El último test electoral provincial antes de las PASO tuvo un cierre infartante. Luego de un mano a mano reñido hasta la medianoche, Chubut cerró su jornada electoral con dos candidatos diciendo que tenían los votos suficientes para ser gobernadores de la provincia. Primero, el candidato del peronismo, Juan Pablo Luque, afirmó, luego de horas de especulaciones que le daban una tendencia ganadora a su contrincante, que su frente «Arriba Chubut» estaba 800 votos por encima de Juntos por el Cambio. No anunció una victoria, porque la diferencia era muy chica, y anticipó que la verdad se conocería en el recuento final. Minutos después, y a más de 400 kilómetros de distancia, Ignacio «Nacho» Torres, acompañado por Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, se subió al escenario que tenía en Trelew y declaró: «Quiero dejarlos tranquilos de que nosotros tenemos los datos de que Chubut cambió y tiene nuevo gobernador».

Juntos por el Cambio se quedó sin su revancha tras la derrota electoral en Córdoba capital. Los dos precandidatos presidenciales de JxC habían viajado a Chubut con la esperanza puesta en que «Nacho» Torres, senador de 35 años del PRO, daría el batacazo que terminaría con 20 años de hegemonía peronista en la provincia. Todos las tendencias de las horas previas lo daban como ganador y, ya por la tarde, ambos dirigentes nacionales habían viajado a Chubut con el objetivo de capitalizar la victoria. Torres ya venía, además, de dos triunfos aplastantes: el primero en las legislativas del 2021, en la que fue electo senador nacional con más del 38 por ciento de los votos; la segunda hace unos meses, cuando Trelew tuvo sus elecciones municipales y salió victorioso el candidato cambiemita que Torres había bendecido: Gerardo Merino, un veterinario que nunca antes había tenido un cargo público. Nadie en el bunker de JxC en Trelew se animaba, sin embargo, a anunciar la victoria.

Las horas pasaban y, a más de 400 kilómetros, el bunker peronista que se encontraba en Comodoro Rivadavia era un nudo de nervios que hacía cuentas. Ya desde las 9 de la noche que los números oficiales le daban una leve ventaja a Ignacio Torres, pero persistía la esperanza de que Comodoro y Puerto Madryn brindaran los votos que faltaban: el primero era gobernado por Luque y el segundo era controlado políticamente por el vicegobernador (y candidato a vice), Ricardo Sastre. Finalmente, los candidatos de «Arriba Chubut» de Comodoro, Othar Macharashvili, y de Madryn, Gustavo Sastre, ganaron las intendencias para el peronismo, pero el peronismo no daba muestras de que ganaría la provincia.

A las 12 de la noche salió Juan Pablo Luque a dar declaraciones. «Es un elección muy reñida. Pero a nosotros recién el recuento que acabamos de terminar nos da una diferencia de 800 votos a favor nuestro a gobernador», reveló el candidato de «Arriba Chubut», aunque matizó: «Nosotros no vamos a festejar una victoria provincial. Vamos a esperar al recuento definitivo, que es lo que corresponde. Estamos muy contentos. Amerita que, por la diferencia que tenemos a favor nuestro, esperemos».

Inmediatamente después, Torres salió a responder. «Dicen que esto se tiene que resolver en la Legislatura. Esto se tiene que resolver hoy señores. Porque hoy Chubut tiene un nuevo gobernador. Hoy Chubut cambia su historia de una vez por todas», afirmó, y completó: «Quiero dejarlos tranquilos de que nosotros tenemos los datos de que Chubut cambio y tiene nuevo gobernador».

Una previa tormentosa

Comodoro Rivadavia, la ciudad más poblada de Chubut, había amanecido como si un huracán la hubiera pasado por encima. Árboles arrancados de cuajo de sus raíces, tendidos eléctricos tirados abajo, techos que habían salido volando, ventanales hechos pedazos, camiones que habían volcado en la ruta. Los aviones no llegaban al aeropuerto y la ruta nacional 3 había sido cerrada. Todo por unos vientos de más de 157 kilómetros por hora que habían logrado convertir las 24 horas previas de las elecciones en un auto impuesto estado de sitio, debido al peligro que implicaba salir a la calle. Proliferaban los pronósticos tremendistas que anticipaban la posibilidad de que se suspendieran las elecciones (impulsadas, fundamentalmente, por el candidato libertario, César Treffinger, quien terminó sacando mas de 13 puntos). Este panorama, en una elección ya de por sí reñida, no hacía sino aumentar la incertidumbre sobre los niveles de participación en el municipio más populoso de la provincia.

