¿Por qué el triunfo de la Selección desató tamaña fiesta, por qué a estos niveles? ¿Por qué hoy somos tan felices? Dos escritores —Sergio Olguín, confeso «enfermo de Boca», y Claudia Piñeiro, que se declara «seguidora de la Selección», pero también crítica de lo que representa Qatar en términos de violaciones de los derechos humanos y corrupción para llegar a este Mundial, dan su punto de vista sobre este estado emocional colectivo, que ambos también comparten por estas horas.

«Lo que queda claro es que salimos a reclamar por nuestro derecho a ser felices«, define Olguín repasando la magnitud de la fiesta vivida. «Un derecho que forma parte de nuestro pacto social, la posibilidad de buscar esa felicidad. Fue el estallido de una sociedad que en los últimos años viene muy golpeada, y que no renuncia a ese derecho. Salimos a decir: acá estamos, somos argentinos, y somos felices en este país», observa.  

Siguiendo esa línea de análisis, compara lo que ha ocurrido con otros pactos sociales básicos: «Hasta hace unos años, como sociedad, sabíamos que la dictadura fue mala y que dejó 30 mil desaparecidos. No lo pensaban todos, pero quien no lo pensaba, no se animaba a decirlo. Del macrismo en adelante, eso cambió. Bueno, ahora estamos saliendo a acordar que no somos un país de mierda. Los que piensan que sí lo somos, hoy se ven obligados a disimular y a sacar la banderita. Tienen que ocultar su odio ante la fuerza avasallante de una sociedad». 

Olguín observa también que «esta Selección argentina es la más comunicada con la gente: de algún modo se siente parte de la gente, y la gente a su vez se siente parte de esta Selección. Que es federal, que tiene muchos jugadores de origen humilde, o millonarios pero que siguen volviendo al barrio y hablando como en el barrio. Que buscó ganar para darle algo a la sociedad, más que a ellos mismos. Eso el hincha lo percibe como algo totalmente distinto a otras selecciones». «Hace diez años te quedaba la sensación de que jugaban los mejores, pero lo mejor lo daban en sus clubes. Ahora la sensación es que estos pibes están dejando la vida en cada pelota», compara, y destaca el rol de Scaloni en este proceso. 

Piñeiro habla de «un deseo compartido» para entender lo que se está viviendo: «hace mucho que los argentinos no encontramos un deseo que podamos compartir todos. En cambio no conozco a nadie que no quisiera que ganara la Selección, tal vez hubo quien se involucró más que otro, pero todos compartimos ese deseo», define. 

Menciona «la magia del fútbol como motor muy grande para estos procesos de catarsis», pero advierte que se trata de fútbol, y algo más: «Nos gusta el estilo de esta Selección no solo en lo futbolístico. Nos gusta que es gente discreta, que se pone contenta, que se esfuerza, que trata de no generar grietas, y por eso deciden no hacer manifestaciones políticas; seguramente tienen sus ideas políticas, pero quieren que sea una fecha de unión de todos los argentinos». 

«Son pibes muy jóvenes, cada uno con su historia, todos se esforzaron, se dedicaron, se ve el involucramiento con sus familias. Todo eso ‘nos compró’, en el mejor sentido. Ni qué hablar Messi y Scaloni, que es de una discreción y una ubicación impactantes. Todos queremos ver más de eso en la política, en los medios, en los influencers: gente que se esfuerza, hace su trabajo, le va bien, y que es discreta, que no genera peleas».

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/509545-el-derecho-a-ser-felices