«No vamos a aceptar más modificaciones. Es momento de ir y votar», dicen en Casa Rosada sobre la tensa discusión por la ley ómnibus. Esa es la línea que Javier Milei le bajó a sus armadores políticos en las últimas jornadas y la que repitió ayer en la reunión de Gabinete que encabezó en Casa Rosada y en un encuentro que mantuvo con senadores de La Libertad Avanza (LLA). El Presidente está convencido de que el proyecto en Diputados logrará la media sanción en general y que tendrá un trámite espinoso en particular. Las privatizaciones y las facultades delegadas son los dos grandes focos de atención.
Después de seguir la primera sesión desde la quinta de Olivos, Milei llegó ayer a las 8:35 a Balcarce 50 para reunirse con sus ministros y analizar en detalle el desarrollo de la batalla legislativa. La postura es clara: no está dispuesto a negociar más artículos. Considera que seguir cediendo implicará sancionar una ley desvirtuada –de los 644 originales quedaron algo más de 200– y dejará expuesta la falta de capacidad política del Gobierno para ejecutar el plan motosierra.
«Entendemos que la ley se va a aprobar. No es sólo el deseo sino lo que hemos visto hasta acá de la sesión. Se ha comprendido el espíritu de la ley», manifestó el vocero presidencial, Manuel Adorni, en su habitual conferencia de prensa. Además descartó la posibilidad de eliminar el proyecto si persisten los pedidos de modificaciones. «Consideramos que la ley camina por los andenes normales y esperables», agregó.
Conflictos en la mesa
Con la depuración del texto, en el oficialismo aseguran que cuentan con unos 150 votos para aprobar la ley en general, aunque admiten que se les complicará la discusión artículo por artículo. Eliminado el capítulo fiscal, las facultades delegadas son la gran obsesión de Milei. A pesar de haber reducido el plazo a un año, con posibilidad de prorrogarlo uno más vía Congreso, se le permitirá al Gobierno declarar la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, tarifaria, energética y administrativa. Así, el Presidente podrá prescindir del Poder Legislativo para avanzar en muchas de las reformas que quedaron en el camino. «Es una trampa», denuncia el bloque de Unión por la Patria.
Según el diputado libertario José Luis Espert las fuerzas aliadas aprobarán las facultades delegadas. «La oposición dialoguista las va a votar», expresó. Sin embargo, el panorama no es para nada sencillo. La resistencia a los «superpoderes» no solo alcanza al peronismo sino también a legisladores del radicalismo y Hacemos Coalición Federal que pretenden limitarlos al máximo.
El otro gran punto de conflicto son las privatizaciones. Tanto para el oficialismo como para la oposición, es un capítulo clave. El Presidente no está dispuesto a resignarlo. La lista de 40 empresas estatales «no se toca», afirman en LLA. «No hay margen para más concesiones», insisten y presionan a los bloque de la UCR y Hacemos Coalición Federal, que negocian a contrarreloj con el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
A partir de los últimos cambios de anoche, el proyecto propone declarar sujetas a privatización total a 26 empresas, y se autoriza a otras tres a una privatización parcial, aunque conservando el control del Estado (Banco Nación, Arsat y Nucleoeléctrica). Además de YPF, entre las siete empresas que ayer salieron de la lista se encuentran: el BICE, la Casa de la Moneda, Fabricaciones Militares, Radio de la Universidad Nacional del Litoral, Radio y Televisión de Córdoba, Vehículo Espacial Nueva Generación y Yacimientos Mineros de Agua Dionisio.
La Coalición Cívica, por ejemplo, propone reducir a 18 la cantidad de empresas privatizables. La UCR, por su parte, considera que cada empresa que se quiera privatizar merece un proyecto de ley individual. A los consabidos rechazos de los 100 diputados de Unión por la Patria y los cinco del Frente de Izquierda, se suman los dos socialistas de Santa Fe, el grupo radical liderado por Facundo Manes y muchos otros que aún no confirmaron sus posturas.
Cumbre con senadores
Tras la reunión de Gabinete, Milei recibió en la Casa Rosada a la vicepresidenta Victoria Villarruel y al bloque de senadores libertario, con quienes analizó aspectos del proyecto de ley «Bases». Por la tarde regresó a la Quinta de Olivos, desde donde siguió la segunda jornada del debate.
Mientras se desarrollaba la discusión en Diputados, el jefe de Estado se sumergió en su hábitat natural: las redes sociales. Desde allí arengó a la tropa oficialistas publicando en su cuenta de Instagram una imagen, realizada con inteligencia artificial, de un león liberando personas de una jaula al lado del edificio parlamentario, junto al mensaje: «Oíd mortales el grito sagrado libertad, libertad, libertad». A través de la red X, el mandatario también reposteó extractos de los discursos de los legisladores de la Libertad Avanza Bertie Benegas Lynch y Romina Diez, como también de los macristas Alejandro Finocchiaro y Damián Arabia.
Para conocer de primera mano cuál era el estado de situación, Manuel Adorni, y su hermana y secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, se trasladaron al Congreso para seguir in situ parte el tratamiento del proyecto de ley que fija la hoja de ruta que estableció la gestión libertaria de Milei para los próximos años.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/709373-javier-milei-confia-en-la-aprobacion-de-la-ley-omnibus-y-no-