Con la certeza de que estamos frente a un momento crítico a nivel mundial, David Choquehuanca llama a perder el miedo y cuestionarlo todo. El vicepresidente de Bolivia advierte que el «modelo de desarrollo occidental capitalista nos ha llevado al desastre» y por eso es urgente una renovación liderada por los jóvenes. De visita en Buenos Aires, donde celebró el Año Nuevo Andino, Amazónico y Chaqueño 5530, Choquehuanca recibe a Página/12 y llama a los pueblos a despertarse porque «nuestra Pachamama está a punto de sufrir una catástrofe global».
Choquehuanca nació el siete de mayo de 1961 en la comunidad aimara de Cota Cota Baja, departamento de La Paz. Es el vicepresidente de Bolivia desde el ocho de noviembre de 2020. Antes fue ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia entre 2006 y 2017, durante los tres gobiernos de Evo Morales. Fue en aquellos años que sugirió cambiar el sentido de las agujas del reloj de la Asamblea Legislativa como gesto de descolonización porque «si no queremos violentar las leyes de la naturaleza, nuestro reloj también tiene que funcionar hacia el sur».
– ¿Está conforme con la condena a diez años de cárcel a la expresidenta de facto Jeanine Áñez?
– No se trata de estar conforme con una sentencia, se trata de que se haga justicia. Mira, nuestra democracia ha sido interrumpida después de 40 años y en 2019 hemos vivido un año de terror, de desilusión, de represión, de violación de los derechos humanos. Hubo masacre. Todo el mundo sabe esto. Y nosotros en nuestra campaña hemos prometido justicia. Es lo único que buscamos, y quien administra justicia no es el poder ejecutivo ni el poder legislativo. La justicia es un poder independiente, ellos son los que tienen que asumir su responsabilidad con el pueblo y con las víctimas.
– Usted dijo hace un mes que el pueblo boliviano se está cansando de los dirigentes que se eternizan en el poder. ¿A qué se refería exactamente?
– El mundo tiene que renovarse. Hay un desorden global. Hay incertidumbre, hay caos. Necesitamos cambios, revolución de ideas. ¿Y quiénes tienen que ser los protagonistas? Los jóvenes, ellos son quienes tienen que despertar su creatividad y no esperar que las personas mayores les digan lo que tienen que hacer. Estos jóvenes tienen que tener la capacidad de leer su realidad, y lo que nosotros tenemos que hacer es facilitar instrumentos para que estos jóvenes puedan despertar su rebeldía. En el mundo hay carencia de líderes y los revolucionarios queremos cambios. Somos semillas. Tenemos que sembrar. Si la papa no se siembra y no se renueva, la papa desaparece.
– El fin de semana se reunió con el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales, en un momento en el que los medios de su país hablan mucho de diferencias internas.
– Es bueno tener diferencias. ¡Si no se contradice a la ciencia, no se desarrolla! Nosotros estamos en función de gobierno, la organización política que está en función de gobierno es el MAS-IPSP, y este tiene a su presidente que es Evo Morales. Nuestro presidente en funciones es el hermano Luis Arce y yo estoy acompañando como vicepresidente. Y somos un gobierno de las organizaciones. En estas reuniones nos encontramos, no es la primera ni será la última. Somos actores, podemos hacer mucho por nuestro pueblo y a todos los temas hay que discutirlos.
– Hace poco de visita en España sostuvo que la democracia vista desde la perspectiva occidental se «ha destruido a sí misma». ¿Habría que ir hacia una instancia superadora?
– No hay que tenerle miedo a nada. La cultura del miedo y el odio llega con el colonialismo. Nosotros tenemos nuestra propia forma de organización donde no se acepta que se someta a nadie. En democracia las minorías se someten a las mayorías. Existe la palabra someter, y someter al prójimo no es vivir bien, como robar no es vivir bien, como mentir no es vivir bien. Y lo que nosotros buscamos es el vivir bien, buscamos la armonía. Nuestra lucha es contra el sometimiento, no solamente entre los seres humanos, también con nuestra madre tierra. Tenemos que cuestionar palabras como democracia, no tenemos que repetir como si fuéramos loros. ¿Por qué no podemos explicarnos desde nuestro lugar? Es hora de cuestionar todo. Hasta el desarrollo nos hemos dejado imponer.
