«Para qué voy a invertir en un chico de 12 años, si yo solo estaré en el club tres o cuatro años nomás«. Claudio Borghi, ídolo de Argentinos Juniors, reveló que el comentario entrecomillado se lo dijo un empresario del fútbol chileno cuando el exjugador le preguntó si podía ayudar a un niño que no podía seguir jugando al fútbol porque no tenía ni para comer. «A partir de la llegada de las sociedades anónimas, los dueños invirtieron muy poco en las divisiones inferiores», explica quien fuera también DT de la selección de Chile, en una de las causas para explicar la crisis que vive ese país.

Al otro lado de la Cordillera, Argentina atraviesa un período definitorio: el 19 de noviembre el pueblo elegirá si sigue el peronismo o si el Gobierno nacional quedará en manos de la extrema derecha. El fútbol, pilar indiscutible de nuestra idiosincrasia, no quedará ajeno al resultado del balotaje.

Los movimientos de Massa

En plena campaña, los dos candidatos de la segunda vuelta hicieron lugar en su agenda para referirse a los planes que tienen para el fútbol argentino.  Sergio Massa, exdirectivo de Tigre, dijo que en un eventual gobierno suyo insistirá en «la vuelta de los visitantes», lo que implicaría un retorno a una postal tan icónica como antigua: dos hinchadas viendo el mismo partido en una misma cancha. 

En Primera, ese escenario quedó en desuso desde 2013 mientras que en el Ascenso, el lapso es aún mayor. Es que el último partido data de 2007, cuando la Policía asesinó a Daniel Cejas, quien festejaba a la salida de la cancha de Nueva Chicago el ascenso de, justamente, Tigre, que militaba en Segunda División.

La otra medida, más concreta, no tendrá que esperar ni al 10 de diciembre, sino que regirá en cuestiones de horas. Se trata del famoso decreto 1212/03 que garantiza a los clubes un régimen especial de exenciones impositivas. Regía hace veinte años y fue modificado por un tal Mauricio Macri, quien intentó quitarle recursos a los clubes para mejorar las cuentas fiscales. La normativa, según contaron algunos directivos de la pelota a Página|12 , implica un alivio para las sociedades sin fines de lucro, en cuanto a la contribución que se hacen en los sueldos de jugadores, cuerpos médicos y auxiliares de los planteles, ya sea de primera división, como cualquier otra categoría de AFA. 

Fútbol S.A.

Milei, exarquero de Chacarita Juniors, no es ajeno tampoco a sus intereses en el mundo del fútbol. Hace ya varios días que el diputado de la ultraderecha intenta meter la cuchara en Boca, club del que dijo que «ya no es más hincha», con el objetivo de devolverle flores -¿o favores?- a Mauricio Macri. «Solo vuelvo si viene él«, dijo, en lo que intentó ser un palo para Juan Román Riquelme. 

El lazo Macri-Milei en Boca puede materializarse en la figura de Edgardo Alifraco. Tal como contó este diario, Alifraco heredó en 2019 la agrupación “Super Boca” de Alberto Salvestrini, mano derecha de las primeras presidencias en el club de Macri. Ocupó varios cargos, entre ellos la subcomisión del hincha, y estuvo procesado por asociación ilícita con el barra Rafael Di Zeo. A Milei no le importó ese vínculo con un tipo tan particular de “casta” y le otorgó un lugar privilegiado en la boleta de La Libertad Avanza para que a partir del 10 de diciembre el directivo sea legislador de la Ciudad. 

Pero el mayor deseo de Milei es que el fútbol se adapte a su único Dios: el mercado. En su lógica es incomprensible haya asociaciones sin fines de lucro. Y si bien la propuesta está debajo de la línea de flotación, ya empezaron las señales. El 18 de septiembre, cuando en sus actos se envalentonaba con ganar en primera vuelta, Milei retuiteó una nota de Guillermo Tofoni, un empresario siempre atento en maximizar sus ganancias con el fútbol. En la columna de opinión en El Cronista, Tofoni (a cargo de organizar los amistosos de la Selección durante algunos años) dijo que la llegada de La Libertad Avanza «será una oportunidad única para crear una ley para el management de los Clubes con inversiones nacionales e internacionales, asignatura pendiente en el fútbol Argentino». 

En la misma nota Tofoni citó los casos de Blanquiceleste SA y el gerenciamiento de Mandiyú, al comentar que fueron «a medias tintas» y que debía haber garantías económicas y jurídicas. Nada dijo que esas gestiones terminaron quebradas y esos dos clubes, con las peores crisis de su historia.

Un par de días antes de la elección nacional, el bloque ultraderechista redobló la apuesta. Entrevistada por Julián Alvez para el mismo portal económico, la ahora diputada electa por la provincia de Buenos Aires Juliana Santillana publicitó un proyecto de ley para hacer posible la llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas (S.A.D.) . «La industria del fútbol no es ajena al esquema de atraso general de la Argentina, en materia de inversión privada, nacional e internacional», dijo. Y hasta usó el caballito de batalla de Milei para una posible privatización de los clubes. «La dolarización reconfigurará los esquemas de inversión y crecimiento: hay que abrir y dejar entrar», completó.

La misma diputada reconoce a Tofoni como uno de sus asesores para la Cámara baja. Y tal como reveló el periodista Alejandro Wall, el empresario no se conforma con eso y se presenta en distintas reuniones con el siguiente mote. «Yo soy el hombre de Milei en el fútbol».

Detrás de un Milei, hay un Macri

– Mauricio, perdimos

Corría 1999, plena agonía del menemismo, y Macri intentaba cosechar la siembra del Boca inmbatible de Carlos Bianchi. En esos años, quien era el presidente xeneize presionaba y presionaba para que la AFA incluya en sus reuniones de Comité Ejecutivo su de deseo: que ingresen las sociedades anónimas. Julio Grondona, viejo zorro, demoró el pedido hasta garantizar(se) que ningún otro dirigente se prendiera a la inciativa de Macri. La elección salió 19 a 1, y quien era el amo y señor del fútbol argentino le perpetró el comentario de arriba.

Hijo de un calabrés, Macri no dudó en ejecutar su vendetta. Ya con los fierros del Estado nacional, el fundador del PRO volvió a la carga para implementar las SAD. Para ello empoderó a Fernando Marín, exgerenciador de Racing y quien en ese entonces desguazaba el Fútbol Para Todos. El empresario reconvertido en funcionario público intentó colocar en agenda el deseo privatizador de su jefe. «Las S.A. son ruedas de auxilio que tiene el fútbol», comentaba en aquel entonces.

Los clubes resistieron al embiste. Así lo recuerda a este diario Augusto Costa, exdirectivo de Vélez en aquel entonces y ahora candidato de nuevo en las elecciones del club de Liniers. «Las presiones por parte del Gobierno que sufrieron los equipos fueron tremendas y constantes, durante años«, dice y agrega que «el freno se logró porque la mayoría de los dirigentes mantuvo una convicción: los clubes son de los socios«.

El ahora ministro de Producción bonaerense aclara que el deseo privatizador sobrevuela en el PRO y La Libertad Avanza y convocó a los dirigentes a seguir defendiendo el rol social de los clubes, que va mucho más allá del partido del domingo. Por ejemplo la integración y contención de los chicos en situaciones vulnerables, dos características que no persiguen un lucro monetario.

Penales 

En menos de tres semanas, Argentina definirá su futuro en el balotaje entre Massa y Milei. El fútbol también espera expectante la definición por penales.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/614023-con-javier-milei-la-pasion-del-futbol-tambien-sera-una-merca