«Vamos a llegar al millón de votos. Fíjense lo que hemos hecho con dos escarbadientes. La gomera de David es nuestra militancia, es nuestro pueblo pobre que se resigna y sale a buscar la alternativa», dijo Juan Grabois a las once menos cuarto de la noche desde el escenario del teatro Verdi, cuando la tendencia en el recuento ya le permitía hacer una primera evaluación de las PASO, con un discurso corto porque, remarcó, de allí se iba al bunker de Sergio Massa a cumplir con su promesa de apoyar la candidatura presidencial del más votado de Unión por la Patria. Fue un acto rápido, con festejos medidos. «Como lista, no nos fue tan mal, pero a UxP sí. No se puede festejar que los candidatos de la derecha hayan acumulado. Ningún voto a Milei o a Bullrich va a migrar en las generales para este lado», decían anoche los seguidores de Grabois. 

El teatro Verdi, en La Boca, reunió a una militancia joven y a todos los referentes del Movimiento de Trabajadores Excluidos, la organización que Grabois fundó en 2002 a partir de un núcleo de cartoneros. También estuvo la familia del precandidato, que tiene tres hijos, pero que se mantuvieron lejos de las cámaras. Durante la campaña también fueron resguardados de la mirada pública.

Grabois compartió el escenario con quien fue su compañera de fórmula, Paula Abal Medina, y una veintena de referentes del Frente Patria Grande, casi todos llegados a la política desde la militancia social. Aseguró que Unión por la Patria ganaba «en la provincia de Buenos Aires con los votos» que aportó su boleta. Y repasó el programa que quiere que sea integrado a la campaña de Massa sin ahorrar sus puntos más urticantes: la reforma agraria, el salario básico universal para los trabajadores de la economía popular, la cancelación del acuerdo con el FMI, la nacionalización del litio y los bienes comunes, el programa de integración urbana. 

Dentro del teatro todo hablaba de escasez de recursos que marcó su campaña: «Votá con el corazón», proponía una pancarta con la fórmula Grabois-Abal Medina, y es seguro que con el bolsillo la boleta de «Justa y Soberana» hubiera tenido chances menos diez. El wi-fi instalado para los medios se caía cada dos minutos y, salvo por la presencia pantalla gigante, todo era austero aunque, eso sí, popular: de las bandejas del primer piso colgaban imágenes de Evita y de Perón, de San Martín, del gauchito Gil, sin estridencias, en celeste y blanco, intercaladas con banderas argentinas. Había también una pancarta con las siluetas de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán y otra con la consigna Tierra, Techo y Trabajo. 

«Tuvimos que armar en menos de un mes una campaña nacional. La hicimos con poco presupuesto, con cero apoyo de la estructura política. Pero estoy feliz, como peronista y como persona que vive en un barrio popular, de haber visto cómo la gente se entusiasmó con la candidatura de Juan, volvió a creer, a tener esperanza en la política. Quizás faltó tiempo, pero él tiene 40 años, esto recién empieza», señaló Fernanda Miño, militante de La Cava y titular de la secretaría de Integración Socio Urbana. 

La militancia llegó casi a las diez porque todo el mundo estuvo fiscalizando. Aunque hubo algunas quejas por falta de boletas, el balance general fue que se trató de casos aislados y la impresión transmitida que la red de fiscales propios logró ser extensa.

Uno de los puntos de todas las conversación fue el bajo nivel de participación en las PASO, el más reducido en una primaria presidencial. La lectura que hicieron en el Frente Patria Grande es que eso plantea que los partidos tienen que revisar sus estrategias. Pero al mismo tiempo, en la lista se sentían ratificados en haber forzado una interna en UP. «Sin nosotros, la participación hubiera sido aún más baja», señaló en este sentido la legisladora Lucía Klug. 

Si bien nadie lo dijo expresamente, para la militancia cercana a Grabois el resultado habilita al Frente Patria Grande a pensarse con una fuerza con proyección, para un próximo ciclo. 

“Fue una campaña donde se movilizó una enorme cantidad de energia militante con la cancha inclinada. Sin embargo, es un punto de partida realmente promisorio. Juan expresa una candidatura de la generación 2001 –lo decimos como contraseña, como algo que condensa un montón de luchas a lo largo de la democracia–. Ese es el camino que estamos comenzando con un gran resultado para nuestra fuerza», resumió Paula Abal Medina. 

Además de compañera de fórmula y portadora de un apellido peronista, Abal Medina es socióloga e investigadora de los cambios en el mundo del trabajo, con un interés enfocado en los actores surgidos del estallido de 2001, es decir en aquel punto donde la identidad entre lo popular y el peronismo hizo un cortocircuito que parece que nunca termina de volver a empalmar.

Ayer, como parte del acto historizó las luchas populares contra el modelo neoliberal impuesto en los ’90, resaltó el aporte del kirchnerismo a distribución del ingreso, recordó la creación de la CTEP con Grabois como uno de sus protagonistas, las marchas de San Cayetano en tensión con el gobierno de Mauricio Macri y el salto de Grabois a la política. «Juan va a tener un programa de gobierno para discutir, dentro de UxP, políticas para recuperar los derechos de las grandes mayorías», aseguró. Abajo del escenario, la militancia cantó «Patria sí/ Colonia no» como cierre del acto. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/578512-juan-grabois-juntamos-un-millon-de-votos-con-dos-escarbadien