En los nueve días que el Jumbo de matrícula venezolana lleva en la Argentina, no hay ninguna autoridad que firme -al menos por ahora- alguna acusación contra los 19 integrantes de la tripulación. Por solicitud de la fiscal Cecilia Incardona, este miércoles se reiteró el pedido a que contesten, por escrito, el FBI norteamericano, la AFI argentina, la Cancillería, el Ministerio de Seguridad o cualquier otro organismo que desee presentarse respecto de si existe algún pedido o sospecha sobre los 14 venezolanos y 5 iraníes que venían en el avión de Emtrasur. 

El avión quedó retenido y con faja

El juez Federico Villena ordenó paralelamente algo parecido a un secuestro de la aeronave: le puso una faja al Boeing y se lo retiene para que no salga del país hasta que se termine la investigación. El magistrado dispuso una inspección del Jumbo, con un antecedente: sin orden judicial alguna, hace una semana, la Policia de Seguridad Aeroportuaria (PSA) ya había irrumpido en el aparato con 60 agentes, algunos vestidos como comandos, acompañados de perros antidrogas y antiexplosivos, y realizaron una inspección dura en la que abrieron paneles y desarmaron estructuras del avión. El resultado fue negativo. 

«Tuvimos dos atentados, así que si hubo un poco de dureza, sabrán comprender», alegó una fuente aeroportuaria. Los abogados de la empresa venezolana denunciaron el allanamiento ilegal en el juzgado. Villena resolverá este jueves qué fuerza realiza la nueva inspección que, según parece, repetirá lo hecho por la PSA. También el magistrado quiere convalidar que el avión tiene matrícula venezolana y no iraní, algo que verifica la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) en el caso de cualquier aeronave que llega al país. 

Por de pronto, desde Querétaro, México, aeropuerto del que vino el Jumbo con las autopartes para Volkswagen, el gobernador Mauricio Kuri González sostuvo que no hubo inconvenientes en el paso del avión por allí y en la carga de los asientos y paneles interiores para el modelo Taos de la automotriz alemana.

Ninguna acusación por escrito

Al cierre de esta edición, ninguna agencia de seguridad o de inteligencia había contestado oficialmente al pedido de la fiscal: «Si hay sospecha, pónganla por escrito», fue el tácito mensaje. Según pudo constatar este diario, se preparaban respuestas cautas del estilo de que los tripulantes no figuran en ninguna lista de personas buscadas. Algunos imaginan que en Washington, en la CIA, podrían dibujar alguna sospecha, no muy fundada porque de lo contrario el sospechoso estaría en la lista de los requeridos. Pero varias fuentes aseguraron que no habría contestación del FBI. 

La Dirección Nacional de Migraciones, que conduce Florencia Carignano, le informó al juez el primer día que «no pesaba sobre ninguno de los miembros de la tripulación alerta, restricción o impedimento alguno». En audiencia con el juez, el director de Movimientos Migratorios, Sebastián Seoane, explicó que Migraciones «tiene enlazado su sistema con el de Interpol, por lo cual se detecta inmediatamente si hay alguien requerido«.

En el juzgado había cierta sorpresa: ante una situación como la planteada, con escándalo opositor de por medio, ninguna agencia se apuró en responder nada. Por eso se reiteró el pedido. En realidad, esos organismos de seguridad e inteligencia son los que estudiaron antiterrorismo y, por lo tanto, deberían proveer información, si existe. 

Los peritajes de los celulares

Como se sabe, Villena ordenó un procedimiento en el hotel donde están alojados venezolanos e iraníes. Secuestró los celulares y una notebook. El primer paso para hacer un peritaje es bajar el contenido de cada aparato a una computadora oficial, donde se analiza lo encontrado. Ese procedimiento se hizo este miércoles. Al final, los 14 celulares de los venezolanos se analizaron en la Policía Federal y los 5 de los iraníes en la Policía de la Ciudad. Es muy probable que haya algún resultado este jueves o viernes. 

¿Venezolano o iraní?

