La Corte Suprema tardó siete días en mostrar en su sistema de consulta de expedientes la recusación que presentó en contra de su presidente, Horacio Rosatti, el Senado de la Nación. Lo hizo recién cuando la directora de Asuntos Jurídicos y apoderada de la Cámara alta, Graciana Peñafort, hizo pública la anomalía y, además, detalló las razones de la presentación, emparentada con uno de los pedidos de juicio político contra el juez supremo. También presentó un escrito con el reclamo. La cuestión es bastante sencilla para quien quiera comprender: el máximo tribunal tiene pendiente resolver un pedido de per saltum del senador de Luis Juez (Juntos por el Cambio) que quiere quedarse con la banca que el Senado le otorgó a Martín Doñate (Frente de Todos) como representante de la segunda minoría en el Consejo de la Magistratura. Rosatti es el titular de ese cuerpo que elige y sanciona a jueces y juezas gracias a un fallo que él mismo firmó y a que antes se autovotó para comandar la Corte. Es decir, es parte y autoridad de ese organismo sobre el cuál podría fallar. La presentación que lo cuestiona advierte que sólo con eso se podría mostrar su «directo interés en el pleito» y eso «vulnera el principio de imparcialidad».
«Les voy a contar una historia que demuestra cómo los supremos ocultan lo que no quieren que te enteres», advirtió Peñafort desde su cuenta de Twitter. Allí explicó también, en términos simples, que como Rosatti es «presidente –autodesignado– del Consejo, no puede intervenir en una sentencia sobre el Consejo», es decir, «no se puede ser juez y parte». «Y está claro que el presidente del Consejo –el autodesignado Rosatti– tiene un interés en cómo se conforma el Consejo. Eso lo entendemos todos clarito. Todos menos Rosatti», escribió la abogada. Eso mismo, con mayor formalidad, dice la recusación contra el titular de la Corte que fue presentada el 1 de febrero, y que el tribunal recién cargó en el sistema, o al menos hizo visible, este martes, después de que Peñafort recordara por escrito las acordadas cortesanas que establecen «un procedimiento y una metodología homogénea y transparente» en el trámte de expedientes.
El pedido de apartamiento recuerda que todo juez/a que tenga «un interés en el pleito o en otro semejante» debe excusarse, o si eso no sucede, puede ser recusado. También señala que el incumplimiento de esa disposición del Código Procesal Civil y Comercial es causal de «mal desempeño», es decir, puede motivar un proceso de destitución.
Cronológicamente, las decisiones de la Corte que llevaron a Rosatti a esta situación fueron así: el 24 de septiembre de 2021 el máximo tribunal eligió a sus autoridades y, como no alcanzaban los votos, Rosatti y Carlos Rosenkrantz se votaron a sí mismos. La mayoría se completó con Juan Carlos Maqueda. Se ausentaron Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco –quien renunció al poco tiempo–. El 16 de diciembre de ese mismo año, los supremos declararon inconstitucional la composición del Consejo de la Magistratura que llevaba 15 años vigente con el argumento de que la política estaba representada por demás. Pusieron plazo de 120 días para que el Congreso votara una nueva ley o, de lo contrario, dispusieron reponer una ley ya derogada que en 1997 había establecido que el cuerpo debía estar integrado por 20 miembros, lo que incluye en su presidencia al titular de la Corte. Para fallar usaron un planteo del Colegio de Abogados de la Calle Montevideo –que no es el que matricula a abogados y abogadas sino una suerte de club–, un expediente que llevaba seis años quieto. En rigor, en 2020 ya estaban los votos, pero el presidente en ese entonces era Rosenkrantz y es evidente que el cargo en el Consejo era una aspiración de Rosatti.
La recusación dice: «La posibilidad derivada de resolver judicialmente sobre la composición política del cuerpo que se integra y que, a la postre, se preside, veda de forma absoluta la intervención judicial del Dr. Rosatti en el caso en tanto ‘la imparcialidad del juzgador puede ser definida como la ausencia de prejuicios o intereses de éste frente al caso que debe decidir, tanto en relación a las partes como a la materia'». Señala que la «imparcialidad» es «tanto personal como institucional».
