El peronismo, cauto, mira con atención los pasos que va dando el gobierno de Javier Milei. Dentro del espacio analizan que, a poco más de 60 días de la asunción de los «libertarios», hubo dos hechos que marcaron un punto de inflexión. Uno de ellos fue el paro general que hizo la CGT el 24 de enero y el segundo el fracaso que el gobierno sufrió en la cámara de Diputados por la no aprobación del proyecto de ley Ómnibus. Más allá de esos acontecimientos, que pueden haber marcado un cambio de etapa, en UxP siguen creyendo que no es momento de confrontar de lleno con Milei porque corren el riesgo de que los acusen de poner «palos en la rueda». Consideran que el descontento se irá viendo de a poco, a medida que la sociedad comience a sentir los golpes que, inexorablemente, generarán en las clases medias y bajas las políticas que viene aplicando el gobierno, y que se recrudecerán con el correr de las semanas porque Milei está decidido a ejercer su liderazgo, dicen, sin miramientos ni cavilaciones.
En Unión por la Patria son muy conscientes de que la batalla por la ley ómnibus no significó la conformación de una nueva mayoría opositora al gobierno, ni tampoco un triunfo que logró por una estrategia en particular el peronismo, sino que, más bien, demostró una serie de errores políticos e impericias por parte del oficialismo. Sin embargo, están conformes por un motivo: en esta primera –y significativa– batalla el bloque de UxP no se fracturó, como pasó en 2016 durante el macrismo, sino que se mantuvo en unidad. Hubo una pequeña fuga, claro, protagonizada por el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, que retiró a sus tres diputados del bloque de UxP para acompañar al gobierno. Con el diario del lunes, una pésima jugada.
«Se sostuvo bien. Hubo coherencia y unidad. Eso es un saldo muy positivo», analiza un dirigente peronista y resume con cierto alivio: «Hay tres centrales de trabajadores que están activas y convocaron a un paro masivo, los gobernadores del pj están alineados y en el bloque, a pesar de una fuga marginal, se votó en unidad». Ahora, opinan, comenzará un segundo momento en el que habrá que ver cómo el peronismo, tanto en el Congreso como fuera de él, empieza a tener un diálogo más fluido y a tejer alianzas con algunos sectores de la oposición que, dados los agravios y desmanejos de Milei, están hastiados.
Allí enumeran a gobernadores como el de Córdoba, Martín Llaryora –Milei eyectó del gabinete a Osvaldo Giordano, un hombre de su confianza que estaba en AFIP–, como también a Gustavo Sáenz, de Salta –también echaron de la secretaría de energía a Flavia Royón— y los gobernadores de los partidos provinciales como Rolando Figueroa de Neuquén y Alberto Weretilnek de Río Negro. Y, por supuesto, algunos sectores del radicalismo que no están de acuerdo con la postura del presidente del bloque en Diputados, Rodrigo De Loredo, que se muestra como aliado del gobierno. En ese punto toma protagonismo el diputado Facundo Mannes y todos los ojos están puestos en qué hará el presidente del partido y senador Martín Lousteau en la Cámara alta con respecto al DNU. El peronismo intentará jugar todas sus cartas.
La estrategia del gobierno, en tanto, ya quedó clara: buscará fortalecer su postura en el Congreso mediante una alianza explícita con el PRO. El peronismo tendrá que hacer sus alianzas en un contexto muy complejo porque en este momento –desde lo discursivo– pareciera ser que el kirchnerismo es una especie de «mancha venenosa», y ningún diputado o senador quiere tomar decisiones que los ubiquen cerca de ese lado del tablero.
Dentro del peronismo lo saben, pero opinan que será solo cuestión de tiempo para que esas posturas amainen. «En algún momento los legisladores de la oposición amigable van a dejar de acompañar al gobierno. Cuando vuelvan a sus localidades y empiecen a ser señalados por lo que votaron va a cambiar la cosa. Lo de la mancha venenosa se va a ir compensando con lo que vaya pasando en la calle: Tarifazo, boletos altísimos, la imposibilidad de ir al supermercado. Eso va a ir pesando más que el discurso anti k», analizan.
El espacio, por ahora, no tiene liderazgos claros ni va a tenerlos en el corto plazo. Por ahora hay un esquema de roles vinculados más a lo sectorial. El PJ nacional, por ejemplo, está en un proceso de cierto congelamiento con Alberto Fernández —el presidente– que reside en otro país. Habrá qué ver qué sucede una vez que él vuelva. Hay gobernadores como Gildo Insfrán de Formosa o Ricardo Quintela de La Rioja que suenan como posibles reemplazos. No hay posibilidades, dicen quienes hablan con CFK casi a diario, de que ella pelee por la presidencia del partido. «Ni se le pasa por la cabeza», aseguran.
La vicepresidenta
Entre los más cercanos a la expresidenta se habla de que ella considera que Milei «ejercita su liderazgo», por más que no comparta sus principios ni sus políticas, y está convencida de que no debe atacarlo porque cree que son los sectores afectados los que deberán ir expresando su descontento. «Ella está en un lugar de mucha responsabilidad, convencida de que lo que hace Milei es horrible, pero no quiere que acusen a nuestro espacio de romper todo«, dicen algunos que la escuchan.
Otros, que también dialogan con ella, aseguran que, con su silencio, CFK trata de evitar una polarización simplista de su figura contra la de Milei, para no neutralizar la verdadera polarización del libertario, que debería ocupar la sociedad. La expresidenta sabe que entre los votantes de Milei hay muchos votantes del peronismo y por eso es cauta.
Su hijo, el diputado Máximo Kirchner, piensa de manera similar. Cree que no es momento de levantar el perfil ni polarizar de lleno con LLA. Él ejerce la presidencia del PJ provincial y, comentan sus colaboradores, teje alianzas «en silencio». Hace reuniones y recorre los distintos municipios de la provincia de Buenos Aires por más que no sean actividades públicas. Estuvo, por ejemplo, en Olavarría y en Azul. Puede que haya novedades sobre movimientos en el PJ provincial en el corto plazo. Estaría en proceso, además, la organización de un acto para el 25 de febrero, aniversario del nacimiento de Néstor Kirchner. Se baraja para ello el municipio de Quilmes, que conduce Mayra Mendoza.
Otro que está tejiendo con marcado bajo perfil es el excandidato presidencial, Sergio Massa. En su entorno aseguran que está por terminar un libro autobiográfico sobre su experiencia al frente del Ministerio de Economía y dicen que está abocado a las tareas de la fundación que lidera. Mientras tanto, sostiene reuniones privadas con dirigentes políticos como intendentes, legisladores, exgobernadores y miembros del Frente Renovador. Este domingo, en una entrevista, el extitular del BID, Mauricio Claver-Carone, dijo que si Massa hubiera aspirado a ser presidente del BID «habría ganado», pero que priorizó ser ministro de Economía. En su entorno resaltan ese dato.
Por último, otra de las figuras centrales es la de Axel Kicillof. Desde el gobierno bonaerense dicen que él está muy atento a la situación cotidiana de la provincia y de las cuentas, pero hay quienes analizan que, al mismo tiempo, Kicillof también tiene muy en claro que tiene que liderar una confrontación política y no de gestión. El gobernador está tratando de ganar volumen político para pararse en una representación más amplia y así poder pensar en una candidatura presidencial en 2027. Para eso, sin embargo, todavía faltan varios capítulos de la novela.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/712058-confrontar-lo-necesario-esperar-y-seguir-unidos