Javier Milei resolvió este jueves que mandará un DNU al Congreso en el que básicamente se autoriza a sí mismo a cerrar el acuerdo con el FMI sin necesidad que el Congreso lo apruebe, como exige actualmente el artículo 65 de la ley de administración financiera, cláusula conocida como ley Guzmán. 

El Gobierno tomó este atajo porque se dio cuenta que el camino que había trazado inicialmente, tal como anticipó LPO, que consistía en anular el requisito del artículo 65 y reemplazarlo por una delegación del Congreso en el Poder Ejecutivo para que cierre el acuerdo que quiera, no iba a ser sencillo de conseguir en la apretada agenda del Gobierno.

Es que ante la pérdida de reservas, el ministro de Economeia, Luis Caputo, necesita que este mese se alcance el acuerdo, así el FMI le suelta entre 7.000 y 12 mil millones de dólares para reforzar el Banco Central y calmar al mercado.

La jugada del gobierno fue anunciada mediante un comunicado de la Oficina del Presidente, en el que de manera un tanto cínica se afirma que el Presidente “aspira a obtener un compromiso urgente de parte del Congreso, tal como ocurrió con todos los gobiernos anteriores”. En rigor, a lo que aspira es a evitar someterse al Congreso.

Caputo quiere que el Congreso le firme un cheque en blanco para cerrar con el FMI

Esto es así porque a diferencia de las leyes que no rigen hasta que son sancionadas por las dos cámaras, los decretos están vigentes hasta que ambas cámaras los rechazan. Y previamente se debe convocar y emitir dictamen la bicameral de Trámite Legislativo. Un camino tortuoso que le da la ventana temporal que necesita Milei, para cerrar el acuerdo y al mismo tiempo mostrarle al FMI que se ajusta a las normas argentinas. 

La maniobra fue diseñada por el representante argentino ante el FMI, Leonardo Madcur, un ex massista amigo de Milei.

La maniobra fue pergeñada por Leonardo Madcur, ex negociador en jefe de Sergio Massa y actual representante argentino ante el FMI.

El anuncio -no casualmente- se produjo después de las declaraciones de la vocera del Fondo, Julie Kozack, en la conferencia de prensa de este jueves, que fueron interpretadas de manera muy confusa por los medios argentinos. Algunos entendieron que Kozack le quitó relevancia al requisito de que el acuerdo pase por el Congreso, pero en rigor la vocera subrayó que la ley argentina exigía ese paso. 

No es un secreto que el Fondo prefiere que el acuerdo cuente con apoyo del Congreso, para darle mayor solides antes eventuales cambios políticos.

La Casa Rosada apuró esta maniobra luego que LPO revelara su intención de anular la ley Guzmán para que el Congreso le entregara un “cheque en blanco” para acordar con el Fondo, sin conocer detalles del monto y las condiciones del entendimiento. De inmediato, los bloques aliados pusieron reparos. Hasta en la bancada del PRO, liderada por Cristian Ritondo y comprometida sin fisuras con Balcarce 50, advirtió que acompañarían al gobierno pero que sus legisladores querían ver el contenido y los términos antes de votar.

Los jefes de bloque, Germán Martínez y Miguel Pichetto.

Lo mismo señalaron desde el bloque de Miguel Pichetto y el sector de la UCR que conduce el cordobés Rodrigo De Loredo, donde habría alrededor de 7 diputados que no están dispuestos a pronunciarse a favor de un acuerdo sin saber lo que se vota.

Por eso, Milei apeló a un decreto de necesidad y urgencia. La maniobra, que fue pergeñada por Leonardo Madcur, ex negociador en jefe de Sergio Massa y actual representante argentino ante el FMI, le permite al Gobierno ahorrarse ese paso, en el convencimiento que nunca se reunirán las mayorías para rechazar el decreto.

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— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) March 6, 2025

Fuente: LaPoliticaOnLine.com