A una semana de la entrada de la policía ecuatoriana en la Embajada de México en Quito, el gobierno de Daniel Noboa quedó mal parado ante el mundo. Pero dentro de Ecuador las consecuencias de semejante atropelloal derecho internacional aún están por verse. Varios países del continente condenaron esta acción sin precedentes en la región, incluso en tiempos de dictaduras. Además, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador no solo rompió relaciones con Ecuador, sino que denunció al país ante la ONU y la Corte Internacional de Justicia (CIJ), solicitando su suspensión en el organismo por esa violación del derecho internacional.
Las denuncias aztecas
México denunció el viernes ante el secretario general de la ONU, António Guterres, «el ingreso violento de fuerzas de seguridad ecuatorianas a la Embajada de México en Quito, y los atentados contra la persona y la dignidad de su personal diplomático», precisó un comunicado de la Cancillería.
«Las disposiciones contenidas en el artículo 22 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (CVRD) son claras en establecer que los agentes del Ecuador se encontraban impedidos de penetrar en la Embajada de México, y obligados a adoptar todas las medidas necesarias para proteger la embajada contra toda intrusión o daño«, agregó la nota. López Obrador advirtió horas antes que el daño a la relación bilateral con Ecuador iba a ser difícil de reparar.
El día anterior México presentó una primera denuncia ante la CIJ. La canciller Alicia Bárcena precisó en una rueda de prensa que su país exigía «la suspensión de Ecuador como integrante de las Naciones Unidas, hasta que emita una disculpa pública reconociendo las violaciones a los principios y normas fundamentales del derecho internacional». La demanda busca establecer el precedente de que cualquier Estado o nación que actúe de manera similar al país andino sea expulsado definitivamente del organismo.
La secretaria de Relaciones Exteriores también anunció que México suspendió las negociaciones de un tratado de libre comercio con Ecuador, el cual buscaba el acuerdo para ingresar a la Alianza del Pacífico, un bloque comercial que además integran Colombia, Chile y Perú.
El analista político internacional mexicano que vive hace 25 años en Ecuador, Alfredo Dávalos explicó a PáginaI12 que el conflicto afecta más a Ecuador que a México, no sólo en términos políticos, sino también en términos comerciales. «Es mayor la cantidad de exportaciones de Ecuador hacia México que de México hacia Ecuador. Ecuador exporta camarones, flores y es uno de los principales exportadores de cacao hacia México», detalló.
El resquebrajamiento del vínculo
El objetivo de la irrupción policial en la embajada la semana pasada fue llevarse al exvicepresidente Jorge Glas, resguardado ahí desde diciembre pasado en medio de un proceso penal por corrupción. La Sala Especializada en Familia, Niñez, Adolescencia y Adolescentes Infractores de la Corte Nacional de Justicia de Ecuador declaró el viernes ilegal y arbitraria la detención de Glas, pero lo mantuvo en prisión al tener todavía pendiente por cumplir una pena de ocho años de cárcel por dos condenas vigentes emitidas en años pasados.
El politólogo y consultor Elvin Calcaño indicó a este medio que Glas es parte de los principales cuadros y líderes del partido Revolución Ciudadana que fueron perseguidos en Ecuador desde 2017, además del expresidente Rafael Correa. «Esto es una continuidad de un proceso de asedio por parte del anticorreísmo, que es una articulación entre sectores de la derecha y algunos sectores de izquierda también, sectores judiciales y sectores mediáticos, incluso desde antes que Correa dejara el poder, para hacerle una oposición muy radical», precisó.
Calcaño afirmó que Noboa inscribió la captura de Glas dentro de la narrativa de lucha contra la inseguridad y la impunidad. «Según el argumento que maneja él, es una medida radical que tuvo que tomar, tal vez no legal, pero necesaria para evitar que siga la impunidad porque plantea que Jorge Glas es un condenado, un corrupto, un criminal», mencionó.