Con el correr de las horas, sin embargo, los vientos fueron aminorando, el sol salió y, a las 8 de la mañana, las urnas se abrieron con normalidad. Algunas escuelas, eso sí, continuaban sin luz. «Es un día peronista», ironizaban desde las filas de Juan Pablo Luque, agotados tras una larga jornada de operativos para atender los destrozos que había generado el temporal. Todavía se veían los equipos municipales recogiendo ramas y techos de chapa caídos, instalando grupos electrógenos y poniendo de pie los postes de luz que se habían caído. Los vecinos y vecinas de Comodoro, sin embargo, no estaban seguro de salir a la calle. A excepción de unas pocas camionetas, las calles estaban vacías. Algunas personas se arrimaban a las veredas de sus casas con la escoba, barriendo el polvo y vidrios rotos que había dejado el temporal. A unas cuadras del centro de la ciudad, sobre la calle Vélez Sarfield, un tanque de agua de mil litros cúbicos había sido atado con una tela a un poste, como para inmovilizarlo. “Vino volando varias cuadras”, acotó una jubilada, impresionada, mientras regaba sus plantas.

A las 10 de la mañana, el gobernador Mariano Arcioni había emitido su voto. «Tuvimos que hacer frente a la deuda más grande que tuvo la provincia, en dólares, pero pese a todos los escollos salimos adelante tuvimos una provincia ordenada, con recomposición salarial, y obras, todo en un marco de una conflictividad muy importante», defendió su gestión el gobernador, que tras seis años en el poder deja su cargo con una imagen negativa del 80 por ciento. Habían sido años de arrastre de una larga crisis social e institucional, marcada a fuego por las manifestaciones docentes, el endeudamiento – que llevó a la falta de pago de los salarios de trabajadores estatales – y las protestas sociales que había generado la Ley Minera. 

Si bien el peronismo había llegado a un acuerdo para ir unido por primera vez en más de 10 años, logrando unir al dasnevismo -por Mario Das Neves, histórico referente provincial que murió en 2017- con el kirchnerismo y otros sectores del PJ, Juan Pablo Luque ha hecho todo lo posible para distanciarse de la golpeada gestión de Arcioni. Siempre negó ser oficialista – en efecto, en las elecciones del 2019, él no apoyó a Arcioni sino a su competidor, el kirchnerista Carlos Linares (hoy senador) -, pero en los últimos días de la campaña esa negación alcanzó tonos más fuertes. Hasta el mismo día de la elección, cuando declaró : «No es cierto que hace 20 años que hay peronismo en la provincia, porque los últimos 6 años no son de peronismo», disparó desde la escuela N 39, luego de votar con su esposa e hija. Por si esta distancia no había quedado clara, no se vio rastro de Arcioni en el bunker peronista de Comodoro, sino que el gobernador siguió los resultados desde su casa. 

Al filo del cierre de urnas, la participación se iba consolidando en un 65 por ciento, menor a la media histórica pero ahuyentado los fantasmas de un ausentismo devastador. Las alarmas, sin embargo, se despertaron pasadas las tres de la tarde, cuando se encontraron cuatro casquillos de bala sobre las boletas encabezadas por Ignacio Torres en una escuela de Lago Pueblo. Las vainas habían sido ubicadas sobre la cabeza del candidato a intendente del partido vecinal Crecer, Ramiro Ibarra, y Torres acusó al peronismo por la amenaza. «Están nerviosos porque saben que pueden perder después de 20 años, y lo viven como una guerra», denunció Torres. En el oficialismo, mientras tanto, deslizaron que todo la amenaza había sido armada por ellos. Las balas, sin embargo le terminaron dando un cierre oscuro a la jornada electoral. Fundamentalmente porque solo una semana antes, Luque había sufrido un ataque a tiros durante una de sus recorridas por Trelew. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/572791-chubut-infartante-cabeza-a-cabeza-en-el-cierre-del-escrutini