La disputa estratégica de EE.UU. con China en estos momentos está relacionada centralmente con el gran avance tecnológico de China. Lejos de convertirse en una competencia sana, donde cada rival invierte más en la materia y consigue logros que, en definitiva, puedan ser aprovechados por la humanidad, en este caso la modalidad elegida por Estados Unidos es intentar frenar el progreso por medio de sanciones, muros y presiones a terceros países, lo que afecta a la población mundial.

La política exterior de Argentina tiene que estar enfocada en nuestro interés nacional y en nuestra soberanía. En el año 2021, enviado por el presidente de EE.UU., Joe Biden, el consejero para el Hemisferio Occidental, Juan Gonzales, visitó la Argentina y expresó que China hacía mercantilismo con las vacunas. Este es un claro ejemplo de cómo se busca influir en la agenda de Argentina porque, recordemos, que en ese momento las grandes potencias acapararon las vacunas y la mayoría de los países emergentes encontraron en China una opción para acceder. Por ejemplo, Argentina que adquirió 31 millones de dosis de Sinopharm y 5 millones de Cansino en plena escasez mundial.

En el campo aeroespacial, China logró alunizar en el lado oscuro de la Luna, convirtiéndose en el primer país en lograrlo. La Estación Espacial de Estudio del Espacio Profundo situada en Neuquén es determinante para el programa espacial chino y también para nuestro ecosistema científico, a raíz de que China comparte la información del programa espacial con Argentina.

En un reciente artículo en el diario Clarín, el periodista Santoro detalló las 40 visitas que se realizaron en dicha estación, que además fue ratificada en el gobierno de Macri.

El acuerdo específico para la estación espacial con China es un claro ejemplo de la transferencia de tecnología y de conocimiento, que nos muestra la diferencia de cooperación con otros países que suelen restringir la tecnología considerada sensible. Pero existen varios y muy importantes convenios con el país asiático, que permitieron avanzar con intercambios científicos, en la colaboración satelital, en imágenes y en el sistema de navegación satelital BeiDou. Uno de estos convenios es el que se expresa en la Estación Espacial para el Espacio Profundo de Neuquén, identificada como CLTC-Conae-Neuquén.

En ese sentido, es importante destacar que la Argentina cuenta con otra estación de características similares con la Unión Europea, que funciona en Malargüe, Mendoza. De hecho, en esa ciudad mendocina funciona la Base Espacial ESA Deep Space (DSA3), que cuenta con una de las antenas más modernas para el seguimiento de misiones de exploración del espacio profundo de la Agencia Espacial Europea (ESA), una presencia que fue acordada entre la Argentina y la Unión Europea en el año 2002.

El exministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, visitó en el año 2023 la Estación Espacial para el Espacio Profundo, en Neuquén, y recordó lo mencionado, que la Argentina tiene acuerdos similares con otros países, como con la Unión Europea, en Malargue, para seguir desarrollando el potencial aeroespacial de la Argentina.

En 2020 culminaron las tres fases de exploración lunar de la «Misión Chang’e 5», lo que convirtió a China en el primer país en aterrizar en el lado oscuro de la luna y en el tercero en obtener muestras lunares para su estudio, en una misión que contó con el apoyo de la Argentina y de la Unión Europea, entre otros países. Gracias a dicha cooperación se permitió a los científicos argentinos acceder a las muestras lunares obtenidas por China.

Otro de los programas en desarrollo es la aplicación de BeiDou -el sistema global de navegación por satélite- que se desarrolla en Córdoba y las pruebas de rescate con ese sistema en Argentina. La consolidación del Sistema de Navegación por Satélite BeiDou posiciona a China como una de las pocas potencias mundiales en tener un sistema de geolocalización propio.

El 23 de junio de 2020, se lanzó el último satélite para completar la constelación de Beidou -59 satélites en total-. Fuera del tradicional mercado de navegación, el potencial en otros campos como la logística, mapeo, Internet de las cosas, la agricultura y la economía digital serán elementos fundamentales para ampliar su uso global.

Por eso, considero que es recurrente por parte de EE.UU. esta manera de intentar obstaculizar la cooperación científica y frenar el avance tecnológico. En la historia de las visitas de la comandante del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM), la generala Laura Richardson, y de su antecesor, Craig S. Faller, siempre intentaron poner el tema en agenda e influir en nuestras decisiones sobre esta y otras cuestiones que Estados Unidos considera estratégicas, como el litio o la proyección que buscan sobre la Antártida, en el marco de su disputa con China.

Ya en el año 2022 yo senté posición sobre las frases de Richardson muy similares a las actuales.

La diferencia de este momento es que este gobierno despliega una sobreactuación de la relación con EE.UU. que genera que se le dé relevancia a todos los intereses de ese país por encima de nuestros intereses nacionales. Otro claro ejemplo de esta práctica, que perjudica nuestro actual desarrollo y nuestro futuro, es la compra de aviones, que según dijo el propio ex embajador de Macri, Diego Guelar, son “Falcon Viejos”. Estamos adquiriendo aviones usados cuyo origen es el de una potencia miembro de la OTAN, con fuertes restricciones con respecto al equipamiento por parte de otros miembros de esta alianza, como Inglaterra. Por lo tanto, el principio de disuasión queda diluido. Además, estas adquiriendo un equipo que va a tener un gran costo de mantenimiento para, encima, estar en condiciones inferiores con respecto a la tecnología manejada por Inglaterra, que así en todo momento podrá monitorear nuestro desarrollo armamentístico y tecnológico para la defensa.

(Ex embajador argentino en la República Popular China.)

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/728875-estados-unidos-y-la-disputa-estrategica-con-china