No hubo aplausos en el recinto cuando el Senado aprobó la reforma de la Ley de Alquileres. Con el acompañamiento de aliados y el bloque federal, la bancada oficialista había logrado imponer su dictamen, que introducía una serie de modificaciones a la media sanción de Diputados. Las asociaciones inquilinas, que habían cuestionado con dureza la reforma impulsada por la oposición en la Cámara baja, observaron en silencio desde los palcos, divididos entre la defensa a la ley vigente y el apoyo a los cambios introducidos a la media sanción. El proyecto, ahora, volvió a girar a la Cámara de Diputados, la cámara de origen, en donde les diputades deberán definir si aceptan las modificaciones o insisten en la media sanción original. El panorama es incierto: hay bloques que votaron una cosa en Diputados y, en el Senado, terminaron votando otra. El Frente de Todos, sin embargo, tomó la decisión de darle empuje al debate y comenzará a tratarlo el próximo miércoles en las comisiones de Legislación General y Presupuesto.

Cuando el viernes a la madrugada el Senado aprobó, con 37 votos a favor y 29 en contra, una serie de modificaciones a la Ley de Alquileres se abrió un escenario poco habitual: la cámara revisora  – Senado – no había acompañado el proyecto tal como había sido aprobado en la cámara de origen – Diputados – , por lo que la iniciativa tendría que volver a la cámara de origen para terminar de convertirse en ley. Allí, les diputades tienen dos opciones: o ratificar la media sanción opositora del 23 de agosto o aprobar el texto con las modificaciones que el Senado aprobó ayer.

¿Cuáles son las diferencias? La media sanción de Diputados, que había sido fruto de un gran acuerdo opositor, propone llevar de tres a dos años la duración de los contratos y establece que los períodos de actualización sean cada cuatro meses – y no anuales, como sostiene la ley actual – a partir de un índice de actualización que podría ser librado a las partes. El dictamen oficialista aprobado en el Senado, mientras tanto, propone dejar los tres años de contrato, un plazo mínimo de actualización cada seis meses y un índice de ajuste basado en el coeficiente «Casa propia» (que tiene en cuenta el menor indicador entre el promedio de variación salarial y el promedio de variación de inflación). Sostiene, a su vez, que los contratos deberán ser sí o sí en moneda local. 

El oficialismo se encuentra en una encrucijada: la decisión de reformar la ley de Alquileres había sido de la oposición, que fue la impulsora del debate hace ya más de un año, pero la media sanción del Senado abre la puerta a introducir algunas modificaciones que puedan ampliar la oferta de viviendas de alquiler (como los beneficios impositivos). En principio, la decisión de la bancada frentetodista, que conduce Germán Martínez, es dar el debate lo antes posible y, en el proceso, ver de conseguir el número para defender la media sanción del Senado. Con este objetivo en mente, se convocó a un plenario de comisiones de Presupuesto y de Legislación General el miércoles a las 12.30 para empezar a tratar el tema.

Será una pelea mano a mano entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio para ver quién logra hacerse con el acompañamiento de los bloques opositores «del medio». En agosto, JxC logró impulsar una reforma a la Ley de Alquileres aprobada en 2019 gracias a un acuerdo con el Interbloque Federal – compuesto por tres peronistas bonaerenses, tres cordobeses que responde a Juan Schiaretti y dos socialistas santafesinos – y los dos misioneros y dos rionegrinos de Provincias Unidas. Durante el debate en el Senado, sin embargo, hubo senadores que integran esos bloques opositores que terminaron respaldando las modificaciones impulsadas por el oficialismo. 

Entre los 37 senadores que votaron las modificaciones del oficialismo – alegando que la media sanción de Diputados perjudicaría a los más de 9 millones de inquilinos – se encuentran les 31 senadores del oficialismo, les cuatro peronistas díscolos de Unidad Federal, la riojana Clara Vega y el rionegrino Alberto Weretilneck. Juntos por el Cambio y la cordobesa Alejandra Vigo votaron en contra. La duda que surge es qué postura adoptarán, por ejemplo, los dos diputados de Juntos Somos Río Negro que responden políticamente a Weretilneck que, en agosto, votaron a favor del proyecto de JxC. «Estamos analizándolo. Creo que la media sanción de Diputados es mejor porque hubo mucha repercusión en el mercado de que los contratos volvieran a tres años. Pero el problema es la incertidumbre y eso se resuelve votando alguno de los dos proyectos. Todavía lo estamos viendo», adelantó un diputado rionegrino.

La otra incógnita son los diputados del Frente de la Concordia Misionero: los dos diputados votaron con JxC en la Cámara baja, pero la senadora del mismo espacio, Magdalena Solari Quintana, se ausentó al momento de la votación en el Senado. El FdT buscará, además, intentar acercar posiciones con el sector del Interbloque Federal que, en la última sesión (la que se aprobó Ganancias), dieron quórum: Alejandro «Topo» Rodríguez, Graciela Camaño y Natalia de la Sota. Por otro lado, el FdT cuenta con el respaldo de los cuatro diputades del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, que acompañaron su proyecto hace dos meses. 

JxC, mientras tanto, intentará volver a sellar los acuerdos que le permitieron aprobar la reforma en agosto. Los primeros acercamientos serán la semana que viene, antes de que comience el debate en comisión. Antes que nada, les diputades cambiemitas intentarán ratificar su alianza con el Interbloque Federal – el otro gran impulsor de la reforma – pero deberá hacerlo en un escenario muy distinto al de agosto, cuando el oficialismo estaba más debilitado. Ahora, el clima cambió, y los bloques del medio observan como es el interbloque cambiemita el que se ha desinflado y se fracciona en peleas intestinas.  

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/593287-como-sigue-la-pulseada-entre-el-oficialismo-y-la-oposicion-p

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