Como pez en el agua, el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, tuvo su debut en la Cámara de Diputados. Desenvuelto e irónico, risueño incluso ante las permanentes interrupciones de Juntos por el Cambio, Rossi brindó su primer informe de gestión en el Congreso. Fue un discurso encendido que, más allá de dar precisiones sobre el rumbo económico, hizo especial hincapié en denunciar la violencia política -cuyo origen identificó en el conflicto con las patronales rurales en 2008- que llevó al atentado contra Cristina Fernández de Kirchner. Los cruces y chicanas fueron moneda corriente a lo largo de la sesión, con discursos opositores que, más que preguntas al jefe de Gabinete, parecían proclamas de campaña, y que muchas veces derivaban en un griterío interminable que impedía el desarrollo de la sesión. Los dos principales cuestionamientos apuntaron, previsiblemente, a la inflación y el canje de bonos de la Anses.

«Bienvenido a un lugar que conoce bien», lo recibió la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, al comienzo de la sesión. Rossi, en efecto, jugaba casi de local: presidió la bancada del Frente para la Victoria durante 10 años y, si bien asumió como jefe de Gabinete hace solo un mes y medio, no tardó en moverse con comodidad durante las 8 horas que duró la exposición. 

Como cada informe de gestión en los últimos tres años, Rossi comenzó brindando un panorama sobre el contexto en el que había tenido que desarrollarse la economía argentina en el último tiempo: «La Argentina convive hoy con cuatro crisis. La de la pandemia, la de la guerra, la de la sequía y la crisis que genera el endeudamiento con el FMI», precisó. Mientras iba destacando algunas de las políticas impulsadas por el gobierno nacional -la entrega de la vivienda número 100 mil, el índice de desocupación al 6,3 por ciento, el fin del acuerdo Foradori Duncan en defensa de la soberanía de las Islas Malvinas-, Rossi reivindicaba la nacionalización de YPF y el hecho de tener una aerolínea de bandera. Ahí nomás comenzaron los primeros gritos. «Nosotros somos defensores de las empresas estatales», advirtió y, recordando la cruzada de Mauricio Macri por privatizar Aerolíneas Argentinas, chicaneó: «Aerolíneas Argentinas es un poco más que un ‘colectivo que vuela'».

Gritos y negacionismo

Había pasado solo media hora y los alaridos no lo dejaban continuar. «La verdad que si con esto se enojaron no me imagino el resto», bromeó Rossi, generando las risas de los propios diputados de JxC. Inmediatamente después, se metió de lleno en la defensa de la política de derechos humanos y el clima comenzó a caldearse. «Los derechos humanos no son un curro, en todo caso un curro son los que no quieren reconocer los 30 mil detenidos desaparecidos porque no se animan a condenar el golpe de Estado», apuntó, entre gritos. «Decí los nombres», vociferó, provocadora, la diputada negacionista Victoria Villarruel. La respuesta vino, varias horas después, de parte de Eduardo Toniolli (FdT), cuyo padre fue desaparecido por la dictadura: «Sería importante que la diputada les pida a sus amigos represores la información sobre el destino final de muchos miles de esos compañeros desaparecidos. Podría traer paz a muchas familias».

Acto seguido, Rossi dedicó varios minutos a repudiar el atentado contra CFK. «El intento de magnicidio de la vicepresidenta es un acto de violencia política que hubiese merecido una respuesta más contundente de toda la dirigencia política», cuestionó y, entre las quejas opositoras, apuntó al PRO: «Hernán (Lombardi) todavía estamos esperando la condena de la presidenta de tu partido». El jefe de Gabinete precisó que el intento de asesinato «no fue producto de la casualidad»: «Para que haya existido alguien que le pusiera un revólver en la cabeza tuvo que existir antes una campaña de discursos de odio», insistió. «En 2008 cuando empezó el conflicto agropecuario empezó la violencia política. Fue la primera vez que vi un cartel de ‘yegua’ para referirse a Cristina», empezó pero los gritos no lo dejaban terminar, especialmente los del ruralista Ricardo Buryaile. «No me jodan, ustedes me tiraban piedras a mi casa», los acusó, él también ya a los gritos. 

Luego del informe de Rossi comenzaron las preguntas y, con ellas, los discursos opositores. El más agresivo fue el primero: el del ultraliberal José Luis Espert. «Usted es un ignorante supino. La inflación es un fenómeno monetario. No es un fenómeno multicausal como dice acá en su informe. ¿Tan difícil es que le entre en la cabeza?», lo fustigó y, ofendido, lo acusó de no mirarlo a la cara mientras lo insultaba: «No te hagas el canchero, caradura». Una hora después, Rossi le respondería que, de los 10 años que había sido diputado, nunca antes lo habían insultado tanto: «Tiene un mérito. Supongo que será su forma fascistoide de expresarse».

Anses e inflación

Desde las bancas de izquierda, Romina Del Plá y Nicolás del Caño apuntaron contra el canje de bonos en dólares de la Anses a bonos en pesos (un reclamo que luego se repetiría a lo largo de toda la sesión). «Es una herramienta más para tratar de combatir a la inflación. Hay 113 organismos que tienen bonos en dólares que no actuaban coordinadamente. El intento es operar sobre uno de los dólares, el de contado con liquidación. Porque cuando la brecha es muy alta termina impactando en la inflación», sostuvo Rossi.

Hubo, a su vez, cuestionamientos por la situación en Rosario, los cortes de luz y la jubilación que cobra la vicepresidenta. La más insistente, sin embargo, fue referida a la inflación. «Voy a hablar de la inflación. Esa que Macri iba a resolver en cinco minutos. No la resolvió. La dejó en 54 por ciento”, sostuvo Rossi en un momento, y denunció que el gobierno de Cambiemos había dejado ese número «sin pandemia, sin guerra, con una sequía menos grave y sin endeudamiento».

«Apagá la radio un poquito», le pidió media docena de veces el ministro a Fernando Iglesias (PRO), que no se calló un minuto. Entre el murmullo constante y las interrupciones, JxC también buscó dejar asentado algún discurso de campaña. «Hoy el jefe de Gabinete dio una ‘masterclass’ de post verdad, lo felicito», ironizó Mario Negri (UCR), quien hilvanó varias chicanas: «Prometieron asado, pero hoy no hay ni guiso carrero». «Nadie se ha endeudado como este gobierno. Después vienen con el ‘ah pero Macri’, pero el Fondo no es un problema. Con ustedes se ha portado casi como un militante», provocó Cristian Ritondo (PRO), quien compite para ser gobernador bonaerense. «Con respeto hacia Dujovne, el día que firmó el acuerdo con el FMI no había salido del momento whisky de Pagni», le respondió, entre risas, Rossi.

Las preguntas se fueron acumulando, aunque muchas veces los diputados no estaban después para escuchar la respuesta: la mayoría de los opositores abandonaba el recinto luego de su intervención. Más allá de los cruces, Rossi finalizó la sesión en un tono jocoso: «Quiero decirles que, salvo los insultos, fueron bastante suaves las críticas. Un abrazo enorme».

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/536267-el-informe-de-agustin-rossi-entre-la-defensa-de-la-gestion-y