Ocurrió. A cuatro meses y una semana del cierre de listas, se sentaron cara a cara, en la sede del PJ nacional, referentes de todos los sectores del Frente de Todos y consensuaron un documento en el que habría una condena a la proscripción que sufre la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, así como el acuerdo de buscar un mecanismo para ordenar cómo el oficialismo llegará a las PASO. El texto –que al cierre de esta edición todavía no había sido difundido–
además contendría críticas al macrismo e incluiría una enumeración
de los logros de la gestión del Frente de Todos desde 2019 hasta hoy. En la cabeza de la mesa estuvieron representantes de todas las tribus oficialistas: el presidente Alberto Fernández, el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro -por el kirchnerismo- y el ministro de Economía, Sergio Massa. La sorpresa de la jornada fue que, pasadas las 19, llegó a la sede de la calle Matheu el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, que había asegurado que no iría. La presencia de Massa también fue destacada porque no había confirmado su asistencia. En la reunión, que se extendió hasta la madrugada, hablaron los más de 30 asistentes.
La sede del PJ en la calle Matheu amaneció con toda la cuadra cubierta por pasacalles y empapelada con carteles que tenían la foto de la vicepresidenta y la consigna «Proscripción un carajo, Cristina 2023».
Los distintos sectores del oficialismo insistieron al Presidente hasta que finalmente convocó al espacio que se inauguró ayer. Desde hace meses, tanto desde el kirchnerismo como del masismo, reclamaban a Fernández un espacio para poder debatir diversas cuestiones. Desde el entorno del mandatario repetían que no estaban dispuestos a sentarse en una mesa para hacer una «auditoría de la gestión», hasta que se definió convocarla para hablar de cuestiones «simplemente electorales». En el kirchnerismo, desde el primer día dijeron que también querían sentarse a debatir políticas, como por ejemplo, cómo hacer para mejorar el poder adquisitivo de los salarios porque consideran que eso también será fundamental a la hora de competir en las elecciones.
Esa postura la llevaron a la mesa distintos sindicalistas como Hugo Yasky, Sergio Palazzo, y Abel Furlan. Varios de ellos estuvieron el día anterior con Máximo Kirchner en la sede porteña de la Federación Gráfica y acordaron que mencionarían ese tema al sentarse en la mesa, al igual que la necesidad de hablar, antes que nada, de la proscripción que sufre la vicepresidenta. De hecho, al ingresar, Yasky expresó: «Necesitamos que haya un pronunciamiento de todos los sectores, porque el peronismo sufrió proscripción política en el siglo XX y no queremos que en el siglo XXI vuelva a pasar lo mismo». Luego, añadió que «es necesario fortalecer la unidad pero también encontrar la manera de que las decisiones contengan las diferencias. Tenemos que resolver temas concretos como la proscripción política».
Cerca de las 19 empezaron a llegar a la sede del PJ nacional los representantes de todos los sectores del oficialismo. Varios de ellos se venían de reunirse antes en los bares que hay sobre calle Rivadavia. La sorpresa, sin dudas, fue cuando todos vieron que Máximo Kirchner se bajó de un auto junto a Wado de Pedro, a las 19.05. Un día especial para el líder de La Cámpora porque, además, era su cumpleaños. Motivo que mereció que todos los presentes le cantaran y lo aplaudieran. Antes, los dos hombres cercanos a la vicepresidenta, habían estado en el Senado. Al bajarse vieron el paredón que hay frente a la sede partidaria empapelado con afiches con la imagen de CFK. Todos firmados por «La Patria es el Otro», la organización de agrupaciones de base que lidera el ministro bonaerense Andrés «Cuervo» Larroque.
El Presidente arribó cerca de las 20 escoltado por el flamante jefe de Gabinete, Agustín Rossi. La lista de los más cercanos al jefe de Estado se completó con Juan Manuel Olmos, vicejefe de gabinete; Julio Vitobello, secretario general de la Presidencia; Victoria Tolosa Paz, ministra de Desarrollo Social; Fernando Navarro y el canciller -y secretario general del PJ- Santiago Cafiero. Cristina Kirchner, tal como había anunciado, no fue de la partida, pero envió representantes. Además de su hijo y De Pedro, estuvieron Larroque, el sindicalista Abel Furlán; la senadora Anabel Fernández Sagasti; la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y Sergio Palazzo, de la Bancaria.
Los gobernadores también dijeron presente. Hubo cinco representantes de ese espacio: Axel Kicillof (Buenos Aires), Mariano Arcioni (Chubut), Jorge Capitanich (Chaco) y Gustavo Bordet (Entre Ríos). Varios de ellos líderes provinciales a la mañana habían estado con el ministro del Interior en Tucumán, acompañando a Juan Manzur en su reasunción al frente de la provincia. Por parte de los intendentes bonaerenses, estuvieron Mario Secco
(Ensenada), Fernando Espinoza (La Matanza), Alberto Descalzo
(Ituzaingó), Mariel Fernández (Moreno) y Lucas Ghi (Morón).
El ministro de Economía fue uno de los últimos en llegar. Lo hizo a las 20.15, después del Presidente. Como escoltas estuvieron Malena Galmarini, titular de Aysa; la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau; el ministro de Transporte, Diego Giuliano; Ruben Eslaiman, vicepresidente de la Cámara de Diputados bonaerense; y Juan Andreotti, intendente de San Fernando. Una vez que ingresó Massa, se dio inicio a la reunión.
Pablo Moyano, uno de los tres triunviros de la CGT –todos participaron–, destacó al ingresar al encuentro que «no podemos permitir que nos gobierne un (Javier) Milei, (Patricia) Bullrich o (Mauricio) Macri, que vienen por los derechos de los trabajadores». Además recordó que «es lo que veníamos reclamando y es importante que participemos todos», y llamó a «dejar las internas y pensar el proyecto de país para las próximas elecciones». Por último, destacó que «la preocupación nuestra es la inflación». Por parte de los intendentes, Mario Secco dijo que el encuentro fue clave para «ir definiendo cómo vamos a ir a la elección», y opinó que «si se llevan las PASO adelante es lo mejor que nos puede pasar».
La elaboración del documento final estuvo a cargo de Juan Manuel Olmos, que dialogó en todo momento con Alberto Fernández. Luego, para revisar las cuestiones de redacción, pasó a las manos de la vocera presidencial, Gabriela Cerruti. Lo miró el canciller Cafiero, y luego Agustín Rossi. Una vez terminada esa etapa, el escrito pasó al despacho del ministro del Interior. Wado lo leyó y dio el visto bueno, al igual que Sergio Massa. Todos, claro, incorporaron correcciones hasta último momento y lo circularon con quienes iban a ir en nombre de sus espacios. La noche del miércoles Fernández leyó la versión final en Olivos.
Este fue el primero de los pasos del FdT de cara a las elecciones de agosto. Antes, claro, estará el cierre de listas el 24 de junio. El oficialismo tiene por delante largos meses que estarán cargados de gestos y definiciones políticas, con el objetivo central volver a ganar la Presidencia.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/524608-cara-a-cara-y-con-todos-los-sectores-presentes