Desde Quito

Contra todo pronóstico este domingo el pueblo de Ecuador vivió una nueva jornada electoral en total tranquilidad y alta participación. El clima de violencia que atravesó toda la campaña y en la que varios dirigentes políticos resultaron asesinados, entre ellos el candidato a presidente Fernando Villavicencio, despertó muchos temores por lo que podría suceder cuando las y los ecuatorianos se volcaron a las urnas.

No habiendo conseguido ningún candidato el 40%, el próximo 15 de octubre el pueblo ecuatoriano volverá a las urnas para decidir entre la candidata del correísmo, Luisa González (33%), y el empresario Daniel Noboa (24%) de la alianza ADN, de los movimientos Pueblo, Igualdad y Democracia (PID) y Mover. Ambos se aseguraron un lugar en la segunda vuelta.

Más de 13 millones de ecuatorianos y ecuatorianas fueron llamados a las urnas, en medio de una crisis de violencia e inseguridad que sacude al país y que se suma a una crisis institucional y económica.

Las elecciones en Ecuador fueron extraordinarias y anticipadas, donde los ecuatorianos eligieron presidente, vicepresidente y 137 asambleístas. Con un período de gobierno para la fórmula presidencial que gane que durará solamente un año y medio, hasta el 2025. 

Estos comicios se dieron luego de que la Asamblea aprobara llevar a juicio político al presidente Guillermo Lasso quien, acorralado frente a la inminente destitución, activó la llamada muerte cruzada para disolver al poder legislativo y entonces llamar a las urnas. En sus palabras, Lasso habló de una “grave crisis política y conmoción interna” para explicar esta decisión. Sin embargo, el hecho que para las elecciones de ayer ni él ni su partido presenten candidaturas muestra el desgaste y la debilidad política del actual presidente.

Además, los ciudadanos ecuatorianos también tuvieron la responsabilidad de decidir si apoyaban o no las consultas populares como la explotación petrolera del área natural protegida Yasuní y la explotación minera del Chocó Andino.

En este sentido, las y los ecuatorianos votaron de manera positiva en la consulta popular que busca dejar bajo tierra el petróleo del bloque 43, ubicado en el Parque Nacional Yasuní. Mientras que los quiteños decidieron prohibir la minería en el Chocó Andino, una reserva de alta biodiversidad del país.

Cabe destacar que la jornada electoral tuvo una muy buena participación (82,26%) y contó con fuerte presencia militar custodiando los establecimientos donde se desarrollaban los comicios, algo que no vimos en elecciones anteriores y muestra claramente un refuerzo de la seguridad para garantizar el derecho al voto en un clima de tranquilidad ciudadana. Las escuelas dictaron clases virtuales desde el día miércoles para que las fuerzas de seguridad pudiesen desde ese mismo día tomar el control de los establecimientos.

Otro dato para tener en cuenta fue la dificultad de muchos de los electores que se encuentran fuera del país y reportaron dificultades para votar a través de Internet. Si bien es la primera vez en que se permite el “voto telemático” -o sea que los ciudadanos ya no fueron personalmente a sufragar al consulado- el sistema registró alguna saturación al inicio de la votación lo cual complejizó la operatoria durante toda la jornada. El Consejo Nacional Electoral denunció un ataque cibernético y misiones de observación internacional solicitaron se informe sobre el impacto de las fallas técnicas sobre el abstencionismo tiene relación con estos problemas.

Del total de electores (13.040.797) que se encuentran en el país, 409.250 corresponden al padrón electoral en el exterior, representando un 3% del padrón total. De varios de los cuales llegaron denuncias de migrantes ecuatorianos que se quejaron por no haber podido votar y en respuesta a esto, Revolución Ciudadana adelantó que pediría la anulación de la circunscripción de voto en el exterior.

Una vez finalizado el escrutinio oficial, comenzará en el país vecino una nueva etapa de la campaña electoral en la que se van a medir dos modelos de país. Tal como pasó en el año 2021 en clave correísmo y anticorreísmo. 

Si bien hace dos años la contienda electoral la ganó el banquero Guillermo Lasso, tanto Ecuador como el correísmo transitaban momentos muy diferentes al que viven hoy. Actualmente Revolución Ciudadana, del expresidente Rafael Correa, vive hoy un resurgir tras varios años de caída, como reflejó su victoria en las elecciones regionales y municipales de febrero, mientras el país atraviesa la mayor crisis de seguridad de su historia.

La inestabilidad que hoy vive el país requiere de experiencia en la gestión y capacidad de gobernabilidad. Uno de los desafíos que tiene por delante Luisa González, la candidata que buscará en el ballottage ser la primera presidenta de Ecuador, es superar la posible unidad de los otros candidatos de la derecha clásica rememorando a las y los ecuatorianos el control del territorio (hoy ocupado por el crimen organizado) y las grandes transformaciones del Ecuador durante el correísmo. 

Dolores Gandulfo es directora del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL). Miembro del Observatorio de Reformas Políticas de América Latina. Doctoranda en Ciencia Política (UNOS – Universidad del Salvador) y miembro de la Red de Politólogas.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/580865-la-resiliencia-de-la-democracia-ecuatoriana