El caso Luis Juez
Rosatti ya intervino como si nada el año pasado en la primera presentación del senador Juez. La Corte, de hecho, terminó dándole la razón y acusó en su fallo al Frente de Todos de montar un «ardid» al dividir el bloque para alterar “el fin constitucional de representación pluralista procurado por el constituyente y el legislador”. El FdT se había quedado con un lugar en el Consejo, Unidad Ciudadana con otro y el radicalismo con otro. Las designaciones las avala la presidencia del Senado, que ya había advertido sospechas de falta de imparcialidad de Rosatti. Aquella resolución suprema correspondía la mandato de los consejeros que vencía en noviembre. Por eso, el senador de Juntos por el Cambio volvió a la carga con su reclamo. Por un lado se presentó en primera instancia, donde sufrió un revés. La Cámara en lo Contencioso Administrativo aún no se pronunció. Pero igual Juez llevó al alto tribunal un per saltum, es decir, un recurso para saltear instancias.
El último caso donde la Corte habilitó ese tipo de planteo express fue el de los jueces trasladados, designados a dedo en la Cámara Federal por el gobierno de Mauricio Macri, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi. Dijo que no se podían quedar ahí para siempre y que se debían ocupar los cargos por concurso. Pero el Consejo que preside Rosatti no aprueba concursos y los tribunales que manejan causas sensibles permanecen tal como la administración Cambiemos los dejó. Para colmo, la Corte no les tomó juramento a las/los senadoras/es designados como consejeros, y el organismo está incompleto. Esto también es señalado en la recusación, que considera que fue una decisión «arbitraria» que asumieran los representes de Diputados, pese a que los nombramientos también están judicializados e incluso un jueza había ordenado a esa Cámara deshacer las designaciones por considerar que la de Roxana Reyes (UCR) era irregular si se seguía el criterio supremo.
Los chats
La presentación del Senado cita también las conversaciones filtradas entre un colaborador de Rosatti, Silvio Robles, y el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D’Alessandro. Antes que nada, plantea que, más allá de lo que se establezca penalmente sobre esa conversaciones, su difusión ofrece motivos suficientes para «los estándares que corresponden al objeto procesal de esta presentación» ya que fundan en este punto el temor de parcialidad y el interés concreto que el pleito pareciera generar en el magistrado». En uno de los intercambios, Robles aparece avisándole a D’Alessandro que la Corte había rechazado la recusación de Rosatti en la causa de la coparticipación porteña, en la que el ministro intervenía. Se sabe: el fallo fue a favor de del gobierno de la Ciudad. En otro, el 15 de noviembre, Robles le da letra sobre qué conviene hacer respecto de la pelea por el nombramiento de los consejeros senadores. Le sugería la vía judicial. El 18 de noviembre, dice la recusación, «las actuaciones promovidas por (Humberto) Schiavoni y Juez se encontraban ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (más específicamente, el movimiento de fecha 18 de noviembre se corresponde con un pase a la vocalía 4, en la que prestara funciones el Sr. Robles)».
«Como se vislumbra fácilmente -y sin que ello suponga ninguna posición respecto de las decisiones que ulteriormente puedan existir relativas a los procedimientos en curso en razón de las irregularidades, incumplimientos o delitos cometidos en el marco del ejercicio de funciones institucionales relativas a este y otros procedimientos judiciales (entre otros hechos)-, lo cierto es que se encuentran sobradamente acreditadas las circunstancias de hecho y de derecho que imponen la viabilidad de la presente recusación y en definitiva, el apartamiento del Dr. Horacio C. Rosatti», concluye el escrito y advierte que podría recurrir a los tribunales internacionales. Antes pide también medidas, como la declaración de Robles y D’Alessandro. Final abierto aún en el cuarto piso del Palacio de Tribunales.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/522109-horacio-rosatti-juez-y-parte-la-recusacion-que-la-corte-supr