9 de diciembre de 2025

El estratega presidencial Santiago Caputo consolidó su influencia sobre el área nuclear que hasta ahora controlaba Demian Reidel y colocó a un hombre de Las Fuerzas del Cielo. 

El Gobierno anunció la creación de la Secretaría de Asuntos Nucleares y nombró a Federico Ramos Nápoli, un abogado de 30 años que conducía Dioxitek, la empresa estatal encargada de producir uranio para las centrales nucleares.

La nueva secretaría dependerá del Ministerio de Economía, bajo la órbita de Luis Caputo. Esto quiere decir que Nucleoeléctrica Argentina, la emepresa estatal que preside Demian Reidel, ya no define la política nuclear, sino que queda limitado a la administración operativa de una compañía a la que el gobierno aspira a colgarle el cartel de venta. La conducción de la política nuclear pasa a la flamante cartera de Ramos Napolí. 

El comunicado oficial destaca que Ramos Nápoli “lideró las negociaciones para solucionar el faltante de suministro de uranio” y que su gestión en Dioxitek logró “eliminación del déficit operativo, desendeudamiento y récord de producción”. 

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La designación fue celebrada por el círculo libertario. “Se viene una Argentina potencia nuclear”, escribió en redes Agustín Romo, voz cantante de Las Fuerzas del Cielo. Lo cierto es que Ramos Napoli pertenece a la banda de Santiago Caputo.  

La designación coincide con el desembarco de Eduardo Eurnekian en Río Negro, donde su grupo se posicionó en proyectos de uranio. Una jugada que muestra que el negocio nuclear vuelve a estar en el radar de los grandes capitales.

En el sector reconocen que Ramos Nápoli se movió rápido y bien. “Arrancó como asesor de Dioxitec y nadie daba ni dos mangos, picó en punta como gerente y se destacó al frente de la compañía”, contó una fuente a LPO. “Usó Dioxitek como trampolín. Su interés está en integrar toda la cadena del uranio, desde la extracción hasta el combustible, esta focalizado en eso”, completó la fuente consultada. 

El avance coincide con el desembarco de Eduardo Eurnekian en Río Negro, donde su grupo se posicionó en proyectos de uranio a través de una estructura financiera montada en Luxemburgo. Una jugada que muestra que el negocio nuclear vuelve a estar en el radar de los grandes capitales. 

Fuente: LaPoliticaOnLine.com