El programa de «paz total» del presidente colombiano, Gustavo Petro, se complicó este lunes tras el asesinato de cuatro menores indígenas reclutados por el Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de la antigua guerrilla de las FARC, con la que el Gobierno busca iniciar un diálogo de paz.

El múltiple crimen, denunciado el pasado fin de semana por la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (Opiac), ocurrió en el departamento de Putumayo, limítrofe con Ecuador, y llevó al Gobierno a suspender de manera parcial el cese el fuego bilateral con el EMC, al que se atribuye la matanza.

«Matar niños indígenas es un delito de lesa humanidad inadmisible. Reclutar forzadamente menores de edad, lo mismo», dijo este lunes Petro en Twitter, horas después de «suspender parcialmente» el cese al fuego bilateral con el EMC, del cual participa el Frente Carolina Ramírez, señalado como responsable del reclutamiento forzado y el asesinato de los cuatro menores.

Según la Opiac, «los cuatro jóvenes que habían intentado escapar de la situación de reclutamiento» el pasado 17 de mayo, fueron asesinados «con arma de fuego» y sus cuerpos encontrados el fin de semana en la aldea de El Estrecho (Putumayo). Ante esa matanza, considerada por el Gobierno «un hecho atroz que cuestiona la voluntad de construir un país en paz», se decidió suspender el cese al fuego bilateral con el EMC «en los departamentos del Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo», las principales áreas de operación de ese grupo. Y anunció que se reactivarán en un plazo de 72 horas «todas las operaciones ofensivas».

«No hay justificación alguna para esta clase de crímenes» que constituyen una «grave violación del Derecho Internacional Humanitario», señaló el Gobierno en un comunicado.

El cese al fuego no se cumple del todo

El cese el fuego bilateral, de seis meses de duración con cinco grupos armados ilegales con los que busca llegar a un acuerdo de paz, fue anunciado por Petro el 31 de diciembre de 2022. Pero esta iniciativa tomada para bajar la intensidad al conflicto armado y facilitar los diálogos, no ha funcionado del todo.

De esos grupos, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) desconoció públicamente en enero el cese al fuego bilateral, pese a que desde noviembre pasado negocia la paz con la intermediación de Venezuela, México y Cuba, un proceso en el que ya han saltado las alarmas de crisis en dos ocasiones.

El pasado 20 de marzo, el propio Petro suspendió el cese el fuego con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), como se denomina la banda criminal del Clan del Golfo, por instigar a la violencia en una huelga de mineros en el noroeste del país. Y ahora el proceso se suspende parcialmente con el Estado Mayor Central de las antiguas FARC.

De esta forma, el cese al fuego, vigente inicialmente hasta el 30 de junio, solo sigue en pie con la Segunda Marquetalia, la otra gran disidencia de las FARC, y con los Paramilitares de Sierra Nevada, que operan en el norte del país. «Un cese al fuego implica cese de hostilidades a la población civil. Esperamos que los diferentes frentes de la EMC en las zonas donde no se levanta el cese al fuego, cumplan con este precepto», agregó el presidente en Twitter.

En Twitter el gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, celebró la decisión: «La paciencia se iba a agotar. La suspensión del cese al fuego con las disidencias no es solo por el vil asesinato de 4 niños, también por los secuestros, extorsiones y demás acciones delincuenciales que nunca cesaron».

La senadora derechista María Fernanda Cabal, aprovechó la oportunidad para decir que «el primer responsable de la escalda de violencia es Petro, que bajo el engaño de la paz total, dejó a Colombia en manos de los terroristas».

Con la esperanza de negociar

Pese al anuncio de la suspensión, el Gobierno no pierde la esperanza de sentarse a negociar con el Estado Mayor Central, dirigido por Néstor Gregorio Vera Fernández, alias «Iván Mordisco», un curtido guerrillero que nunca se acogió al acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016.

Los líderes de la otra disidencia, la Segunda Marquetalia, encabezada por Iván Márquez, sí firmaron la paz y tres años después se retiraron alegando incumplimientos del Gobierno a lo pactado con las FARC.

«El Gobierno colombiano compartirá en las próximas horas los nombres de los integrantes de su delegación para la mesa de conversaciones de paz con el EMC-FARC para iniciar de manera perentoria la fase de diálogos», agrega el comunicado oficial sobre la posibilidad de abrir un proceso de paz con ese grupo.

El comienzo de dichos diálogos estaba previsto para el pasado 16 de mayo, según el EMC, pero a comienzos de este mes decidieron postergar la instalación de la mesa para garantizar la participación de organizaciones sociales, gremios y otros sectores, aunque sin definir una fecha.


El mismo 16 de mayo el EMC puso en duda su
continuidad en el cese al fuego bilateral alegando que el Gobierno lo ha
incumplido con operaciones militares a lo largo del año, matando a 10 guerrilleros e hiriendo a 20.
Tras la suspensión del cese el fuego
bilateral, el Estado Mayor Central respondió que «el rompimiento unilateral desatará la
guerra y se multiplicarán los muertos, heridos y prisioneros, contrario a una
política de paz total».

«Desde nuestra perspectiva, este ha sido el gobierno menos serio para entablar conversaciones, al punto de que ni se han instalado los mecanismos» de verificación de cese al fuego, añadieron los rebeldes, que pidieron al presidente trazar una política de paz «sin improvisaciones, sin presiones» y sin «incumplimientos».

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/551818-petro-suspende-la-tregua-con-una-disidencia-de-las-farc-tras