Scaloni anunció el equipo y el país entero empezó a sumergirse en el reality absoluto y excluyente del mundial, al tiempo que el ministro Sergio Massa afilaba su estrategia contra una inflación hasta ahora inmanejable, y que un sector importante del Poder Judicial encabezado por la Corte reafirmaba su alianza con el macrismo y la corporación de medios contra el Gobierno, contra Cristina Kirchner y contra cualquiera que pueda cuestionar el sistema de privilegios y desigualdad del que se benefician.

Un ejemplo es la persecución inmoral y despiadada en Rosario contra la abogada de HIJOS, Nadia Schujman, reconocida defensora de los derechos humanos. Todos dicen que es cierto que la mafia de la droga tiene conexiones en la política, en la policía y hasta en bancos y empresas. Que Rosario es el principal campo de batalla de los narcos en el país lo aceptan y lo sufren todos los rosarinos. Hasta allí todos parecen coincidir, hasta que se pasa a los hechos como hizo Nadia Schujman como responsable de investigar complicidades policiales.

Schujman, conocida en Rosario por su trayectoria en los organismos de derechos humanos, se convirtió en blanco de una campaña feroz del multimedio local, propiedad del empresario Gustavo Scaglione, quien a su vez es querellante en una de las causas que abrieron contra ella desde que comenzó a investigar a la policía provincial y los entramados narcos. Por motivos políticos, en el mejor de los casos, el macrismo, los radicales y los socialistas y una parte del peronismo se sumaron a los ataques contra la exfuncionaria.

Estas fuerzas, que han sido cómplices del espionaje realizado durante el gobierno macrista a familiares de víctimas del ARA San Juan, al Instituto Patria, a Cristina Kirchner y a dirigentes políticos, se han colgado ahora de las denuncias sin pruebas sobre espionaje ilegal. No hay informes, documentos ni videos como los que existen en las causas contra el gobierno macrista que ninguno de esos sectores repudió.

Es un bloque de poder donde corporaciones de medios, servicios de inteligencia, funcionarios judiciales y el universo político del macrismo confluyen en defensa de intereses y privilegios corporativos o mafiosos. La urgencia dramática que adquiere esta situación en Rosario por el azote de las mafias de la droga, tiene su equivalencia a nivel nacional donde se repite este bloque de poder que busca decidir la suerte de millones de argentinos.

La decisión de la Corte Suprema de rechazar la designación de un representante frentetodista del Senado en la Magistratura fue el anuncio abierto de cómo roncará esta alianza durante la campaña electoral. Pocos días antes, habían reabierto causas en las que Cristina Kirchner ya había sido sobreseída, desde Hotesur-Los Sauces, hasta la del memorándum con Irán y la fantásticamente inversa del dólar a futuro, donde los que se enriquecieron con la devaluación que ellos hicieron son los que denuncian a los que impidieron esa devaluación cuando fueron gobierno.

La presión por reabrir estas causas que ya fueron juzgadas coincide con la inminente reanudación de los alegatos fiscales en la causa de Vialidad. Las defensas de todos los acusados, incluyendo la de Lázaro Báez, destruyó cada milímetro de la acusación con informes técnicos, testigos y documentos. Pero los medios corporativos, que difundieron con grandes titulares el alegato inicial de los fiscales, mantuvieron silencio o apenas cubrieron la intervención de las defensas. Y ahora renovarán el circo o provocarán alguna decisión judicial turbia aprovechando el preludio del Mundial.

Resulta sorprendente que este renovado interés sobre causas que sólo sirven para campaña sucia mediática hayan sido retomadas poco después del atentado que sufrió Cristina Kirchner. El intento de asesinato hubiera desatado un baño de sangre en el país si se hubiera concretado.

El atentado falló y además funcionó en sentido contrario al que buscaban. Podrían haber atemorizado a la vicepresidenta o haber limitado su actividad para evitar riesgos. Provocó todo lo contrario. Cristina Kirchner reapareció en un acto histórico para el peronismo en pleno congreso de cinco mil delegados de la UOM. Y hará otra presentación multitudinaria para el día de la militancia, el próximo jueves.

El protagonismo que retomó Cristina Kirchner la confirmó en el podio de los posibles candidatos para el 2023 y le devolvió un centralismo protagónico que impactó seguramente en las innumerables encuestas que ya se realizan para medir el día a día, para definir candidatos, discursos y formas de la campaña.

Si se fuera a juzgar por la inmediata reacción de la maquinaria judicial de persecución contra la vicepresidenta, con recursos sacados de la manga, porque ni siquiera se dieron tiempo para inventar nuevas causas y tuvieron que acudir a las que ya habían sido descartadas, habría que inferir que empezó a romper el famoso techo bajo que daban las encuestas a su imagen positiva. Piso alto y techo bajo, decían. La imagen de esa avalancha de causas en chancleta es de temor. Como si buscaran cortar de raíz cualquier posible crecimiento.

En vez de repudiar en bloque, el macrismo habla como si hubieran realizado el atentado “tres loquitos sueltos”. Tienen comentarios despectivos, como el diputado Gerardo Milman. “Cómo van a sospechar de mí –da por sobreentendido—que soy un hombre de la democracia”. Pero este personaje fue jefe de la inteligencia policial cuando Patricia Bullrich era Ministra. El personaje se ríe de que sospechen, pero es sospechoso que unos días antes presentara un proyecto que hablaba de una especie de autoatentado de Cristina Kirchner. Y es sospechoso que dos días antes, un testigo lo escuchara decir que “cuando la maten yo estoy camino a la Costa”.

La vicepresidenta hizo circular un video sobre las deficiencias en la investigación cometidas por la jueza María Capuchetti, que proviene de la familia policial. Los abogados que representan a Cristina Kirchner pidieron que profundice la investigación de los vínculos políticos de los acusados directos para buscar a los autores intelectuales.

La investigación demostró el vínculo de estos delincuentes con sectores del macrismo, hay fotos con Patricia Bullrich, con el diputado Waldo Wolf y con otros macristas. Además, comparten el mismo discurso de odio, embustero y violento. Y resulta cada vez más evidente que el grupo Revolución Federal, al que estaban ligados los autores del atentado, es financiado por empresas de la familia de Luis Caputo, el exministro de Finanzas de Mauricio Macri.

Está demostrado el vínculo ideológico, el vínculo físico y el vínculo financiero de los autores del atentado con el macrismo. Esos vínculos no establecen culpabilidad, pero obligan a investigarlos. Los asesinos frustrados hablaban de “matar a Cristina” entre ellos y con todos. La idea del atentado estaba presente en esas vinculaciones. Los que hubieran hecho bromas o sospecharon y no los denunciaron son cómplices.

Capuchetti ni siquiera convocó a declarar a Milman y circunscribió la pesquisa a tres personas, dos acusados de ser los autores y otro de ser cómplice. La jueza quiere cerrar la investigación del atentado terrorista más grave desde la recuperación de la democracia, en los “tres loquitos”, como quiere Mauricio Macri. La recusación de la jueza es un pedido razonable, la jueza no cumplió su función y actuó en función de la política y no de la administración de justicia.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/496953-el-bloque-de-los-privilegios