– ¿Y cómo se puede cambiar esa forma de desarrollo?
– Es mejor si nosotros tomamos nuestras decisiones mediante el consenso. Consenso no es lo que yo quiero, consenso no es lo que la hermana quiere, consenso no es lo que el vecino quiere, consenso no es lo que el de abajo quiere. Consenso es lo que todos queremos. Es saber encontrar el centro, el eje, el taypi. Es saber encontrar el eje que pone en movimiento una sociedad, una comunidad, una organización. Necesitamos estar en movimiento. Tiene que haber un proceso de autointerpelación. Tiene que haber una revolución de ideas. Las turbinas del viejo sistema se están apagando, y este modelo de desarrollo occidental capitalista nos ha llevado al desastre.
– En relación a lo que plantea, en su paso como canciller propuso cambiar el sentido de las agujas del reloj ubicado en el edificio del Congreso. ¿En qué se basó para tomar esa decisión?
– El planeta se divide en sur y norte por la línea del Ecuador. Nosotros estamos en el sur. En el sur la sombra gira a este lado, en el norte gira al otro lado. Los marineros conocen esto: cuando cruzan la línea del Ecuador cambian su dirección. Y como estamos en el sur y no queremos violentar las leyes de la naturaleza, nuestro reloj también tiene que funcionar hacia el sur. Muchas cosas nos han traído del norte. En Navidad nosotros ponemos nuestros arbolitos con nieve, como si estuviéramos en el norte. Hasta el Papa Noel nos han traído ellos. Pero los niños en Bolivia dicen que como el Papa Noel no es nuestro no le dejan entrar a la casa, ¡y por eso quiere echarse por la chimenea! (risas) Nosotros tenemos nuestro ekeko, que es la energía de la abundancia, del vivir bien. Tenemos nuestras propias categorías económicas, pero no se enseñan en las universidades. Europa no nos ha traído la civilización, nos ha traído la barbarie. Por eso en Bolivia nosotros hablamos del proceso de descolonización. Tenemos que volver a ser, porque ya no somos. ¡Y somos del sur!
– ¿Qué sensaciones le generó el triunfo de Gustavo Petro en Colombia y qué puede significar para la región?
– Todos nos hemos alegrado. Algunos hemos celebrado incluso más que los colombianos. Tenemos la esperanza de que las cosas cambien en Colombia. Y Petro tiene la autorización con el voto para que se puedan superar todos los males que el pueblo colombiano ha vivido. Pero este resultado también es una fortaleza para nuestra región. Queremos que se respete nuestra soberanía. Queremos decidir nosotros y no fuerzas extracontinentales. Necesitamos construir integración. Si nosotros vamos solos a otros espacios multilaterales, no vamos a poder plasmar nuestras ideas. Pero si vamos juntos y nos sentamos de igual a igual, por ejemplo con la Unión Europea, no solo nos van a escuchar, también nos van a respetar.
– ¿Qué balance realiza de la última Cumbre de las Américas? Bolivia fue uno de los países que se negó a asistir en solidaridad con Cuba, Nicaragua y Venezuela.
– La Cumbre de las Américas está en crisis, al igual que la OEA. Pregúntale a nuestros jóvenes, ya no les interesa. La realidad es que no todos tenemos que pensar igual. Donde dos personas piensan igual, dicen que uno no piensa. Ningún país tiene la capacidad de encarar solo, por más desarrollado que sea, los problemas que son globales. Nos necesitamos. Necesitamos discutir cómo podemos hacer que las riquezas no se concentren en manos de unos pocos. Hacerlos tomar conciencia de que nuestra Pachamama está a punto de sufrir una catástrofe global. Y si hay esta catástrofe global nos vamos todos, los pobres y también los ricos.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/431172-david-choquehuanca-las-turbinas-del-viejo-sistema-se-estan-a