Que una bebida espumante de color naranja quede como eje de una interna política, solo puede pasar en la Argentina y con el PRO. El detonante fue una encuesta callejera en una señal de cable, donde todos los consultados que dijeron que votarían por Horacio Rodríguez Larreta portaban una botella de gaseosa Fanta. Rápidamente, en Twitter comenzaron las especulaciones sobre que se trataba de una nota paga por el susodicho candidato o las contraespeculaciones sobre que fue su adversaria la que la operó. El bullrichismo desplegó una ola de gastadas a Larreta, al igual que los de Javier Milei, que renombraron a sus adversarios como «Juntos por la Fanta». En respuesta, los larretistas se fotografiaron tomando una Fanta. Esto da para todo.

¿Cómo empezó el Fantagate? El cronista de A24 Esteban Trebucq hizo una nota en San Justo preguntando a personas -supuestamente del montón- a quién iban a votar. Todos los que venían con una Fanta en la mano -casi como si fuera un código para reconocerse- dijeron que a Larreta. El cronista incluso hizo notar al aire lo de la gaseosa. La nota se viralizó y comenzaron las especulaciones: ¿era un segmento pago por Larreta? ¿Era una operación de su adversaria Patricia Bullrich? ¿Era una campaña de Coca-Cola para que todos hablen de Fanta? Toda conspiración fue enunciada.

Uno de los primeros fue el liberal Carlos Maslatón: «El periodista Trebucq, para ustedes. Dos semanas atrás en Constitución
paraba gente y todos votaban Milei. Hoy para gente y todos votan
Sombrilla Larreta. O sea digamos, todo en Argentina es una joda». Trebucq se defendió y se despegó: dijo que fue «tan llamativo que lo dije al aire. Porque me di cuenta al toque. Y cuestioné».

Los fantafóbicos de Milei

Los primeros en subirse a esto de forma sistemática para cuestionar a Larreta fueron los partidarios de Javier Milei que trocaron el choripán peronista por la fanta larretista y publicaron un tweet donde hablaba de «Juntos por la Fanta».

El más activo en «denunciar» esto -planteando que la Fanta se convirtió en el nuevo signo del clientelismo político- fue el candidato porteño de Milei, Ramiro Marra. No fue muy sutil: «Antes era por el chori y la coca. Ahora es por la Fanta», aseguró. Una economista de extrema derecha, Diana Mondino, ironizó: «Impresionante el Hotsale!! Está todo tan barato que con una Fanta te compras un voto».  Como esos, hubo miles de tweets de los de Libertad Avanza.

Los fantasmas de Bullrich

Pero los partidarios de Patricia Bullrich no tardaron en subirse a la contienda para acusarlo a Larreta de pagar notas en medios. El más sutil fue el jefe de campaña de Bullrich, Juan Pablo Arenaza, quien escribió sobre la Fanta: «(Como decir) Ibarra sin decir Ibarra»

La alusión era a un segmento de Telenoche donde Daniel Malnatti grabó a Aníbal Ibarra siendo saludado por gente que luego resultó ser paga y además pidiendo a sus asesores que por favor la sacaran porque se estaban dando cuenta. La alusión a que Larreta hizo lo mismo fue directa.

Otros dirigentes cercanos a Bullrich, como el monzoista Sebastián García de Luca, ironizaron sobre las encuestas que maneja Larreta: «Los que toman #Fanta deben ser los que les responden a algunas encuestadoras… Algunas, cada vez menos».

Y Hernán Lombardi, dirigente de Mauricio Macri que trabaja para la campaña de Bullrich, eligió el sarcasmo: «No tomo Fanta. No me gusta lo artificial. Prefiero sabores auténticos».

De pronto, Fanta o no fanta se convirtió en un código de la interna del PRO. Al punto de que uno de los posibles candidatos a gobernador de Bullrich, Joaquín de la Torre, sostuvo que «Patricia es la Coca-Cola».

En el medio intervino también Ricardo López Murphy, quien sostuvo que es «colosalmente artificial la bebida Fanta. Los porteños preferimos la cervecita».

El dato: el tweet de López Murphy es de las 11.06 de la mañana. Temprano, pero nadie lo juzga.

Tan sorpresa como ustedes

El larretismo dijo poco y nada sobre la nota de A24 en sí. Cerca del jefe de Gobierno negaron que haya sido una nota paga y afirmaron: «Nos sorprendió igual que a todos y nos llamó la atención ya que es un estilo de campaña con el que no estamos de acuerdo. Nos lo tomamos con humor y seguimos trabajando como todos los días». Y con eso, buscaron ponerle fin al Fantagate.

Pero, a su vez, comenzaron una respuesta política que consistió en distintos dirigentes de Larreta… tomándose una Fanta. Only in Argentina.

Así se lo pudo ver a uno de los principales armadores de Larreta e integrante de su mesa chica, el secretario general del PRO Eduardo Macchiavelli con una bebida naranja en la mano.

«Yo prefiero la Fanta», escribió. A esta altura, si la gaseosa de Coca-Cola no tuvo ninguna intervención económica en lo ocurrido, gozó de un día de publicidad gratis.

Pero el premio se lo llevó el titular de la Comuna 6, el larretista Federico Ballán, que hizo que todo su equipo se sacara una foto tomando Fanta. «Laburando como todos los días. Tomamos Fanta», escribió.

Nótese que todas las botellas de Fanta están cerradas y llenas.

Como Fanta -al menos por un día- pasó a ser sinónimo de Larreta, desde el Frente de Todos también intervinieron. O al menos lo hizo el legislador Juan Manuel Valdés, que armó con botellas de Fanta letras gigantes que advierten sobre una problemática educativa: «Faltan vacantes».

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/548156-chicanas-y-especulaciones-en-el-pro-por-el-fantagate