en la Argentina, explica que la agencia antidrogas estadounidense «no puede formar parte de operativos, ni tampoco puede detener a nadie en territorio nacional».
En diálogo con Página/12, Maradeo sostiene que lo que la DEA puede hacer es, a través de la Cancillería, «solicitarle al juez en cuestión que esté trabajando en una denuncia sobre Maduro, su extradición, y el juez puede rechazar o puede aceptar pero no puede hacer otra cosa más que eso». Para el investigador, la acusación de Bullrich fue «fundamentalmente para la tribuna».
Mediante los tratados bilaterales, «la acción de la DEA en Argentina está circunscripta únicamente a la cooperación, por ejemplo, a través de la financiación de cursos de capacitación, o a través de compartir información estratégica, es lo único que puede hacer la DEA en Argentina», detalla Maradea.
Estados Unidos, en lo vinculado con el narcotráfico a través de la DEA y el Comando Sur, «siempre buscó que Argentina y otros países de Sudamérica sumen a los ejércitos a lo que ellos llaman la guerra contra el narcotráfico», aporta Maradea. En una entrevista con AM750 en junio del año pasado, el licenciado en periodismo en la Universidad Nacional de La Plata había señalado que «Patricia Bullrich fue la puerta de entrada para la DEA en Argentina», y que la potencial candidata presidencial «les concedió todos sus deseos».
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/518266-maduro-aseguro-que-ninguna-amenaza-va-a-frenar-la-ola-progre