La crisis diplomática con el país del norte empezó dos días antes del incidente, cuando López Obrador planteó en una conferencia de prensa un paralelismo entre la violencia que marcó la campaña presidencial ecuatoriana de 2023, durante la cual fue asesinado el candidato Fernando Villavicencio, y la criminalidad que se registra en México de cara a las elecciones del 2 de junio.
Según el mandatario mexicano, el crimen de Villavicencio creó un «ambiente enrarecido de violencia» que provocó la caída en las encuestas de la candidata correísta Luisa González y el repunte de Daniel Noboa, quien resultó ganador. Quito declaró al día siguiente persona «non grata» a la embajadora mexicana, Raquel Serur, a lo que López Obrador respondió otorgando el asilo a Glas.
Amplio repudio
La postura internacional ante el asalto policial estuvo unificada: desde gobiernos de izquierda hasta gobiernos de derecha, como el de Javier Milei en Argentina, expresaron su rechazo apenas se conoció el hecho, mientras que la Organización de los Estados Americanos (OEA) lo condenó «enérgicamente» en una resolución aprobada el miércoles en Washington.
El documento resolvió «condenar enérgicamente la intrusión en las instalaciones de la Embajada de México en el Ecuador y los actos de violencia ejercidos en contra de la integridad y la dignidad del personal diplomático de la misión». También reafirmó «la obligación de todos los Estados de velar por el respeto de los privilegios e inmunidades de las misiones diplomáticas» y hace un llamado a respetar la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que establece que las embajadas son inviolables.
Todos los países miembros votaron a favor de la condena, salvo Ecuador que votó en contra y El Salvador que se abstuvo. El país andino acusó a México ante la OEA de una presunta concesión ilícita de asilo diplomático al exvicepresidente Glas por estar procesado por la Justicia por delitos comunes y tener dos sentencias de cárcel pendientes de cumplir por casos de corrupción. A su vez, alegó un mal uso de sedes diplomáticas e injerencia en asuntos internos por parte del Ejecutivo mexicano, acciones que según Quito mermaron la buena fe y la confianza en las relaciones diplomáticas con ese país.
El presidente López Obrador agradeció tanto el apoyo internacional como el cambio de postura de Canadá respecto al conflicto con Ecuador, destacando su nueva condena más firme al asalto a la Embajada. El mandatario indicó que Canadá emitió inicialmente un comunicado ambiguo, al igual que Estados Unidos, al referirse a una «posible, presunta o aparente» violación de la Convención de Viena. Sin embargo, los dos países ajustaron su posición después de la difusión de imágenes del incidente por parte del gobierno mexicano, que mostraban cómo las autoridades ecuatorianas irrumpieron por la fuerza en la sede diplomática.
Las consecuencias internas
Calcaño resaltó que Ecuador sin lugar a dudas recibirá sanciones concretas como pagos de reparaciones, pero que a nivel interno el asalto de la policía puede que beneficie a Daniel Noboa en el corto plazo debido a la instalación del discurso anticorreista en una parte del país, como describió anteriormente. «Con la narrativa vigente de la lucha contra la impunidad puede llegar a ganar la consulta popular (del próximo 21 de abril, sobre participación de las fuerzas armadas en la seguridad interna), fortalecerse, y apuntalar su proyecto de reelección presidencial», sostuvo.
Según la perspectiva de Dávalos, todavía es incierto saber si se debilitó o no al gobierno de Noboa hasta tanto no se realice el referéndum. «Será el primer ejercicio de la campaña previo a 2025. Veremos si la estrategia a nivel interno funcionó o no, porque en el ámbito internacional me parece que perdió y creo que es muy difícil poder justificar lo injustificable», subrayó. «Ni siquiera Videla, Pinochet, Hitler o Stalin se atrevieron a tomar una embajada, es un precedente muy grave», añadió.
Informe: Axel Schwarzfeld
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/728916-noboa-entre-la-condena-mundial-y-la-reeleccion