El anuncio de un nuevo acuerdo de Precios Justos se dio en el marco de notables faltantes en los supermercados. Y faltan con un sesgo bien marcado: mientras que en la zona norte del AMBA –Vicente López, San Isidro, es decir los barrios de mayores ingresos– las góndolas están abastecidas, para las familias que viven en la zona sur –Quilmes, Berazategui, Lanús– y la zona oeste –La Matanza, Merlo, Moreno–, donde los productos a bajo precio son más demandados, encontrarlos es una lotería.
Así lo muestran los relevamientos que realizó el Movimiento Popular La Dignidad en las últimas dos semanas. En los supermercados ubicados en los barrios de la zona sur los incumplimientos estuvieron en el 48 por ciento. En los del oeste fue similar, del 44 por ciento. En los locales de zona norte, en cambio, el incumplimiento se mantuvo en el 14 por ciento.
El panorama podría mejorar esta semana, con el relanzamiento del Precios Justos, aunque habrá que verlo. “En principio, el sábado y el domingo en recorridas que hicimos en supermercados de Quilmes y Avellaneda, vimos mucha góndolas vacía”, señaló Rafael Klejzer, dirigente de la organización.
El mapa de faltantes de Precios Justos se corresponde con el de ingresos, e indica que en el conurbano sus productos no son repuestos a la velocidad a la que se van vendiendo. Donde son más necesarios, no alcanzan.
El viernes el ministro de Economía, Sergio Massa, presentó la nueva etapa del programa con un reconocimiento del problema y anunció que la Secretaría de Comercio utilizará un nuevo sistema de control on line sobre las empresas participantes.
“Algunas empresas limitaron la oferta de los productos en las góndolas planteando que no tenían abastecimiento en la cadena de valor. Así como alguna vez dijimos que no podíamos permitir que haya empresas que subfacturan o sobrefacturan importaciones o exportaciones, tampoco podemos permitir que el acceso a beneficios públicos no termine redundando en el beneficio del consumidor o del ciudadano”, advirtió. Además de mayor vigilancia, Economía ofreció mayores incentivos para cumplir el programa, ya que al acceso a dólares para la importación sumó la oferta de créditos a tasa subsidiada para las empresas participantes.
Relevamientos y quejas
Las relevadoras del MP La Dignidad son militantes del movimiento, en su mayoría mujeres, que recorren las góndolas llevando una planilla y la app de Precios Justos. Verifican sólo 120 productos, y sólo de primeras marcas, en los rubros de alimentos y artículos de limpieza de mayor venta. El criterio que siguió la organización es que si las primeras marcas cumplen, las segundas, que son generalmente las de consumo de los sectores populares, mantendrán los precios sin grandes subas.
“En los barrios del sur y el oeste, algunos Precios Justos sólo se consiguen yendo muy temprano al supermercado. Por ejemplo, lo que más falta en los locales de la zona sur –y en cambio se consigue en los súper de zona norte– es el arroz y el jabón en polvo de Precios Justos”, detalló a Página/12 Gabriela Veritier, coordinadora de esta campaña de control de precios.
Agregó que el aceite escasea en todos lados, sea sur o norte. Y que de la experiencia notaron que cuando se empezó a mover un poco el avispero, algunos productos aparecieron, “por ejemplo la provisión de azúcar, aunque todavía es baja”.
Los incumplimientos varían enteramente según las empresas productoras. “Vemos que algunas están cumpliendo con el acuerdo, abastecen perfectamente a los supermercados, pero otras no lo hacen, sin ninguna razón que lo justifique. Si pueden cumplir unas, ¿por qué no todas?”, planteó Klejzer.
El listado de faltantes en la provincia de Buenos Aires fue encabezado por productos elaborados por Unilever (jabón en polvo Ala y Skip), Ledesma (azúcar), Molino Cañuelas (aceite) y Papelera Samseng (rollos de papel de cocina).
Los camioneros
También el sindicato de Camioneros participó del monitoreo de Precios Justos en centros de distribución supermercadista y grandes proveedores. Por otra parte, el Movimiento Barrios de Pie hizo campañas en la puerta de los supermercados para difundir el uso de la app de Precios Justos. Esto generó una reacción empresarial, visible en la cobertura de los grandes medios, que equipararon los controles a actos de patoterismo
“Se han dicho estupideces y barbaridades. Algunos decían que los camioneros íbamos a actuar como las fuerzas de Putin en Ucrania, arrasando los supermercados si esos comercios no cumplían con los precios», se quejó Pablo Moyano, secretario adjunto del sindicato de Camioneros y cosecretario general de la CGT.
El secretario de Comercio, Matías Tombolini, detalló que en enero se realizaron 2164 inspecciones físicas por parte del personal de la secretaría. El software para los nuevos controles sumará las ventajas de hacer el monitoreo a distancia y con mayor escala. Fue desarrollado por Arsat y Amazon. De acuerdo a la información suministrada por el Gobierno, es un software de control de los precios «en tiempo real» que permite procesar 15 millones de datos diarios sobre el cumplimiento del programa por rubros, categorías y subcategorías. Permitirá elaborar un ranking de proveedores y comercializadoras según nivel de cumplimiento y contar con información geolocalizada por provincia.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/521413-los-faltantes-tienen-un-sesgo-geografico