El juez también dispuso analizar lo que se llama la cédula verde del avión, es decir si el Boeing es efectivamente de matrícula venezolana o iraní. El contrato de venta se hizo público este miércoles, pero el magistrado quiere ver el original. Por lo tanto, toda la documentación se supone que se pondrá a disposición de Villena, aunque ya había sido revisada anteriormente como ocurre con cualquier avión que llega a la Argentina. 

Como se sabe, el Jumbo vino de Querétaro contratado por una agencia de transportes, Alcux Air Spain, que trabaja para Faurecia, un gigante mundial de las autopartes. El vuelo costó exactamente 600 mil dólares, según la factura que consta en el expediente con el número 018052022. El juez quiere ver los originales de todo, pero está claro que México tuvo la documentación y permitió el aterrizaje, la carga y el despegue sin problemas. 

También huellas digitales

Como anticipó ayer Página/12, Villena les sacó los pasaportes a todos, venezolanos e iraníes, y ordenó que se les tomaran los huellas digitales. De esa manera, pretende establecer si hay alguna duda sobre las identidades de los tripulantes. Lo cierto es que esos mismos tripulantes ya pasaron por numerosos aeropuertos, pero igual el juez resolvió el chequeo. 

Paraguay

El paso del avión por Ciudad del Este, el 13 de mayo, no tiene relación alguna con el vuelo Querétaro-Buenos Aires. Sin embargo aquel vuelo dejó su marca: tuvieron que renunciar dos funcionarios de la Dirección Nacional de Aviación Civil paraguaya. Se los acusó de no haber inspeccionado el avión que, como se sabe, llevó cigarrillos de la empresa del expresidente Horacio Cartés, Tabacalera del Este, Tabesa, a la isla de Aruba. La operación, bastante habitual, suele hacerse entre dos empresas que son de Cartes, la de Ciudad del Este y también la de Aruba. 

En general, en Paraguay afirman que esas exportaciones son legales y que el negocio negro es el tráfico de cigarrillos hacia Brasil, manejado por la organización mafiosa más poderosa del Conosur: el brasileño Primer Comando Capital, que domina buena parte de las cárceles tanto de Paraguay como de Brasil. La semana pasada, fue detenida en Brasil una banda del PCC que traficaba 750 mil paquetes por día. 

Como se sabe, Cartes es amigo de Mauricio Macri y hasta hoy no se conoce por qué el expresidente argentino viajó a Paraguay, en plena pandemia, en vuelo privado, en avión del propio Cartes, a visitar al expresidente paraguayo.

Bolivia

En las últimas horas circuló la versión de los diarios adictos a la derecha de Washington de que otro avión venezolano estaba volando hacia Ezeiza. Un Embraer 190, aeronave chica, de pasajeros, de la misma empresa, Conviasa. Como informó este diario, el Embraer fue a Bolivia, no a Buenos Aires. Está a la espera de lo que resuelva el juez y seguramente servirá para llevarse a los tripulantes, cuando Villena lo disponga. Por ahora, el Boeing no tiene solución porque la aeronave venía con el combustible pagado mediante orden de World Fuel 39292121. Shell incumplió con la carga alegando que le generaría un conflicto con Estados Unidos.

¿Final?

El juez espera respuesta del FBI que, según las versiones más confiables, no llegará. La AFI, en la voz de Agustín Rossi, ya ha dicho que no tiene nada. Tampoco en el Ministerio de Seguridad hay ninguna acusación. Sobre esa base, Incardona y Villena deberán decidir. 

Habrá que ver si sale algo de los peritajes de los celulares, de las huellas digitales o de los papeles del avión. Mientras tanto, sigue siendo una causa sin delito, sin sospechosos de ninguna actividad ilícita y sin pruebas. Es la geopolítica: lo iraní-venezolano-cubano-mapuche es malísimo, mientras que cualquier cosa que venga de Washington tiene la bendición de la alianza político-mediático-judicial opositora. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/429720-avion-venezolano-a-la-espera-de-que-alguien-acuse-a-algun-tr