La anunciada renuncia de Pablo Moyano (Camioneros) a una de las poltronas del triunvirato que conduce la CGT es, en definitiva, el reconocimiento de las diferencias que existen dentro de la central obrera desde el mismo momento en que se eligió la conducción de la central obrera. Todo indica que Mario «Paco» Manrique del Smata va por el mismo camino y se desvinculará de la secretaría gremial. Sin embargo, ambos dirigentes deben esperar que sus organizaciones avalen la decisión. Incluso el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FSMN) del que son parte ambos gremios, se reunirá esta tarde para evaluar la crisis sindical. Desde ese sector adelantan que la dimisión todavía no está firme.
Todo indica que la reunión que anoche el presidente Alberto Fernández mantuvo con dirigentes de la CGT que conforman los sectores conocidos como Gordos e Independientes terminó por detonar la crisis que estaba contenida. Esto fue lo que llevó a Moyano y Manrique a plantear su desvinculación y al trascender aceleró tanto la crisis en la CGT como hacia el interior del FSMN, que debe ahora resolver qué posición tomar. Esta tarde, a partir de las 15, se encontrarán los gremios que la integran en la sede de Camioneros.
La ruptura de 2018 y la actual
En noviembre del año pasado la CGT renovó sus autoridades. En esa oportunidad repitieron en la conducción Héctor Daer de Sanidad y Carlos Acuña de Estaciones de Servicio, un hombre ligado al gastronómico Luis Barrionuevo. La incorporación de Pablo Moyano representó la expresión del deseo de alcanzar la unidad dentro del movimiento obrero. Sin embargo, estos acuerdos no habían subsanado las diferencias que se habían profundizado durante el gobierno de Mauricio Macri. Por caso, en 2018, el propio Moyano había renunciado a la secretaría gremial de la CGT y había sido reemplazado por Omar Pérez, un dirigente de confianza de los Moyano, pero que luego también dimitió cuando el sindicato de Camioneros decidió salirse de la central sindical junto a otros gremios que son parte del armado gremial de los Moyano.
Es por eso que la actual situación tiene algunas similitudes.
La actitud de la CGT ante la crisis económica y la «tibieza» del ministro de Trabajo, Claudio Moroni fueron algunas de las críticas que enarbolaron Moyano y Manrique en las reuniones del consejo directivo. Ambos gremialistas propusieron diferentes medidas de acción directa para «combatir» a los formadores de precios, pero chocaron sistemáticamente con la negativa de Daer y el barrionuevista Acuña que representan la mayoría dentro de la CGT. A lo sumo aceptaron el esquema de movilización sin acto ni oradores como el que se realizó el pasado 17 de agosto.
La otra diferencia, al menos pública, que se conoce es la actitud frente a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios ante la escalada inflacionaria. Moyano es partidario de sostener las negociaciones paritarias pero considera imprescindible la implementación de un aumento a través de sumas fijas para poder pelearle a la inflación y favorecer el mercado interno. Ese es el punto que tanto Daer como Acuña rechazan y se aferran a la paritaria como única herramienta válida.
Daer, Moyano, Manrique
Daer, que representa en el triunvirato a los Gordos, los gremios más grandes en cuanto a cantidad de afiliados como Sanidad, Comercio y otros, pero también a los Independientes (como Uocra, UPCN y Obras Sanitarias), es particularmente refractario a las medidas de acción directa. Es también el más cercano al presidente Alberto Fernández y prefiere mantenerse alejado de todo aquello que represente el kirchnerismo.
Pablo Moyano, en cambio, renovó sus vínculos con el kirchnerismo e incluso fue quien promovió, sin éxito, un paro general de la CGT tras el atentado que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Mario «Paco» Manrique es el secretario adjunto del Smata y como tal había sido designado para ocupar la Secretaría Gremial de la CGT. Ahora es el gremio que conduce Ricardo Pignanelli el que debe decidir que hacer ante esta crisis. Hacia el interior del gremio destacan la fuerte decisión de Pignanelli de mantener la unidad del movimiento obrero, por lo que es probable que Manrique pueda ser reemplazado. Esto se definirá con el correr las horas.
La incógnita por la UOM
La crisis interna de la CGT ya emergió a la superficie. Ahora resta saber cuáles serán los pasos a seguir.
Si habrá una o dos centrales obreras con el sello de CGT y cuál será la repercusión que tendrá hacia el interior de la central obrera que en este último año la UOM vino desarrollando desde la Secretaría de Interior. Se trata de un proceso de normalización de las regionales inédito y que esta posible fractura las puede hacer estallar.
De hecho, otra de las incógnitas de esta crisis es cuál será la actitud que tomará la UOM que conduce Abel Furlán.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/485268-la-cgt-al-borde-de-la-ruptura