Luego de tres días de acampe frente al Ministerio de Desarrollo Social, organizaciones sociales y agrupaciones políticas de izquierda se movilizaron dentro de la continuidad del plan de lucha a la cartera de Trabajo, donde se dio la sesión del Consejo del Salario para determinar la recomposición del Salario Mínimo, Vital y Móvil. El reclamo principal fue un aumento que equipare la canasta básica familiar, considerando los niveles de inflación. “Otra vez volvieron a votar (y esta vez por unanimidad) un salario mínimo que a diciembre habrá perdido por lo menos 20 puntos”, sostuvo a Página/12 Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero (PO), una de las agrupaciones manifestantes, sobre el acuerdo de un nuevo salario mínimo de 47.850 pesos y un aumento en cuatro tramos.
Con las carpas instaladas y luego de que se difundiera un índice de inflación del 4,7 por ciento e interanual del 52,3 por ciento, las y los beneficiarios del Potenciar Trabajo observaron el martes cómo el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, anunció un bono de seis mil pesos para 1.2 millones de titulares del plan. Seis mil pesos sobre un salario de 16.500 pesos, la mitad de un salario mínimo. Sin embargo, el ministro no recibió a los dirigentes de las organizaciones de izquierda que reclamaban un aumento del monto percibido y la reapertura del programa.
“Este es el primer acampe que hacemos durante el gobierno de Alberto Fernández y creemos que tiene que tomar noción de lo que está pasando», dijo desde la avenida 9 de Julio Silvia Saravia, de Barrios de Pie. “Hay un relato de que la gente que está en el Potenciar consigue trabajo registrado, pero eso no sucede, o pasa en una cantidad marginal”, sostuvo, y señaló que “estamos en una situación crítica”. Otra de las exigencias es más asistencia alimentaria para los comedores y merenderos comunitarios.
El plan de lucha se votó el fin de semana en un plenario realizado en Plaza de Mayo y del que participaron los cuatro sectores convocantes: el Polo Obrero, Barrios de Pie, el MST y la Coordinadora por el Cambio Social; junto a unas cuarenta agrupaciones que conforman la Unidad Piquetera. Luego de acampar desde el lunes frente a Desarrollo, se dirigieron pasadas las 11 hacia el Ministerio de Trabajo donde, desde las 15, se llevó a cabo la sesión del Consejo del Salario.
Allí ya esperaba desde la noche anterior otro sector del movimiento obrero –integrado por el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), una fracción del Frente Darío Santillán (FPDS), el Movimiento Resistencia Popular (MRP), el Frente de Organizaciones de Base (FOB) y el Movimiento Teresa Rodríguez (MTR)–; también “disconforme con el accionar del Consejo, que siempre resuelven salarios por debajo de la línea de indigencia, y esta vez no fue la excepción”, señaló Belliboni a este diario.
“El Consejo votó por unanimidad un salario mínimo que a diciembre habrá perdido por lo menos 20 puntos”, expresó, descontento, el referente del PO. “El primer aumento del salario mínimo vital y móvil es de cinco mil pesos, es decir que el próximo mes pasa de 33 a 38 mil”, consideró sobre el aumento del 18 por ciento que se dará en abril (seguidos por un 10 en junio, otro 10 en agosto y un 7 en diciembre). Y señaló que “eso no alcanza ni siquiera para cubrir la inflación en alimentos que se produjo solamente el último mes, ni hablar del que se va a producir hasta el próximo aumento”.
La UTEP, que participó de la mesa deliberante del Consejo del Salario, había sentado su postura en un documento que no habló de porcentajes, pero sí reiteró “la necesidad de reconocer a nuestro sector, el de la economía popular”. “Es indispensable un aumento razonable del Salario Mínimo Vital y Móvil que perdió gran parte del poder adquisitivo en el mismo período en que la inflación sigue escalando”, expresaron. “Es fundamental ponernos de acuerdo en que la prioridad debe ser reconstruir de abajo hacia arriba la estructura económica y social de la Argentina, empezando realmente por las y los últimos”, aseveraron. El resultado fue distinto.
Las y los trabajadores del Potenciar tampoco estaban contentos con la respuesta del Gobierno, considerando que “el bono de seis mil pesos es una miseria absoluta”. “Lo confirma el costo de la canasta alimentaria: una familia hoy necesita 78 mil pesos para cubrirla”, sostuvieron desde las organizaciones movilizadas. Con el aumento del salario mínimo, el impacto del primer tramo de aumento en el monto percibido bajo el programa será de tan solo 3 mil pesos. Basta con ver el anuncio reciente del INDEC para notar que no es suficiente.
Belliboni pone también sobre la mesa el acuerdo con el FMI y el ajuste que, según las organizaciones de izquierda, se realizará sobre el gesto público, viéndose reflejado en el aumento de las tarifas. “Este salario va a perder todo el tiempo poder adquisitivo”, apuntó.
A futuro, el referente del PO confirmó que el plan de lucha del movimiento obrero seguirá. Luego de la semana de 24 marzo habrá una jornada de movilización con cortes de acceso y acampes. A principios de abril se espera también otra acción y, finalmente, a fines de ese mes se llevarán a cabo una marcha federal.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/408671-acampe-y-rechazo-al-aumento-anunciado-del-salario-minimo-vit