El rechazo popular y un nutrido grupo de diputados y senadores opositores tendrán la llave para que el Congreso se convierta en una valla de contención que pueda evitar el plan de privatizaciones que anticipó el presidente electo Javier Milei, quien además de los medios públicos le puso un ojo a la petrolera estatal YPF, un actor trascendental en materia energética para la Argentina, que lidera la exploración y explotación en Vaca Muerta, la segunda mayor reserva de gas del mundo y la cuarta de petróleo.
Las privatizaciones de Milei, con el estilo de Dromi
“Todo lo que pueda estar en manos del sector privado, va a estar en manos del sector privado”, advirtió el presidente electo horas después de ganar el balotaje, y avisó que buscará privatizar no sólo YPF sino también los medios públicos –Radio Nacional, TV Pública y Télam, entre otros– así como otras empresas estatales (en total hay 137). Un discurso idéntico al de Roberto Dromi, el ministro de Obras Públicas de Carlos Menem que pasó a la historia por decir que “nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado”.
Para avanzar en las privatizaciones, Milei deberá contar con el apoyo del Congreso, donde a partir del 10 de diciembre tendrá una mayor representación que ahora, aunque muy lejos del quórum y la mayoría en ambas cámaras, por lo que necesitará de acuerdos, en especial con el bloque de Juntos por el Cambio, aunque incluso así podría no alcanzarle, debido a que la alianza se encamina a una fragmentación tras la crisis que produjo el acuerdo inconsulto de Mauricio Macri y Patricia Bullrich con el libertario para el balotaje, que desató la furia del radicalismo y la Coalición Cívica.
La barrera de contención a las privatizaciones
El abogado, exsubsecretario de Hidrocarburos y titular de la consultora Paspartú, Juan José Carbajales, dijo a Página|12 que para avanzar en la expropiación se requiere de una mayoría agravada en el Congreso, debido a que el 51 % de acciones de la petrolera que está en manos del Estado se encuentra en acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS). Una ley sancionada en 2015 prevé que para la venta de acciones del FGS se requieren dos terceras partes en Diputados y el Senado. O sea, más difícil aún para Milei.
En el caso de los medios públicos, basta con una mayoría simple, que el libertario tampoco tiene, mucho menos en el Senado, donde apenas tendrá siete senadores a partir del 10 de diciembre, mientras que Juntos por el Cambio tendrá 24 y Unión por la Patria, 33, por lo que el Congreso podrá convertirse en una barrera de contención al libertario, que imagina una argentina privatizada.
YPF, en la mira de Milei
Con el foco en YPF, Carbajales explicó que, además de la cuestión técnica de las mayorías parlamentarias, Milei tiene una negociación política con las provincias, que son las dueñas de los recursos naturales, según indica la Constitución Nacional: del 51% estatal, un 51% está en manos de la Nación y un 49% en manos de los estados provinciales, que ejercen su poder a través de directores y síndicos en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos.
“Tendrán que negociar con las provincias”, explicó el consultor. Milei no tiene ningún gobernador propio y buena parte de las provincias petroleras tienen gobiernos más cercanos al peronismo o con mandatarios de partidos provinciales que se expresaron a favor de Sergio Massa. Tras decir que la quiere privatizar, al día siguiente de su triunfo el futuro presidente dijo que «primero hay que recomponerla».
De privatizarse, YPF pasaría a ser una empresa más del mercado, regida sólo por estándares de eficiencia y rentabilidad y abandonando su rol social, de investigación e inversiones. “YPF no se ocupa solo de abastecer combustible, también hace obras. Eso se podría perder, tal vez no de un día para el otro”, explicó Carbajales.
La petrolera tiene subsidiarias clave como YPF Agro e YPF-Tec, que en alianza con el Conicet realizan investigación y desarrollos vinculados al litio, mineral clave para el futuro y de gran presencia en la región (Argentina integra el “triángulo del litio” con Bolivia y Chile). Estados Unidos no oculta su interés en la región justamente por la relevancia del “oro blanco”.
¿Privatizaciones por DNU?
Milei también podría avanzar con su reforma del Estado – así llamó Menem a la ley que lo habilitó a rifar las empresas públicas – mediante decretos de necesidad y urgencia (DNU), que podría firmar desde el primer día de gobierno y tienen la misma validez que una ley sancionada por el Congreso.
Aunque entren en vigencia inmediatamente después de su publicación, los DNU deben ser refrendados o rechazados por el Congreso, en la comisión Bicameral de Acuerdos del Congreso, intregrada por ocho diputados y ocho senadores, que emite dictamen y lo envía a cada cámara para su tratamiento. Cada cámara debe resolver si apoya o rechaza. Si ambas lo rechazan, pierde validez. Si una lo aprueba y la otra no, sigue vigente, según explicó a Página|12 el abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez.
Hasta ahora, el Congreso nunca pudo dar marcha atrás con un DNU firmado por el Poder Ejecutivo.
“Las privazaciones pueden ser mediante una sola ley general o una ley por cada empresa”, aseguró Gil Domínguez. “Si se aprueba, el proceso privatizador es del Ejecutivo. En el caso los medios públicos, alcanza con la mayoría simple”, agregó, y aclaró: “Lo único que no puede es emitir un DNU para hacer reformas tributarias, penales, del régimen electoral y de los partidos políticos”.
La resistencia en el Congreso y en las calles
El propio Milei reconoció que sus reformas serán impopulares y que habrá manifestaciones callejeras, al tiempo que avisó que habrá represión si el pueblo sale a las calles, algo que naturalmente sucederá, como ocurrió en el pasado reciente, cuando los despidos se contaban por miles en el Estado.
Ante la consulta de este medio, varios diputados de Unión por la Patria adelantaron que habrá resistencia para evitar las privatizaciones. “Lo mejor que nos puede pasar es hablar de unidad, no hacer una cacería de brujas”, dijo un experimentado legislador, que advirtió por el ruido que pueda existir en JxC por el enojo de muchos legisladores que rechazan el acuerdo con Milei, incluso dentro de propio PRO. “Hay que construir bloques que tengan claro qué nos pasó y cómo recuperar la voluntad popular”, remarcó otro diputado.
“Para vender YPF necesitan dos tercios, yo me acuerdo de los seguros que le pusimos al Fondo de la ANSES para que no privaticen. Vender YPF me duele en el alma. Y vender Vaca Muerta sería como sacarme un pedazo mío, es la independencia energética que peleamos desde siempre”, repite por lo bajo un histórico peronista con despacho en la Cámara baja, que no pierde la esperanza: “Creo que se puede poner un freno, en especial en el Senado”.
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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/663542-el-congreso-y-la-calle-hay-freno-para-las-privatizaciones-qu